Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 26 segundos
* El líder estatal, Marco Rico, declaró que “se exploran posibilidades de unidad entre aspirantes (porque) el enfoque principal de la campaña fue la unidad total en torno al proyecto»; el tema es complejo porque en los 84 municipios han inscritos por lo menos 840 aspirantes, lo que implicará el diálogo como vía para llegar a acuerdos a través de un probable reparto de espacios para los perdedores
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Las señales que ha estado enviando la dirigencia estatal de Morena parecieran un retorno a tácticas dilatorias no muy antiguas para estrechar al máximo el margen de disidencias y/o impugnaciones, una vez que se conozcan las candidaturas a las a las 84 alcaldías hidalguenses.
Sólo en cuanto a potenciales aspirantes a presidencias municipales, la dirigencia estatal del partido mayoritario estima en 10 pretendientes por cada alcaldía, 840 en un total aproximado.
Dada la condición humana, muy proclive a declararse «víctima de injusticias» antes que aceptar las reglas partidistas y el hecho crudo de que los pretendientes son muchos y los puestos políticos son pocos.
Queda claro que las nominaciones deben definirse antes del día 16 o, a más tardar, y como fecha límite, el 21, que es el plazo del INE para registro oficial.
Además de las 84 presidencias municipales, hay en juego 18 distritos locales para el Congreso del Estado, 912 regidurías y 84 sindicaturas.
A este respecto, el dirigente estatal del partido, Marco Rico, dijo que se avanza en las encuestas, lo que da un indicio claro que no se han podido concretar acuerdos en ningún municipio.
El líder aclaró que la Comisión Nacional de Elecciones es la facultada para el proceso y en ese órgano se informará como se realizó el proceso de selección. Y aclaró que «hemos sido respetuosos de las esferas de competencia de cada uno de los órganos del partido y estaremos esperando la determinación que se tome al respecto».
De esta forma, queda de manifiesto que el sigilo interno toma características de total secrecía, aunque históricamente se han dado casos de filtraciones y, en consecuencia, de protestas anticipadas.
Respecto de eso, Rico abundó en que «se exploran posibilidades de unidad entre aspirantes (porque) el enfoque principal de la campaña fue la unidad total en torno al proyecto».
Pero la condición humana determina la conducta: «Al nopal solo cuando tiene tunas van a verlo».
El antídoto más eficaz para evitar rompimientos, resentimientos y defecciones, es sin duda el llegar a acuerdos y otorgar espacios, en la medida de lo posible, a los perdedores. En resumen, echar mano del sabio refrán jarocho: “El buen tiburón, salpica…”
