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¿Divorcio en Los Pinos?

*Desencuentros públicos y notorios del Presidente y su esposa *La boda un plus de popularidad; hoy más negativos que positivos *Fastos, la Casa Blanca y escenas en giras a Europa, afectan

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Foto: redpolitica.mx

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Ciudad de México, 20 de julio de 2015 (agencia acento)

Dicen los que saben que todo amor nace con fecha de caducidad y al parecer el del presidente Peña y la Primera Dama, Angélica Rivera se acerca a ese momento.

Abundan a últimas fechas comentarios de columnistas sobre desencuentros; otrora ha habido rumores hasta de golpes, aunque nunca confirmados.
México vive una libertad de expresión –que niega Carmen Aristegui por su caso de despido- y que es tan real que se mete a la alcoba de Los Pinos.
Hablan  de desencuentros Jorge Carrasco (Proceso), Carlos Loret de Mola (de Televisa y de El Universal), Ricardo Alemán o Fernanda Familiar.
Una primera señal del distanciamiento en la pareja más famosa del país y el extranjero, fue al saberse de la mansión que recibió como “pago” a favores del entonces Gobernador y ahora Presidencia a proveedores.

La Primera Dama se defiende sola

Ella sola dio la cara. No al lado de su marido. ¿Era solo problema de ella? ¿En qué términos fue su matrimonio? Legalmente ya no existe en rigor, la “separación  de bienes”.
Rivera rompió el silencio en noviembre del 2014 para disolver acusaciones por un posible conflicto de interés en la compra de una costosa residencia a una empresa que ha conseguido millonarios contratos en los gobiernos de su marido. La esposa de Peña Nieto afirmó que había adquirido la casa, de más de tres millones de euros, con los ahorros de 25 años de trabajo en Televisa. Añadió que la vendería.
La Primera Dama publicó en su portal web una copia del contrato de compraventa, con fecha 12 de enero de 2012.
Explicó que, derivado de su trabajo con Televisa (durante 25 años), en 2008, es decir, antes de la boda con el entonces gobernador Peña, se le permitió el uso de la casa en Paseo de Las Palmas.
En el 2010, cuando su contrato con la empresa terminó de mutuo acuerdo –estaba relacionada ya como novia de Peña- su indemnización incluía esa casa que ya habitaba.
Además de la casa (entonces inconclusa) se le pagó un monto de más  88 millones, y se comprometió a no trabajar con ninguna otra empresa en cinco años. La Primera Dama aseguró que en su declaración fiscal de ese mismo año (2010) registró un ingreso de 131.6 millones de pesos.
Esa casa fue terminada en 2012 y entonces se celebró un contrato de compra-venta. El precio fijado fue de 54 millones de pesos a un plazo de ocho años, con un interés del nueve por ciento.
Hasta noviembre (en que hablo ante la TV) había pagado un treinta por ciento de lo pactado. De la casa no puede hacer uso hasta que haya pagado el monto total fue ese acuerdo.
Segundo desencuentro

Recién salido de la cirugía de finales de junio, vino la visita de Estado de los Reyes, Felipe VI y doña Letizia a México. Esta incluyó recorrer  sitios de Zacatecas. Allí el Presidente y su esposa, tuvieron una muestra de no estar a gusto, el uno cerca de la otra.

Luego, ocurrió otro incidente en público más numeroso, ante cientos de ojos, en París.

Pero quizá las ceremonias sean lo de menos.
Lo demás es que la imagen de Angélica, decayó. La que catapultó el de por sí perfil popular del entonces gobernador mexiquense, compartió ese efecto en el político más popular del país, con proyección incluso a nivel internacional y ya presidenciable.
Al asumir Peña Nieto la Presidencia era obvia la popularidad de ambos: en Europa llegaron al extremo en halagos para ella. El periódico más importante de Alemania, el Bild, mencionaba como la Primera Dama más bella del mundo y México se echaba a la bolsa al viejo continente.
En el país se anunciaba el Pacto por México, algo comparable al Pacto de la Moncloa, que puso fin a la era del dictador Francisco Franco, con España partida a en dos por décadas.
Ahora abundan los sentimientos populares de antisistémicos a partir de errores y desencantos de los huéspedes de Los Pinos.

