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* La diputada Elizabeth Mateos, exige mandar a prisión a quien no respete en la CDMX a los adultos mayores; por su actitud radical ya la califican como la “Torquemada de Donceles”
¡¡…GUERRA DE PAPEL…¡¡
Por BLAS A. BUENDÍA
Especial para Expediente Ultra
Indudablemente que el poder en manos de mujeres, echarían a perder toda acción de desarrollo, crearían ghettos femeninos y si no están de acuerdo con sus “iniciativas”, seguramente enviarían a la cárcel hasta al más mínimo infractor de esta sociedad que está llena de complejidades.
Indudablemente es el caso de la diputada perredista Elizabeth Mateos al proponer “¡cárcel!” para todos aquellos ciudadanos que abandones a sus familiares que engloban esa edad tan primorosa de llegar a viejos, la Tercera Edad.
A través de sus comunicados que muchas veces se convierten en pergaminos “fake news”, se les da la observancia necesaria pero no son contundentes porque la cultura del mexicano es gobernada por el desorden, un ente que a ciencia cierta es dominada hasta por la anarquía a pesar de contar con leyes que previenen los delitos comunes y del orden federal.
No obstante de ello, los familiares o tutores que tengan la obligación de cuidar y abandonen con “dolo”, aíslen, mantengan en condiciones de hacinamiento o desalojen ilegalmente a los adultos mayores y con discapacidad, incapaces de valerse por sí mismos, serán sancionados con “¡cárcel!”, así lo establecen las reformas aprobadas en la Asamblea Legislativa al Código Penal para la Ciudad de México.
La pena privativa de la libertad para los infractores la establece el Artículo 156, en el que se precisa que la sanción será de tres meses a tres años de prisión, si no existe lesión o daño alguno, y en aquellos casos donde el tutor fuese ascendiente del ofendido, se le privará de la patria potestad o de la tutela.
Estas reformas aprobadas de manera unánime por la Asamblea Legislativa, fueron impulsadas por la diputada y vocera del Grupo Parlamentario del PRD en la ALDF, Elizabeth Mateos Hernández, y contemplan un protocolo para diferenciar los casos donde hay una mala situación económica con aquellos otros en lo que hay “dolo” y mala fe.
En este sentido, la sociedad no lo contempla de este modo porque de ante mano es el propio Estado, tanto el federal como los locales, quienes tienen la plena responsabilidad de velar por sus ciudadanos maduros a través de Casas de Asistencia Pública, pero ¡hasta con eso…! muchas de éstas se hallan en el completo abandono y el ejercicio presupuestal a pesar de su destinación, no llegan o se quedan en los bolsillos de los altos funcionarios.
Vamos a establecer un protocolo, nos pusimos de acuerdo con el DIF, el Instituto de Adultos Mayores y con la Secretaría de Desarrollo Social, para conceptualizar qué es el “dolo” –dijo- “porque se debe considerar cuando un familiar que no tiene dinero, no tiene trabajo y no puede brindar atención, medicamentos ni dar una vida digna. En esos casos, por necesidad, hay quienes los dejan o abandonan en hospitales para recibir cuidado”.
Precisa Mateos Hernández, presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Prioritarios y Vulnerables de la Asamblea de Donceles (que desde su posición se ha convertido en la “Torquemada de Donceles” porque todos sus efectos los pretende llevar a la práctica de la coerción fortuita), en casos de necesidad económica extrema el Estado debe apoyar para evitar que se rompa el tejido familiar.
En cambio, cuando una persona sí tiene las posibilidades económicas y los abandona por “dolo” o mala fe, y trata de evadir su responsabilidad de ofrecerles los cuidados necesarios, sí se debe hacer acreedora a las sanciones penales marcadas en la ley.