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* En el comunicado donde se informa de la exoneración total del ex Secretario de la Defensa, la FGR afirma tajante que «del análisis correspondiente, se llegó a la conclusión de que el general Cienfuegos nunca tuvo encuentro alguno con los integrantes de la organización delictiva investigada por las autoridades norteamericanas y (sic) tampoco sostuvo comunicación alguna con ellos ni realizó actos tendientes a proteger o ayudar a dichos individuos»; todavía en octubre, AMLO lo equiparó con García Luna
Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010
Típico de la política a la mexicana, el General Cienfuegos pasó de la presunción de pájaro de cuenta, a la inmaculada inocencia de blanca paloma.
No por esperado dejó de ser sorpresivo el «carpetazo» al asunto en torno al general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa en el sexenio de Peña Nieto, que anunció anoche la Fiscalía General de la República (FGR), seis horas después que el embajador de Estados Unidos, Christhoper Landau, convocara a conferencia de prensa para señalar que «México no ha aceptado equipo para controlar el tráfico de armas» y comparó eso con «enviar armas a Hitler» en la Segunda Guerra Mundial. En cuanto al «Caso Cienfuegos», lamentó que «no haya existido una confianza y colaboración para que las dos naciones tuvieran conocimiento de lo que ocurría».
En el comunicado donde se informa de la exoneración total del general Cienfuegos, la FGR afirma tajante que «del análisis correspondiente, se llegó a la conclusión de que el general Cienfuegos nunca tuvo encuentro alguno con los integrantes de la organización delictiva investigada por las autoridades norteamericanas y (sic) tampoco sostuvo comunicación alguna con ellos ni realizó actos tendientes a proteger o ayudar a dichos individuos».
De esta forma, la Fiscalía es explícita en su rechazo a las acusaciones formuladas por la DEA y el fiscal de la causa en Estados Unidos y abundó: «Tampoco se encontró prueba alguna de que hubiera utilizado ningún (negaciones repetidas en el original) equipo o medio electrónico, ni que hubiera emitido orden alguna para favorecer al grupo delictivo señalado en este caso».
CIENFUEGOS, «MUESTRA INEQUÍVOCA» DE CORRUPCIÓN, AFIRMÓ AMLO EN OCTUBRE
Pero el «carpetazo» y los términos en que está redactado no sólo refuta todas y cada una de las acusaciones formuladas en la Corte Penal de Estados Unidos, sino que también contradice directa y contundentemente los señalamientos hechos por el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el pasado 16 de octubre, menos de 12 horas después que el general ahora exculpado fuera detenido en el aeropuerto de Los Ángeles, California, por agentes de la DEA.
En la «mañanera» de ese día, López Obrador, con los acostumbrados énfasis y gesticulaciones que utiliza cuando trata estos temas, dijo: «Los casos de Genaro García Luna y ahora del general Cienfuegos son muestra inequívoca de la descomposición del régimen neoliberal, la peste que tanto daño ha hecho al país, la corrupción es el principal problema de México».
Pero no paró ahí: Acto seguido anunció que «todos los militares que resulten relacionados con el caso van a ser suspendidos y puestos a disposición de la autoridad competente… no habrá impunidad para nadie… se castigará a todos los que cometan delitos… no vamos a encubrir a nadie».
Todo eso, a escasas 12 horas de la detención en Estados Unidos del general Cienfuegos, anoche exonerado totalmente de cargos por la Fiscalía General de la República.
Pero López Obrador no tardó mucho en dar un giro de 180 grados en el asunto: dio marcha atrás en «la suspensión y consignación» de sospechosos y comenzó negociaciones. según fuertes indicios, directamente con la Casa Blanca y logró que mandaran de regreso a Cienfuegos a México, completamente impune.
UN EMBAJADOR CLARIDOSO, A POCOS DÍAS DE SU PARTIDA
Al embajador Christhoper Landau le faltan escasos cinco días para hacer maletas y regresar a Estados Unidos, pero de pronto recordó «un pendiente» y citó a conferencia de prensa.
Ante los reporteros, abordó el espinoso asunto del tráfico de armas y dijo: «México no ha aceptado equipo (en calidad de donativo) para controlar el tráfico de armas» y agregó que «es imprescindible que hagamos más esfuerzos compartidos en los dos lados de la frontera. Nosotros hemos ofrecido donar al gobierno de México equipos no intrusivos para controlar el tráfico de armas y no se ha aceptado… este punto de las armas es solamente una cosa que se hace para regañar a los Estados Unidos. Yo creo que hay más que podemos hacer y que también México puede hacer para controlar esos movimientos, se puede hacer mucho más en ambos lados de la frontera…»
En el mismo tenor recordó el «culiacanazo», el fallido operativo para capturar a Ovidio Guzmán, liberado casi inmediatamente por orden directa del presidente López Obrador y señaló que «eso es evidencia del gran poder de armamento que tiene el crimen organizado». Al llegar a este punto, Landau sorprendió al equiparar la inacción del gobierno mexicano frente al contrabando de armas «como si en la Segunda Guerra Mundial les enviáramos armas a Hitler».
Precisó además que «yo creo que no es solo un problema de México, sino también para Estados Unidos. Espero que en el futuro, este tema vaya a quedar en la lista de temas en la relación bilateral».
En relación con el asunto del general Cienfuegos (la conferencia de prensa fue seis horas antes del carpetazo), el diplomático lamentó que «no haya existido una confianza y colaboración para que las dos naciones tuvieran conocimiento de lo que ocurría, y eso me frustra, porque a pesar de todo lo que hacemos, parece que siempre llegamos al mismo punto, en donde nos culpamos unos a otros y se quedan los narcos, los criminales y nosotros regañándonos. Tenemos que buscar formas de prevenir este tipo de malos entendidos.»
AQUELLA JACTANCIA DE ACKERMAN
La patinada en la «mañanera» de aquel octubre no fue la única. Los afanes por voltear el sentido del suceso en Los Ángeles y cubrir (¿?) al gobierno federal de la exhibida «Urbi et Orbi», llevó a no pocos personajes afines al gobierno y al presidente a chapotear en las viscosas aguas del ridículo.
Un ya veterano en estos asuntos es el «doctor» John Ackerman, el primer damo de la SFP, quien de inmediato soltó un «tuit” donde afirma tajante:
«No se confundan. La detención de Salvador Cienfuegos es un logro de la 4T.
«Se le informó a López Obrador hace 15 días sobre el caso y permitió que la justicia siguiera su curso».
Es fácil de colegir: Se requiere de un enorme, grandísimo… talento, para meter al presidente AMLO en un lío tan durísimo con el Ejército.