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EL DOBLE FILO DE LA LEGÍTIMA DEFENSA

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*Buenavista, a punto de estallar… otra vez

Por Martha Elba Torres Martínez

Apenas el pasado 23 de agosto, el alcalde sustituto de Buenavista –ya se habían echado a tres al hilo, el año pasado- Gordiano Zepeda Chávez, aseguraba que el municipio estaba feliz, sin incidentes mayores y relativamente tranquilo.

Que según versiones de los pobladores, grupos armados transitan por las calles y comunidades, “pero sin ningún incidente, no ha habido ni evidencia, ni testimonio que molesten a la ciudadanía”. (Fuente: noventagrados)

Obviamente, el edil morenista se niega a firmar el convenio de Mando Único con los gobiernos estatal y federal, porque implica destinar los fondos de seguridad, a la seguridad. Entonces, para que le salga gratis el servicio que por ley debe brindar a la población, pidió una base de la Guardia Nacional desde principios de agosto. De aquí a que se construye y le mandan elementos.

El domingo 8, en pleno centro del pueblo y mientras se celebraba un evento cultural de bailables  que encabezaba el propio Zepeda, a una cuadra, dos bandas se enfrentaron a tiros, resultando dos mujeres heridas por balas e histeria colectiva en los niños que momentos antes se divertían.

También, en lo que va del mes, al doctor Gordiano se le han metido a la presidencia municipal hasta en tres ocasiones, grupos que bajo la exigencia de desaparecer la policía local, sacan a todos los funcionarios y empleados, así como a los poquitos elementos –en total son 32-, a empellones.

¿Pues no que los grupos armados no daban molestias? ¿no que los municipios pueden solos? ¿o qué esperan? que las instancias estatal y federales les resuelvan el problema, mientras los alcaldes se gastan los recursos de seguridad en todo, menos en capacitación y certificación de sus elementos?

El problema es serio. Muy serio y el Presupuesto de Egresos Federal 2020 viene con recortes prácticamente en todos los rubros, incluidos seguridad. El enfoque sigue siendo el mismo: el presidente López Obrador trae en la cabeza que con abrazos y pensiones y becas, va a acabar con la violencia y la criminalidad. Suman ya 23 mil muertos en lo que va de su gobierno, entre estos una decena de periodistas y 24 activistas de derechos humanos.

A propósito ¿dónde esta el padre Solalinde? Por qué no levanta la voz ni dice algo ante tanto activista asesinado? ¿su causa es solo los inmigrantes y todos los demás que se vayan al carajo? ¿con cuánto o con qué le cerraron la boca?

A ver. Tengo la idea de que quien le metió en la cabeza a López Obrador, el perdón a los criminales para alcanzar la paz, fue precisamente Alejandro Solalinde. Nadie como este sacerdote, hizo tanto activismo por los migrantes, al grado que representantes internacionales de ddhh, lo acompañaban en sus caravanas de indocumentados centroamericanos rumbo al norte del país para cruzar –ilegalmente, claro- a Estados Unidos.

En julio 2011, ya en plena precampaña de Amlo, en una parada en Coatzacoalcos, Veracruz –sí, ahí mismo donde acaban de matar a 30 personas en el bar “Caballo Blanco”- en un acto de histrionismo, pidió perdón a los integrantes de la organización criminal Los Zetas, por ser “los primeros damnificados de la sociedad y de un gobierno corrupto y neoliberal”. Es decir, son las víctimas originales del sistema, todo lo demás es simple añadidura.

Desde entonces, hacia el llamado a los asesinos, secuestradores, violadores, a “integrarse a la sociedad, tener sensibilidad social y respetar al prójimo”.

Esas ideas, hoy las escuchamos en boca del Presidente de la República. “Los narcos también son pueblo, seres humanos” –aunque torturen y maten con crueldad inhumana-; “hay que perdonar”… abrazos no balazos para los criminales. Pobrecitos.

A lo que voy, porque es lo paradójico de este episodio en que Solalinde pidió perdón a los Zetas. En agosto de 2010, este grupo criminal había masacrado, en San Fernando, Tamaulipas, a 72 inmigrantes. En abril de 2011, le respondió al clérigo en el mismo territorio, pero con más furia: 193 centroamericanos ejecutados.

¿Qué logró Solalinde? Nada. Quien puso a cuidar a los inmigrantes no fue él, sino el presidente de Estados Unidos. Bueno. Si logró algo: meterle en la cabeza a López Obrador, la peor estupidez que se le pudo haber ocurrido, para acabar con la violencia y recuperar la paz. Por lo menos, con ello reconoce que bajo el corrupto sistema neoliberal, por lo menos había. Aunque fuera poquita…

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En lo que el Presidente sí tuvo que ceder –me cae que esto si es milagro- fue en la autorización a las fuerzas armadas, de actuar en legítima defensa, ante las violentas agresiones de las bases sociales de los grupos criminales, como lo vimos hace poco en La Huacana, Michoacán y esta semana, en Acajete, Puebla.

De hecho, son ya 124 ataques con diversos grados de violencia, los que han sufrido militares, marinos y guardias, en estos ocho meses y medio, aunque la Sedena da cuenta de solo 11 porque corresponden a los videos que se han subido a las redes para mofarse de la institución ante los ojos del mundo y demostrar quien realmente gobierna México.

Como siempre, con ese discurso cantinflesco, López Obrador trató de restar valor al comunicado que emitió la Sedena para dar a conocer que los soldados podrán actuar en legítima defensa, para proteger su vida e integridad “con estricto apego al orden jurídico vigente y a los derechos humanos”, frente a las agresiones de civiles.

“Se hace del conocimiento de la sociedad que, ante la ocurrencia de un delito y en los casos en los que el personal militar o de la Guardia Nacional acudan con el objeto de garantizar la seguridad y paz en el país y sean objeto de una agresión, se actuará en su defensa legítima conforme a los principios del Uso de la Fuerza y su gradualidad”, cita el despacho difundido el martes 10,

De acuerdo con un reporte de la dependencia castrense, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2019, hubo en todo el país, 126 ataques a personal militar, 21 casos por mes, con saldo de tres soldados fallecidos y 40 heridos.

¿Qué va a pasar ahora? En este contexto, el escenario catastrófico es el más posible: los criminales aventarán como carne de cañón a mujeres y menores de edad. Si permiten que los agredan, malo. Si se defienden, peor. Ya valió…

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Y a propósito del tema, siempre me pregunto en qué versan las reuniones de una hora, que todos los días a las 6 de la mañana, López Obrador sostiene que su gabinete de seguridad.

Supongo, porque así lo anunció desde julio de 2018, son para recibir el parte de la Policía, del Ejército, de la Marina, sobre lo acontecido en las últimas 24 horas, y tomar decisiones conjuntas, “porque se va a enfrentar el grave problema de la inseguridad y la violencia”. (Fuente: https://morena.si/archivos/16558)

No dudo que reciba el parte de los muertitos del día anterior, con inexpresividad ante las cifras y enfado, porque no piensan en sus mamacitas. ¡Fuchi! ¡guacala! De lo que estoy completamente segura, es que no enfrenta el grave problema de la inseguridad y la violencia… (a)

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