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* En el Edomex parece diluirse alianza PAN-PRD; en Coahuila, la sombra Moreira, fortalece al PAN y en Veracruz, el PRI va por su segundo aire sobre las alcaldías
Por Joaquín Herrera
Con información de las corresponsalías
CD de México, diciembre 29.- (agencia acento) En cuatro elecciones para gobernadores y alcaldes, 2017 afianza su calidad de aduana a las presidenciales de 2018.
El PRI, seguro del Estado de México. La oposición, sigue de la greña por encabezar una añorada –y aún lejana- alianza, única posibilidad de victoria…Y quién sabe.
Aumentan las posibilidades de que el PRI retenga el poder en el Estado de México. Esto, al terminar el plazo para registrar candidaturas comunes entre los nueve partidos políticos registrados. Subsiste la posibilidad de alianzas, como la llevada y traída de PAN y PRD, que sigue sin esperanzas.
El 24 de Diciembre concluyó el plazo fijado en el Código Electoral para que los partidos políticos solicitaran al Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) el registro de candidatura común correspondiente y el día de mañana vencía el plazo para el registro. Como no hubo ninguna solicitud no habrá registro alguno.
Siguen en un todos contra todos, los nueve partidos políticos con registro nacional, agrupados en izquierdas y derechas.
Es el caso del Partido Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática; Movimiento de Regeneración Nacional; del Trabajo (PT); Movimiento Ciudadano (MC), Encuentro Social (PES); Nueva Alianza (PANAL) y Verde Ecologista (PVEM).
Esto hace cree que apuestan por la coalición. Sin embargo, tampoco en esta hay avances. La solicitud de registro vence el 23 de Enero.
Coaliciones inciertas
Con la coalición electoral los participantes van con un mismo emblema; hacen campaña juntos con el candidato que postulen pero en la boleta aparecen de forma individual. Entre los coaligados de entre nueve institutos, el cómputo de votos se sumarián en favor del abanderado que se postuló.
Por lo pronto se ve que los partidos políticos desdeñaron la iniciativa aprobada en abril de este año por la LIX Legislatura que incorporó las candidaturas comunes al Código Electoral.
Así, los nueve partidos aparecerán en las boletas para la elección de Gobernador del estado de México, lo cual se convierte en un reto para las agrupaciones chiquilines y una ventaja para los grandes, que suelen llevarlos de mosca.
Al vencer el plazo para el registro del convenio para candidaturas comunes, no hubo solicitud alguna, hasta ahora. Esto es, los partidos apostaron por la posible coalición el próximo año.
Los mexiquenses podrán elegir en la boleta al partido de su preferencia. Así, el Revolucionario Institucional lleva un paso adelante. Aprovechará al máximo el porcentaje de sus aliados (Panal, PVEM y posiblemente el PT).
¿La candidatura común, riesgo?
La candidatura común habría significado que partidos políticos X o Y y C se unieran para postular alguna opción para la Gubernatura, con un mismo emblema, mismo color y solo aparecerían juntos los institutos, no de forma separada, además cada uno de estos conservaría obligaciones, derechos y prerrogativas.
En esta figura los votos se habrían computado a favor del candidato común y la distribución del porcentaje de votación conforme al convenio de candidatura común registrado ante el Instituto y como se ha dicho, en la boleta aparece en un mismo espacio el emblema conjunto de los partidos.
Lo anterior significa que a partir de hoy los partidos políticos tienen 26 días para elaborar la plataforma electoral de la coalición que vayan a presentar en la contienda, pues también deberán registrarla, por lo que las dirigencias nacionales de PAN y PRD tienen poco tiempo también para definir si van juntos contra el PRI el año entrante.
La coalición beneficiará a PAN y PRD si es que van a contender con este figura, tomando en cuenta que si aparecen los dos emblemas en las boletas los simpatizantes no se ven con problemas para votar por una opción que no tiene identidad con el partido por el que tradicionalmente se decide en la urna.
Es decir se votaría en la casilla del PRD o del PAN y no necesariamente en una sola donde estarían juntos los logotipos con el nombre del abanderado que quizá no sea del total agrado del sufragante.
