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A 100 días ¿hay algo qué festejar?

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AMBIGÚ   

 

*Ahora Amlo contra Banxico

*El mensaje oculto de los narcovideos

 

Por Martha Elba Torres Martínez

La próxima semana, el presidente López Obrador estará celebrando sus primeros 100 días de gobierno, aunque existen serias dudas de que haya algo realmente qué festejar: casi tres mil homicidios en un mes, crímenes políticos sin aclarar; la guerra a muerte por el huachicol, el pleito con las organizaciones civiles y todavía, la recesión económica en puerta que le bajará las ganas de seguir regalando dinero.

Vamos por partes.

Anteayer, el Banco de México le pidió al gobierno de López Obrador que por los efectos que tiene sobre el costo de financiamiento para todos los agentes económicos del país, “cuide” las calificaciones –de las “hipócritas” Fitch Ratings y Moody´s- sobre Petróleos Mexicanos (Pemex) y la soberana de México, porque entonces estaremos en muy serios problemas.

En la presentación del informe trimestral correspondiente al periodo entre octubre y diciembre de 2018, el gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, estableció que uno de los elementos que gravitan sobre la economía nacional son las primas de riesgo, tanto de la paraestatal como a nivel país, por lo que reestimó el crecimiento del país, en promedio 1.6 por ciento.

En lenguaje llano: si las calificaciones siguen bajando considerando a Pemex y México como riesgos de inversión, los acreedores exigirán el pago total e inmediato de las deudas y hasta que no vuelva a mejorar la confianza de las financieras, le volverían a prestar.

Pero hablamos de miles y miles de millones de dólares y la verdad sea dicha, la inyección de 75 mil millones de pesos a Pemex para hacerla “viable” hasta 2024, es como una untada de árnica al piquetón de un alacrán duranguense.

López Obrador ha dicho que todo lo que ha recuperado del huachicol –aunque en los hechos nadie sabe qué- sería invertido en la empresa del Estado, en tanto que el ahorro en corrupción –que tampoco dice cuánto- será para programas sociales, de algún lado tendrá que sacar para pagar a los acreedores, en el peor de los escenarios.

Ayer, desestimó las expectativas del Banxico porque sus cifras no coinciden –seguramente en la institución hay pendejos, como los que mandó a la Comisión Reguladora de Energía- y demostrará que la economía va a crecer 4 por ciento. Como siempre, no nos dice cuándo ni cómo, solo que ya se puso de acuerdo con el empresariado…

***

Pero tampoco creemos que haya mucho qué celebrar con los cerca de tres mil asesinatos nada más en enero.

¿Alguien se acuerda de aquel histórico agarrón el 2 de enero, entre el Presidente de la República y el diario Reforma, porque éste publicó que en diciembre hubo 887 homicidios dolosos cuando en carpetas de investigación se contabilizaban mil 804?

En campaña, López hizo creer a 30 millones de incautos e incautas, que nada más llegando al poder, la criminalidad se iba a contener. ¡Tómala! En un mes, 140 secuestros, 75 feminicidios y el repunte alarmante de la violencia en 17 estados incluida la Ciudad de México, aunque la gobernadora Claudia Shembaum, maquille las cifras. Son datos oficiales de incidencia delictiva publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Entonces nos preguntamos, de ¿qué diablos sirven las reuniones de seguridad, todos los días a la seis de la mañana, en Palacio Nacional? ¿para el cafecito y las galletitas? Cien días y no se ve por ningún lado una estrategia clara y contundente. Mejor traen a soldados y marinos cuidando ductos y de albañiles, y la Guardia Nacional a ver cuándo cuaja.

A propósito. Nos sorprendió ese repentino paso para atrás del Presidente respecto a la Guardia Nacional. Casi juró que no se retractaría, ni se iba a dejar. Solo hay dos interpretaciones de su mansedumbre: esa libertad concedida a nombrar un militar al mando de la nueva corporación, o que ya entendió que la política es el arte de la negociación.

Porque las conferencias mañaneras, ya para lo único que le están sirviendo, es para evidenciar su amplio desconocimiento sobre el quehacer gubernamental. Cuando no le corrige la plana su gobierno, como con el caso de las estancias infantiles y los refugios para mujeres y sus hijos, en peligro de muerte, el Presidente corrige a sus colaboradores. Como a Javier Jiménez Spriú que pretendió reservar por cinco años las grabaciones del accidente en el que murieron la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y el senador Rafael Moreno Valle, y que forman parte del expediente de investigación.

El argumento de la SCT para no difundir los audios fue que “afectarían el interés público y la seguridad nacional”, pero finalmente lo que se vio y escuchó ayer fue una grotesca farsa. Evidentemente, una burla para los medios.

También lo que resultó un acto de insensibilidad extrema de López Obrador, fue esa consulta tramposa, desconsiderada, sobre el cadáver aun tibio del activista Samir Flores. Y que haya insinuado siquiera que lo pudo matar su propia gente para impedir la consulta, es de una frialdad humana, que dice mucho.

Pero igual, los que tampoco están para compartir los primeros 100 días, son las y los guanajuatenses, con esa guerra desatada entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Santa Rosa de Lima, por el control del robo de gasolina. Sí, el mismo que dijo Amlo que ya estaba controlado.

Esta semana, estos grupos criminales junto con “Viagras” han difundido videos que no tienen otro propósito más que infundir terror en la población. Aunque la narrativa este dirigida a sus adversarios, el mensaje oculto es el baño de sangre que ya comenzó, para un Presidente que en cerca de 100 días ya demostró su incapacidad para contenerlo…

 

 

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