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*De acuerdo a los expertos -la realidad no coincide del todo-, México alcanzó pico, inició el descenso de contagios, y ya puso en marcha la primera fase de reactivación económica.
Por Samuel Cantón Zetina

El problema, ahora, es cómo detectar a la población asintomática, que no ha llegado a hospitales porque no tiene o sus molestias son leves, pero que puede infectar a otros.
En España, en su peor día de positivos, una persona infectó a tres más (35%). Hoy la tasa está abajo del 1%.
Dos cosas pueden pasar con esos potenciales transmisores: que se enfermen fuera, o que contagien a los demás sin saberlo.
Y cuando regresen a sus domicilios, sus acompañantes estarán también en riesgo. Por eso conoceremos casos de gente que nunca salió de sus hogares, pero fueron contagiados.
Por eso los países más afectados, que al principio no quisieron hacer pruebas, los hicieron luego a marchas forzadas por miles, mantienen restricciones y la prohibición para celebrar eventos masivos de cualquier índole.
¿Debería estar haciendo nuestro país test masivos?
Hay que recordar que la más importante recomendación de la OMS fue hacer “pruebas, pruebas y más pruebas…”
Es, a juicio de la organización, la única manera de saber cuánta gente está infectada y cuanta es ya o puede ser inmune, además -opina-que censar es más barato que mantener confinadas a naciones enteras.
Sin los exámenes -se tiene a los serológicos y a los PCR como los más fiables-, es imposible controlar la pandemia.
Islandia, “el país más amigable del mundo”, hace test ¡al 100% de sus ciudadanos! (claro, tiene 365 mil, no los 125 millones de México), y los empezó a hacer un mes antes de confirmar su primer caso.
En Europa, Alemania estaba al frente en análisis clínicos, lo que en parte explica por qué teniendo un elevado número de infectados, observa -en proporción- una baja tasa de mortalidad.
A fines de abril, EEUU -Trump minimizó siempre la amenaza- sumaba cerca de 7 millones, convirtiéndose en el que más ha hecho.
Gran Bretaña, España y Francia fueron de los que menos hicieron (así les ha ido). Y en el resto de Europa, India, Australia, África y la propia China, los test son mucho menos.
Ya ni qué decir de América Latina, donde México, con muy pocos -0.4% por cada mil habitantes, según la OCDE en su informe “Pruebas para COVID-19: una forma de levantar las restricciones de confinamiento”-, iba adelante semanas atrás, y ni Brasil (con 11 mil muertos) las hace.
En ese escenario de incertidumbre, la recuperación de la vida productiva tiene que ser tomada, al menos, con cautela.
COVID regresó a China y a Corea del Sur.
Creían que lo habían superado…