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* Denuncias lo señalan de favorecer a empresas fantasmas en concursos de licitación a cambio de costosos autos como pago de sus corruptelas; presiona a sus subalternos para piratearles proyectos y luego plantearlos ante Jorge Gaviño como parte de su “iniciativa”
Por BLAS A. BUENDÍA
Especial para Expediente Ultra
Un grupo de trabajadores demandó a la Contraloría General del Gobierno de la Ciudad de México, efectúe una urgente auditoría a la Subgerencia de Servicios y Suministros del Sistema de Transporte Colectivo, ya que su titular Sergio Luis Aguayo Neave, aparentemente se ha enriquecido ilícitamente “porque de la noche a la mañana ha estrenado semestralmente camionetas blindadas último modelo”.
El negro historial de Aguayo Neave es truculento para la calidad de un funcionario que se dice ser “economista”, “consultor” e “ingeniero de procesos técnicos y administrativos orientados a la industria óptica”, cuando vive una realidad diferente atentando en contra de las fuentes de trabajo.
Si bien se afirman que “en mi país para tener ‘éxito’ hay que ser sinvergüenza”, la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de una solicitud de información promovida por este reportero, detalló que esta persona carece de registro en el cuerpo de profesionistas, toda vez que, aparentemente, no tiene ningún número de cuenta matriculada, careciendo por igual de cedula (s) profesional (es) y mucho menos con un título (s) que le certifiquen que haya egresado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la investigación periodística se pudo descubrir que dicho funcionario tiene cuentas pendientes en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, donde obra una acusación como presunto defraudador de vivienda.
El expediente 731/2003 Especial Hipotecario –según el rubro jurídico-, fue promovido por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) en contra de Sergio Luis Aguayo Neave en el Juzgado 16 Civil del Distrito Federal. El Proceso inició en el año 2003 y cuenta con 36 Notificaciones y hasta este momento no ha causado Estado.
En el portal del Sistema del Transporte Colectivo, sin embargo, Sergio Luis Aguayo Neave aparece con una leyenda donde se presume que su grado de escolaridad cuenta con “Preparatoria”, egresado de la UNAM, y que conforme al desenvolvimiento de “conocimientos autodidactas”, supone ser “agente económico-administrativo”.
El sedicente economista Aguayo Neave tiene plena identificación con su director Jorge Gaviño Ambriz, con quien participaba activamente en un programa de internet denominado “Historias, Leyendas, Anécdotas y Tradiciones de la Ciudad de México”, que al espacio del tiempo se identificaron como amigos y ahora ambos ocupan carteras importantes en el STC.
Aguayo Neave de algún modo también se identifica con Gaviño ya que ambos guardan similitud política; han sido militantes del Partido Nueva Alianza, por lo que en las pasadas elecciones federales del 2015, al primero de ellos el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), le rechazó su registro como candidato suplente, en tanto que su compañero de fórmula era Roberto Antonio Hernández Juárez como propietario.
Entre la mediocridad y la presunción de inocencia para avalar sus “estudios relevantes”, glorificó su “estatus social” y “económico” al ser nombrado por su amigo Gaviño como Subgerente de Servicios y Suministros, cargo que viene desempeñando desde el 11 de diciembre de 2015, a la fecha.
Dentro de lo que llaman “Institución/Empresa”, el susodicho funcionario del STC está integrado a las carteras de “consultoría en negocios y reingeniería de procesos técnicos y administrativos orientados a la industria óptica”, “M y M Consultores”, desempeñándose en diversas áreas como Subgerente de Servicios y Suministros; Director General y Subgerente de Proyectos de Servicios y Suministros.
Con ese astillero de cargos y de acuerdo a la amistad que presume tener con el ex diputado federal y local por Nueva Alianza, hoy flamante director general del Metro de la Ciudad de México, Jorge Gaviño Ambriz, éste le ha dado patente de corso a su “camarada” para ejercer toda clase de negocios espurios. Según los quejosos afirman que el perfil de Aguayo Neave es el de “una persona seria y honesta”, solo que es la apariencia así luce, cuando tiene un dudoso historial profesional.
Denunciaron que varias compañías a las que ha favorecido sin entrar a los concursos de licitación oficiales, ha sacado partido económico con su flamante y arrogante puesto de Subgerente de Servicios y Suministros, desde las licitaciones y adjudicaciones directas en la contratación de pipas de agua, de gas, así como de la compañía ECOTEC de limpieza, empresa que viene explotando a personas de la tercera edad con pírricos salarios sin prestaciones sociales y evadiendo –supuestamente- el pago de impuestos hacendarios al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Si bien Aguayo Neave ha cometido simuladamente diversos fraudes, viene abusando de la coyuntura por ser amigo del “señor director”. Se auto-adjudicó la apertura de cafeterías denominadas “Subterráneo” y locales para la venta de souvenir’s. Lo increíble es que en la sede del Metro, ubicado en calle Delicias 67, colonia Centro, ha reduciendo peligrosamente los mecanismos de espacios y seguridad interna, convirtiendo ese lugar en un “paso de la muerte” por el manejo de combustóleos.
