Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 3 segundos
Por Samuel Cantón Zetina
Con Florian Tudor ocurre algo muy extraño.
En México se le detuvo para extraditarlo a su natal Rumania por delitos presumiblemente cometidos allá.
Según el canciller Marcelo Ebrard, su traslado a Europa iba a ser el mismo fin de semana.
Sin embargo, y es lo raro, las propias autoridades mexicanas lo han señalado de ser presuntamente el líder de la mafia rumana clonadora de tarjetas de los centros turísticos de Quintana Roo.
Bajo esa sospecha, incluso, la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda le incautó cuentas bancarias por 250 o 500 millones de pesos.
Muchas cuentas más de políticos y exfuncionarios principalmente vinculados al Partido Verde -jefatura una poderosa mafia de intereses y negocios al amparo del poder-, empresarios, notarios públicos, exjefes policiacos y editores de periódicos, fueron también “congeladas” por la UIF para investigar a sus titulares por beneficiarse de la supuesta protección que daban a la banda.
Pero Tudor no enfrenta todavía en México acusación alguna, y personalmente AMLO atendió su solicitud de audiencia canalizándolo con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Pública, con lo que el desfalco a miles de cuentahabientes e instituciones continúa impune al 100%.
El apodado “Tiburón” únicamente fue capturado por las infracciones que -dicen los rumanos-cometió en su tierra.
Ahí les va.
¿Y la clonación de tarjetas? ¿Y la gigantesca red de complicidad que tejió en Quintana Roo?
Tal vez cuando pasen las elecciones, y ya la alianza electoral de MORENA con el tucán haya dado sus frutos, la justicia de la 4T vaya por todos, y a Rumania por el “escualo” de regreso.
Y DE MAÑANA…
HAY DE publicaciones a publicaciones, y la de la revista británica The Economist -versión Latinoamérica-, en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, es clara y miserablemente oportunista, plagada de adjetivos y juicios subjetivos, y pretende influir (en vano) en el voto de los mexicanos…
