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Por Rodolfo Sosa Cordero
La precaria condición de la economía bajo AMLO es importante, claro, pero no lo más importante.
Resulta que este asunto de la falta de seguridad ya no es algo que lees en el periódico, algo distante, que le pasó a algún desconocido en algún lugar remoto…
Ya no es así, ya son amigos, conocidos, vecinos, unos que cierran sus negocios porque los extorsionaron por derecho de piso, otros como dos peluqueros, que tenían su estética y los mataron a los dos, no podían pagar, pero tampoco cerrar ¿De qué chingados comen? el sitio de taxis de frente a mi casa, cerrado por extorsión, matan en el mismísimo centro de Cuernavaca al líder de los empresarios y a otro más. Se meten en cualquier restaurant o antro y matan a varios, al director de una Casa de Bolsa lo matan en un restaurant normalito, estaba acompañado de varios empleados, uno de ellos me mostró una esquirla de bala en el pecho, se negó a abriles una cuenta para lavar dinero (me imagino). Y eso, sin mencionar la multitud de homicidios, feminicidios, que tienen a Morelos en vilo, lo mismo que a muchos otros estados más. La Federación no ayuda en nada, y la zozobra crece.
Y la respuesta del ejecutivo federal es «Abrazos no balazos», «No más masacres», «Fuchi Guácala» «El crimen también son pueblo», o sea no se hace nada. Hace la Guardia Nacional y literalmente los manda a la guerra sin fusil. La gente a soldados y marinos los apedrea, les da de palos, y estos pobres aguantando.
Se supone, que el «CONTRATO SOCIAL», la sociedad depositan en el Estado la posibilidad de usar la fuerza para que salvaguarde su seguridad física y patrimonial.
El derecho a la vida y el derecho a la propiedad son los únicos derechos auténticos, y para eso existe el estado para proteger a los ciudadanos de los violentos, del mismo país, con las policías y de otros con el ejército.
Esta es la razón primordial para la misma existencia del Estado, ser depositario del monopolio de la violencia.
Y para eso, pagamos IMPUESTOS.
Para solventar los gastos que nuestra protección conlleva.
Los impuestos no son para «redistribuir» regalando dinero a diestra y siniestra, la principal razón, si no es que la única legitima es que me proteja a mí, a mi familia, a mi patrimonio.
MÉXICO ES CON AMLO UN ESTADO FALLIDO y lo es porque NO DETENTA EL MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA. Vamos, ya ni siquiera comparte la violencia con el crimen organizado, le ha cedido completamente su facultad ante la pasividad e inacción de AMLO. NO hay estado, NO existe.
¡Ah! pero por otra parte, ante las precarias condiciones de la economía y que se les ha caído la recaudación impositiva, imponen TERRORISMO FISCAL: Si evades impuestos me quedo con tus propiedades, «extinguimos tú dominio» y te robo todo lo que tú tienes. ¿Podría existir algo más arbitrario?
Lo sorprendente es que la sociedad, temerosa, no hace nada, somos tan pocos los que pagamos impuestos «los fifís», que protestar ante la enorme masa de beneficiados de nuestro trabajo, es inútil, para el vulgo resentido «Qué bueno que al patrón lo dejen en calzones por no pagar impuestos».
Y todo esto proviene, además de un presidente que jamás ha pagado impuestos. Recorría el país completito, pagando sus gastos y de su chofer, y toda la parafernalia para poner su templete, que cuesta y mucho, y que por ello tuvo ingresos, que se supone debió de retenerle ISR a su chofer y trasladarle el IVA. Pero sus declaraciones han sido en CEROS. ¡Oigan!
Claro, esto va a tener un costo. Y tiene un costo, no sólo no se va a invertir, se van a cerrar negocios tanto por la extorsión del crimen como la extorsión del gobierno de AMLO. Y, el país se volverá un verdadero caos, de hec