Las críticas a la pareja, menores al voto de castigo

Mientras en el mundo elogian al Presidente Peña, en México no le perdonan los casos de la Casa Blanca; le achacan la desaparición de 43 normalistas, víctimas de policías municipales en Guerrero y la muerte de narcos “ejecutados” en Tlatlaya.

Pero ahora se suman las actitudes de la Primera Dama, de despilfarros nunca vistos. Las publicaciones exaltando su simpatía, ahora ponderan su costoso vestuario.

Y la imagen presidencial -que Peña Nieto rescatara tras el deterioro que sufrió en especial con el Presidente Fox- vuelve a sufrir descalabros.

Que si por las reformas educativas (las que arrancan a los caciques de Oaxaca, Guerrero y Michoacán el control de las plazas de mentores para convertirlas en oportunidad de “aviadores”, o sujetos que cobran sin trabajar) o las energéticas (por las que “entregó” Pemex al extranjero) y las fiscales, “injustas” y “severas” (inmensamente menores a las de países en crisis históricas como España, Italia, Francia y no se diga Grecia, al borde de la revuelta) y otras.
En ese escenario se suman incidentes de desacuerdos aparentes entre el Presidente y la Primera Dama.

En zacatecas, el Presidente pareció ser descortés con la Primera Dama, al avanzar primero que ella en un Museo y cuando se percata de su falta, regresa y ella ya no le permite que la tome del brazo.

En París, se repitió algo similar, dos semanas después:

Luego de que Enrique Peña Nieto -al lado de la Primera Dama de México- saluda al presidente. Françoise Holland, Angélica Rivera lo sigue e intenta tomarlo  del brazo y el Presidente la rechaza de forma visible ante cientos de ojos en la ceremonia oficial.
Las Primeras Damas, un estilo en cada sexenio

Las esposas de los Presidentes han marcado un estilo muy personalista en cada caso, desde hace un siglo al menos.

En las primeras décadas del siglo XX, apenas aparecían. No eran una figura protagónica.

La mujer del Presidente Cárdenas, en cambio, fue como la versión femenina del general y hay quienes creen que era el mando.
Ella fue la que dio la cara para promover que todo México aportara algo para indemnizar a extranjeros por la expropiación petrolera. Ella fue quien fletó barcos para los miles de españoles que huyeron de la Guerra Civil.
Los militares llegaron a decirle “Mamá Amalia”.
Es fama que en el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas en el DF, había funcionarios que así la nombraban. Es sabido que quien le pidió al Presidente López Portillo la gubernatura para Cuauhtémoc en los años 80, fue ella no él.

La esposa del presidente Pena Nieto, más bien se ha desmarcado del papel de sus antecesoras. Y la mencionan como quien “lleva los pantalones en Los Pinos”.

Marta Sahagún y Margarita Zavala, la ambición y la discreción, pero activas las dos, repitieron en parte a otras Primeras Damas, a su manera.

Doña Soledad Orozco de Ávila Camacho, se valió del Día de las Madres para entregar regalos a mamás: en una ocasión pagó todas las boletas del Monte de Piedad de planchas,  o máquinas de coser, lo usual para empeñar entre gente necesitada. A ella se debe la Gota de Leche (repartir desayunos escolares) que cambió cada sexenio de nombre y es Desarrollo Integral de la Familia, DIF.
La maestra Eva Sámano de López Mateos, dejó de dar clases en barrios pobres, mientras su marido escaló hasta la Presidencia. Desde el INPI la ayuda a niños; sembró de guarderías y escuela. Muchas de estas adoptaron su nombre. ALM pasó a la historia como el más querido y compartió ese afecto doña Eva.
Por cierto ALM se casó con otra mujer siendo Presidente –lo cual se cree podría ocurrir a hora- y doña Eva le dio el divorcio.
Guadalupe Borja de Díaz Ordaz, que envidió a la señora Sámano, como su marido lo hizo con ALM, mantuvo el INPI, pero se dedicó más a rescatar huérfanos.

