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CUENTA REGRESIVA

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*Como nunca, en Hidalgo, se vive una desbandada de actores políticos que alguna vez vivieron de las mieles del poder que les brindó el partido que los cobijó durante años.

Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010

A cinco meses de la elección a alcaldes municipales en Hidalgo, parece descifrarse el desenlace, según escenarios posibles. Crece la certeza que el triunfo de Morena dependerá, en mucho, el cómo se de la selección de sus candidatos.

Hágase la pertinente justificación que este columnista es de los que piensan que ni don López y sus candidatos, ni los otros candidatos resolverán nuestros terribles problemas.

Esa evidencia parece compartida con no pocos ciudadanos. ¿Por qué? Porque don López nos dice –cada mañana– que su actuación es y será, siempre, dentro del marco de ocurrencias matutinas, de desvelados, pues.

Ese marco ha demostrado con un alto contenido de dramatismo su inviabilidad. La solución no es sólo austeridad, no es solo aplicar todo el poder del estado en un enfrascado rencor por el pasado. Tampoco es medida de combate a la pobreza el reorientar los objetivos del ingreso –como rifas– y el egreso gubernamental hacia lo social, sobre todo a programas sociales que han demostrado ser frágiles y con una gran dosis de paternalismo alarmante.

 Y aunque cierto es que la austeridad en el gasto haría viable disponer de más recursos financieros, también es cierto que su uso sería anulado por los vicios del sistema.

Pero ese sistema viciado es por la forma de desorganización política prevaleciente, resultado de una combinación monstruosa –o perversa– de apetitos canibalescos que se antojan ya, dentro de las filas morenistas en Hidalgo.

Hoy vemos una intromisión salvaje de personajes priístas que buscan cobijo en ese partido, hombres y mujeres que juraban una lealtad tricolor, esa lealtad está desprovista de verdad, porque a final del camino es una traición maquillada con un toque de lucha social.

Este canibalismo político es ajeno a la apremiante necesidad del pueblo, pues ante la desbandada política han surgido encuestas –para legitimar sus ambiciones–, por supuesto pagadas por ellos mismos, donde todos aparecen como punteros en la aceptación ciudadana, cada uno se dan como ganadores virtuales de su deseo político.

Para superar estos problemas de identidad, se requiere con urgencia modificar nuestro marco constitucional –jurídico, moral y ético– y económico y, desde luego, político.

En este 2020 habrá dos elecciones, en Hidalgo y Coahuila se elegirán alcaldes y diputados locales, respectivamente.

Serán otro “laboratorio político”, pero en Hidalgo podría ser una purga de personajes añejos y que su búsqueda por espacios electorales, de ganarlos, sería el antídoto contra el olvido de esas mujeres y de esos hombres, que fueron abandonados en el rincón de los desechos partidistas.

Dicho de otra forma: Las condiciones tan terribles de la vida nacional nos obliga, como ciudadanos, a ser muy acuciosos a lo que se vive en el clima político estatal y que no nos vengan con espejitos milagrosos.

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