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Por Samuel Cantón Zetina/@SamuelCanton

Es muy mala la situación de México con los feminicidios, pero es la misma de casi todos los delitos.
La pregunta ya no es, pues, cómo estamos al respecto, porque todos sabemos la respuesta.
El cuestionamiento ahora es qué hacen las instancias directamente involucradas para superar el horror.
Cabe escribir que es propósito del artículo sacar del ámbito de la responsabilidad política el tema, para llevarlo al de las autoridades competentes y áreas operativas.
¡Vamos!, se trata de hacer una evaluación objetiva de resultados, como se hace en cualquier empresa importante.
¿Qué tenemos?
Más de 80 mil crímenes dolosos en 26 meses del sexenio (fuente: Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública); 38 mil al año, 75 diarios -10 de mujeres, 3 feminicidios-, 4 cada hora.
Y 45 denuncias cada 24 horas por violación contra mujeres y niñas.
Lo anterior quiere decir que los asesinatos y delitos no han disminuido desde 2018.
Es claramente un gran fracaso.
Aunque es fundamental hacer los deslindes del caso: ¿Quiénes y en donde fallaron?
Hasta 2020, por ejemplo, Guanajuato era campeón en fosas clandestinas, aunque abundan también en 171 municipios de Jalisco, Colima, Michoacán y Zacatecas.
En Guanajuato -compuso y cantó José Alfredo- “¿la vida no vale nada?”.
¿Es que esos estados nunca van a lograr que descienda el número de tumbas ilegales?
En el actual periodo presidencial, hay registro de más de 40 mil desaparecidos; antecedente (2019) de que el porcentaje de los delitos no denunciados o no investigados es de 92.4% -por ahí debemos seguir-, y que la percepción de inseguridad a marzo del año pasado subió a 78.6%.
Para nada son buenas noticias.
¿No es hora de que los fiscales, policías, jueces, diputados, etc., den la cara, al menos para permitir que el rostro de los políticos y gobernantes se desinflame de tanto golpe y recriminación?
Casi todos están supeditados a las autoridades políticas y civiles, pero no los exime de rendir cuentas y de ser permanentemente examinados en su eficacia.
La ciudadanía está obligada a exigir resultados en cada estado y municipio, porque la constitución marca que la seguridad pública es competencia de gobernadores y alcaldes, y de ellos dependen las corporaciones policiacas y fiscalías.
Por su parte, el Poder Judicial es responsable de lo que en los juzgados sucede con los delincuentes.
Y en cada territorio existen diputados locales cuya obligación básica es procurar el marco jurídico más apropiado a favor de la población.
Los encargados del combate a la inseguridad deben salir al quite.
Por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (ENVIPE) 2020, del INEGI, sabemos que ese año hubo 22.3 millones de víctimas de algún delito, y por AMLO estamos enterados que la guerra que Borolas (Felipe Calderón) declaró hace 15 años al crimen organizado, reporta al menos un millón de afectados de todo tipo.
En el contexto de la invisibilidad de los auténticos culpables del desastre en seguridad, es muy posible que el presidente Andrés Manuel López Obrador cometa un grave error cuando se asume como único responsable de las cifras globales de la delincuencia.
Como si México fuera un universo con él gobernándolo solo.
Y que a eso se deba que “sus otros datos”, los que le proporcionan sus colaboradores, no tengan plena congruencia con la realidad.
El 24 de enero, en SLP, adonde inauguró instalaciones de la Guardia Nacional, afirmó: “Ya se están sintiendo los cambios en seguridad”.
Pero informó de algo muy importante, y que tiene que ver con el punto del texto: ya no es igual que antes, porque ahora la GN tiene cerca de 100 mil elementos, y hay más de 140 cuarteles y agrupamientos en 266 regiones del país.
Antes -subrayó- no se tenían datos ni estadísticas diarias de homicidios y otros delitos, y ahora hay una coordinación nacional que se replica en los estados.
Muy bien por el presidente y por la 4T, pero… ¿invertir muchísimo más en salarios y nuevas instalaciones para los mismos (malos) resultados de 2018 y 2019? ¿De qué sirven estadísticas actualizadas y coordinaciones, si en años no se reducen los asesinatos ni las infracciones?
En 2020, por la pandemia, los crímenes apenas descendieron 0.4%, y eso más por inmovilidad de la gente que por éxito de estrategias públicas.
Y ahí quedó, sin respuesta, el señalamiento de la DEA a Alejandro Gertz Manero de que la agencia estadounidense tiene un 95% de éxito en casos, mientras la FGR 5%”.
Eso sí le toca a AMLO.
Desafortunadamente, la moda de presentar reducciones microscópicas de delitos inaugurada por Alfonso Durazo, flamante candidato a gobernador de MORENA en Sonora, funcionó en Palacio con el paisano.
Pero no en la realidad…
Y DE MAÑANA…
SOBRE ROSARIO Robles, aunque es tema de la Fiscalía, el presidente López Obrador dijo que para obtener su libertad tendrá que hacer alguna reparación del daño por la Estafa Maestra. De lo contrario -expresó- “seríamos cómplices” de la corrupción. El paisano sostuvo que es necesario que se reintegre no todo lo que se robaron, porque fue muchísimo -FGR exige a la ex secretaria de EPN $5 mil millones-, pero sí que se consiga lo más que se pueda”. En respuesta, Robles dijo que AMLO está mal informado, y que el delito por el que se le acusa no requiere reparación…***EN NUEVO León hubo un interesante ejercicio periodístico a propósito de los “chapulines”, exhibiendo a los que más saltan de uno a otro partido. Entre una veintena de alambristas, ganó Karina Barrón, aspirante a diputada federal. Brincó del PAN a un independiente, después a Movimiento Ciudadano, y de ahí al PRI. Siguiendo con trepadores, 55 diputados federales (11% de 500), la mayoría de MORENA, hacen maroma y media para repetir, entre ellos Ernesto Vargas Contreras, mejor conocido como Ernesto D’Alessio, quien fue por la candidatura del PES a gobernador de NL…***CON FÉLIX Salgado Macedonio, las mujeres guerrerenses tienen dos opciones: lo echan abajo en la segunda encuesta, y obligan a MORENA a reemplazarlo con alguien un poquito más decente, o escarmientan al guinda en las urnas y eligen como gobernador a algún candidato o candidata de otro partido. No hay más…