Pero en un escenario complicado, una elección cerrada incluso en una contienda donde pese el desgaste del partido en el gobierno, las reglas de la coalición también resulta una ventaja para institutos de mayor infraestructura como el caso del PRI que aprovecharía el porcentaje de sus aliados en la sumatoria. No hay que perder de vista que los aliados del PRI tienen números producto de sus propios campañas
Cuatro elecciones en 2017
En las cuatro elecciones de 2017, obvio el Estado de México será la joya de la corona; los reflectores electorales se centran en esa la entidad más poblada.
Para partidos de oposición no ganar allí, sería solo un eslabón más de derrotas, pero si ocurriera con todo y una eventual y complicada alianza PRD-PAN, sería un fracaso rotundo.
Al finalizar 2016, siguen atorados, sin ceder. Ambos quieren ser la cabeza de esa coalición o sus potenciales candidatos más visibles, como Josefina Vázquez Mota y Alejandro Encinas, no aceptarían ni competir. De darse ese escenario, de no ir en alianza, lo saben PAN y PRD, no habrá fuerza capaz de atajar al invencible tricolor.
De acuerdo con sondeos, los priistas están en caballo de hacienda, aunque tendrían que mantenerse unidos y no equivocarse con el nombre del candidato, de una amplia gama de aspirantes.
Coahuila y la sombra de Moreira
En las tres elecciones para gobernador, mas la de alcaldías, para Veracruz, figura Coahuila para renovar la gubernatura estatal, como también esta Nayarit.
Para los enterados, la sombra de los Moreira, que han gobernado desde hace doce años, con un saldo tan negativo, hace creer a la oposición que podría lograr un triunfo en este proceso a la vista.
Humberto Moreira dejó el cargo para hacerse cargo del CEN del PRI, en pleno proceso de elección presidencial. Al poco tiempo, Moreira fue exhibido como saqueador de la entidad y terminó satanizado por su propio partido.
Incluso se ha analizado su expulsión, si es que antes no renuncia él mismo.
Humberto el menor de los dos hermanos Moreira gobernadores de Coahuila, pretende seguir con su carrera política y su partido (PRI) ya le advirtió que no lo dejará pasar.
De no lograr la postulación a la alcaldía de la capital coahuilense, Moreira amenaza con lanzarse como candidato independiente o por alguno de los partidos pequeños. Es decir, la estrategia que ha tenido MC y otros.
En tanto Rubén Moreira termina su mandato como gobernador impopular. Esto ha alentado al panismo que le disputará el poder al tricolor.
Ni PRD ni Morena, tiene fuerza en ese estado ni en buena Parte del norte del país.
Nayarit, reto
Otro reto del PRI es Nayarit. Es uno de los estados pequeños del país, donde en términos electorales no representan mucho para el priismo, pero si un golpe demoledor si es que lo llegase a perder, porque equilibraría el número de posiciones del priismo con los partidos opositores.
Esta entidad ya ha tenido alternancia del poder a nivel de gobernador, con la alianza PAN-PRD-PT, encabezada por Antonio Echevarría Domínguez.
La fórmula aliancista allí (1999-2005) fue debut y despedida.
Las siguientes dos elecciones fueron victorias para el tricolor, ante una administración poco exitosa.
La sucesión del actual mandatario, Roberto Sandoval Castañeda, parece poco complicada para el PRI.
Veracruz
En tanto, los comicios municipales, previstos para 2017, podrían servir para que el tricolor inicie la remontada con rumbo al 2018, creen analistas.
Los veracruzanos tendrán que acudir nuevamente a las urnas en 2017, después de un complicado y sorpresivo proceso en que PAN-PRD lograron imponer a un gobernador por dos años. En 2017, serán elecciones de alcaldías y en 2018, la elección empatada a las presidenciales. Entonces sí se elegirá a un gobernante jarocho para un sexenio, es decir, para el período de 2018 a 2024.
Por ahora, este fin de año, se despide en una batalla de todos contra todos por los más de 200 municipios; algunos de ellos tienen gran importancia económica, política y social, en las entidades inmersas nuevamente en elecciones.