María Esther Zuno, fue derrochadora u obsesiva de las artesanías, como su esposo del nacionalismo; ella optó por vestir trajes regionales y así viajó a Cuba para promover bailables y llevó hasta un burro para una exposición. Rechazó el nombre de primera dama y solo quiso ser “La compañera”. Prohibió joyas y lujos en esposas de los funcionarios. Cuando alguna brincaba esa orden, discretamente llegaba un edecán del Estado mayor y le solicitaba las joyas a esa persona, para donarlas a la infancia.

Carmen Romano de López Portillo, contrario a lo que se ve hoy, ella estaba divorciada y se regresó a los brazos de su marido para que este cumpliera con la “imagen” de pareja formal y no alentar los divorcios.

Doña Carmen se sintió intelectual y promovió la música y creía ser maestra con el piano. Lo cargo en giras internacionales y alguna vez tocó los changuitos en lo que fue la Casa de Mozart.

Quizá por antecedentes así, doña Angélica quiso o le pidieron ser otra figura ante el respetable.
Tomó la lección del despilfarro. En Londres, le surgió más la idea de actriz estrella y rompió con los moldes dispuestos para las primeras damas de México. El vestuario más costoso. Y su hija, también actriz, más costoso que el de ella fue lo que lució.
El Gobierno mexicano ha aclarado que ella no ocupa un cargo oficial. No hay ley que obligue a las primeras damas a cumplir funciones sociales, pero lo han hecho.

Doña Angélica, no. Su antecesora inmediata, Margarita Zavala abrazó la causa de los niños migrantes que es una emergencia internacional.

La señora Rivera, antes que primera dama, ha elegido ser esposa. Ahora que la sacralización del Presidente en turno se traslada a las críticas de una severidad nunca vista –aunque doña Carmen Aristegui insista en que no hay libertad de prensa desde que ella fue dañada en su quehacer- se suman los negativos de una pareja otrora tan popular.

Sonrisas y amargura; costo del poder y el no poder

Así,  Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto la semana pasada, en Zacatecas, cuando acompañaban a los Reyes de España en el Museo del Virreinato habían vivido días de locura: la cirugía; la obligada convalecencia –que no respetó el Presidente y obligaba a su esposa a recordarle todo cuidado- y la agenda de la visita de Estado. ¿Cómo alterarla?

El Presidente arriesgó la vida al viajar, a pesar de la advertencia médica.

Algo pasó en el recorrido que provocó el gesto de disgusto de la Primera Dama. Ocurrió cuando los Reyes y la pareja presidencial pasaban de una sala a otra. Un video subido a YouTube exhibe cómo Peña Nieto da paso a los monarcas, ellos se adelantan unos pasos; Angélica Rivera queda rezagada durante unos segundos y después intenta tomar a su esposo del brazo, pero éste no se da cuenta y se mueve para dar paso a la guía.
Después parece caer en cuenta de que dejó atrás a su esposa, regresa y le extiende la mano, pero ella pasa de largo sin responder a su gesto y le devuelve una fría mirada.

Esa escena se repitió en París. ¿Será una crisis de pareja  percibida por periodistas o exageraciones,  que publica Proceso y El Universal retoma?
“En apenas dos años, la primera dama de MéxicoAngélica Rivera, ha pasado de ser un lado fuerte de Enrique Peña Nieto a uno de sus «flancos débiles», causándole más daño que beneficio”, considera el periodista Jorge Carrasco Araizaga.
Y una docena más se suman. ¿Serán parte de la moda o de verdad hay riesgos de un divorcio en Los Pinos?

 

 

 

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