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Por Mario Luis Fuentes / en Twitter @MarioLFuentes1
Arraigar un régimen democrático en una sociedad es una tarea de alta complejidad, más aún si se carece de ciudadanas y ciudadanos convencidos mayoritariamente de que se trata de la mejor forma de gobierno posible.
Bajo respaldo a la democracia
La corporación Latinobarómetro dio a conocer recientemente los resultados de su encuesta bienal, en torno a la democracia en América Latina. Se trata de una encuesta robusta, aplicada en 18 países de la región, que consta de 10 módulos de preguntas, más un módulo adicional que consulta sobre temas coyunturales.
En el primero de los módulos, relativo a la democracia, México se encuentra entre los países donde una menor proporción de ciudadanos considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, con sólo el 47.2%; a ello se añade que tiene uno de los porcentajes más altos de población que opina que “en algunas ocasiones, un gobierno autoritario es preferible”, con el 24.6% de las opiniones emitidas. En ese indicador, sólo Paraguay registra un porcentaje mayor con 25.8%.
Por otro lado, si se suma al porcentaje de personas quienes indican que preferirían un gobierno autoritario, o que les da lo mismo un gobierno democrático que uno autoritario, México registra el sexto porcentaje más alto de la región con un 52.8%, superado por Honduras, Ecuador, Panamá, Guatemala y Brasil.
Es importante subrayar que, a pesar de la llamada “transición democrática” que llevó a que el país tuviese su primera alternancia partidista en la presidencia de la república e el año 2000, en el 2021 se tiene un menor aprecio por la democracia que en 1995, año en que inicia la serie de mediciones de latinobarómetro. En efecto, en aquel año se tuvo un registro del 51.6% de la población que consideraba a la democracia como preferible a cualquier otra forma de gobierno, llegando al nivel más alto en 2003, con un 65.3%, llegando al ya mencionado 47.2% en el 2021.
Poco apoyo a los pobres
De acuerdo con el Latinobarómetro, en México se registró el menor porcentaje de personas, en la serie histórica para el país, en lo relativo a que en el país hay solidaridad con los pobres y necesitados. Esta dimensión se mide preguntando hasta qué punto se considera que los derechos o libertades se encuentran garantizados.
Así, sólo el 5.1% de la ciudadanía considera que la solidaridad con los pobres y necesitados se encuentra completamente garantizada; el 31.5% considera que se encuentran algo garantizadas; el 46.7% considera que están poco garantizadas, mientras que el 16.7% piensa que no están para nada garantizadas. Destaca que el indicador contrasta con el del 2015, cuando un 15.8% consideró que los derechos y la solidaridad con los pobres estaban completamente garantizados.
Avances lentos contra la corrupción
En este indicador, los mayores cambios se registran en lo relativo a la percepción de qué tanto creció la corrupción; en efecto, entre 2016 y 2018, la precepción fue de un 47%, que percibió que la corrupción creció mucho, mientras que entre 2018 y 2020 el indicador se redujo a 12.4%; por su parte, la proporción de quienes percibieron que la corrupción creció poco pasó de 27.4% entre 2016 y 2018, a 36.6% entre 2018 y 2020. El 30.8% considera que se ha mantenido igual del 2018 al 2020; el 14.4% considera que disminuyó algo; mientras que el 1.7% opina que disminuyó mucho.