En consecuencia, al doctor Jorge Gaviño Ambriz, los querellantes pidieron que destituya al Subgerente de Servicios y Suministros hasta en tanto que la Contraloría General del Gobierno de la Ciudad de México, le haya desarrollado una profusa auditoría, porque de lo contrario “el señor director entraría en el terreno de las sospechas o que se haya convertido en un cómplice de su subalterno”. Asimismo auditar su riqueza comparativamente con el salario que percibe mensualmente.
En la serie de irregularidades también sale a relucir el Servicio de Fumigación por parte de la Compañía KingMart, que al parecer, la dueña de esta empresa fantasma pertenece a una propia funcionaria del Metro, ya que tiene 17 años en el mismo cargo y en el mismo negocio. Se advierte que el nombre de la presunta defraudadora está bajo reserva para no entorpecer las investigaciones que está realizando la Procuraduría General de Justicia capitalina.
Esa persona, puntualizaron los demandantes, le ha obsequiado a Aguayo Neave camionetas blindadas a grado que recientemente le fue también entregado un biplaza de la marca Mazda, adjudicándole ilegalmente un concurso de licitación sin oposición y conceder la extensión de contratos con vigencias continuas de hasta por dos meses.
La compra de productos de limpieza, la presentación de los mismos, la adquisición de máquinas para el aseo que no existen, así como personal irreal de cada compañía, revelan que dicho funcionario ha incurrido en el abuso de confianza violentando la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, por lo que es urgente que también se le de vista al Ministerio Público Federal para ejecutoriar las investigaciones pertinentes y deslindar cualquier responsabilidad en la persona de Sergio Luis Aguayo Neave.
El grado de descomposición de este “amigo” ha ido más allá de lo inverosímil. Revelan que el funcionario sigue estudiando “sin saber qué es lo que estudia”, pero presiona a sus subalternos para que le hagan “sus tareas”, además de piratearse los proyectos de iniciativa que luego plantea ante directivos del STC, fingiendo haber tenido una “excelente carrera académica” en las aulas de la UNAM, cuando carece de cédula profesional.
En la Función Pública –desde que se tenga memoria- nunca se había registrado conflicto de intereses similar alguno, lo que deja a la imaginación que Sergio Luis Aguayo Neave, además de ser “un mal estudiante”, presume el trabajo de los demás haciéndoselos muy propios de él, cuando no le da crédito a quienes merecen ser mencionados en las reuniones de Gabinete que sostiene con “su amigo director” Jorge Gaviño Ambriz, quien no ha abierto los ojos referente a la capacidad de sus coadjutor.
Asimismo, otra de las malas virtudes del citado funcionario es que actúa con engaños sistemáticos, piensa que por tener un cargo de importancia, todos deben someterse a sus discernimientos.
Lo acusan de explotar a los trabajadores prometiéndoles “tiempos extras” que no cumple con lo pactado; “eso ha pasado con los compañeros del transporte de personal, así como los del mismo departamento donde se encuentran”, afirmaron.
“Esperemos que Aguayo Neave no tome acciones de venganza ahora que ha sido denunciado ante las autoridades de la Contraloría General del Gobierno de la Ciudad de México”, alertaron.
“Esperamos la sensibilidad del director del Metro Jorge Gaviño Ambriz para que se sacuda de esos lastres que son nocivos para la clase trabajadora, cuyo seudo-funcionario solo vela por sus intereses de facto, enriqueciéndose ilícitamente bajo el manto del poder que se les confirió”, puntualizaron.
El Metro de la ciudad, si bien es cierto que es una empresa recaudadora del Gobierno de la Ciudad y amplio negocio de explotación para el sindicato que manipula el sempiterno charro Fernando Espino Arévalo, “es una fuente inagotable de corrupción”, ya que el Jefe del Ejecutivo local no ha tenido la suficiente voluntad política para someter y sanear a todos esos “agentes de poder” que han actuado bajo el paraguas de impunidad, enriqueciéndose a manos llenas, según acusan de igual manera, diputados locales y federales.
“¡Pobre Metro, cómo lo han saqueado sus funcionarios gubernamentales y sindicales!”, lamentaron finalmente.