Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 49 segundos
* Sergio Meléndez Rubio, egresado del Mexe pero de oficio Herrero, impulsa un modelo de participación ciudadana donde el edil trabaja de la mano de los ciudadanos para la realización de obras en favor de la comunidad; los resultados comienzan a verse y el apartado ayuntamiento se está convirtiendo en ejemplo a seguir para aquellos munícipes que apenas protestan el cargo se olvidan de sus promesas de campaña
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Lo que sucede en Chapulhuacán, municipio enclavado en las montañas de Hidalgo y vecino por su ubicación en la Sierra Gorda de Pisaflores y Tamazunchale, San Luis Potosí, quizá no concite los reflectores ni estatales ni nacionales, pero para sus pobladores, la labor que viene desempeñando su edil, Sergio Meléndez Rubio, desde que asumió el cargo, es algo inédito porque está cristalizando una colaboración entre ciudadanos y autoridades, donde la máxima autoridad predica con el ejemplo.
¿Por qué es digno de mención aparte lo que ocurre en este punto de la entidad, distante a cuatro horas de Pachuca?
Porque sin títulos académicos ni curriculums políticos rimbombantes, un humilde herrero, vecino de la comunidad y solidario con la gente, está demostrando lo que es guiar con entrega y buen juicio las políticas públicas, manejando de manera directa y transparente los recursos.
Confieso que cuando vi una de las fotografías que acompañan hoy esta columna, me costó trabajo dar crédito a la figura de un hombre echando mezcla y acarreando los botes de cemento para la realización de una de las tantas obras en beneficio de la comunidad.
Sergio Meléndez no actúa para posar en una foto, no; él mismo es un hombre de trabajo que refleja en los hechos que un ciudadano común puede asumir las riendas del poder municipal trabajando codo a codo con su gente.
Por eso sus hechos cotidianos lo convierten en un caso sui géneris, que debería ser replicado por muchos alcaldes bribones que solo se ensucian las manos con el dinero que roban del erario, pero que jamás se les verá trabajar a brazo partido con la sociedad.
Porque aquí otro punto digno de encomio es que al predicar con el ejemplo, este humilde herrero, ha logrado sumar una fuerza social convencida de que si su alcalde se ensucia las manos al lado de su gente, el efecto de apoyo es natural.
A pesar de que Chapulhuacán es productor de café, pan, pulque y cuenta con extensas zonas boscosas, una de ellas, El Aguacatillo, considerada reserva natural, y de que el ecoturismo como el senderismo, el ciclismo y el campismo son fuente de recursos para sus habitantes, gran parte de su población es migrante y gobernantes anteriores poco hicieron por echar para adelante obras pendientes de urgente necesidad para sus pobladores.
Si bien Meléndez Rubio es egresado de la norma del El Mexe, por cuestiones personales se dedicó al oficio de herrero, distinguiéndose por su solidaridad a la comunidad, razón que lo llevó a obtener el voto de sus amigos y vecinos en las pasadas elecciones municipales.
Este hombre de trabajo ha impulsado un modelo de participación ciudadana que se denomina: “JORNADAS DE PARTICIPACIÓN COMUNITARIA”
A grandes rasgos, esto consiste en que el ayuntamiento pone todo o parte del material para una obra y la ciudadanía aporta la mano de obra, esta acción ha permitido avanzar en la construcción y mejoramiento de andadores, caminos, bardas perimetrales, entre otras acciones.
Cabe mencionar que dicho modelo de desarrollo va más allá de los discursos, pues el munícipe y hasta los trabajadores de la Presidencia, participan en estas jornadas que se hacen una o dos veces en semana, en promedio.
Y si bien en materia de obra pública, las acciones —como en los demás municipios— son programadas desde el Comité de Planeación Municipal (COPLADEM), son totalmente independientes a estas jornadas de participación comunitaria.
Por supuesto que al arranque de este innovador modelo, a la gente se le hizo raro ver a su edil echando paladas y haciendo la talacha, pero terminó aceptándolo de manera muy positiva, sumándose a su tarea de hacer la revoltura y cargar los botes de mezcla.
RETOS EN MATERIA DE SALUD
Además, no debe soslayarse que en el “pico de la pandemia”, el municipio destinó recursos propios para adquirir concentradores de oxígeno y uniformes para el personal que atendía y trasladaba a los enfermos y brindó equipamiento al centro de salud y casas de salud en todo el municipio.
Los hechos hablan por sí mismos. Por ejemplo, en un año se apoyó con más de 600 traslados (la mayoría emergencias) a la Ciudad de Pachuca, Querétaro, San Luis Potosí y Ciudad de México por mencionar algunos. Al estar situados tan lejos de los hospitales de especialidades, el municipio otorga el traslado gratuito, la ciudadanía solo debe programar su viaje y no tiene que aportar nada.
SEGURIDAD PÚBLICA
Con adecuaciones presupuestales, el alcalde logró homologar y aumentó el salario a todos los policías que han aprobado sus exámenes y se les brindó el servicio de comedor (desayunos y comidas), de esta manera el policía y personal administrativo de esta dirección no tienen que desembolsar para el pago de sus alimentos. Además, en dos años se han otorgado uniformes a los elementos policiales.
PRODUCCIÓN DE CAFÉ
Por su ubicación geográfica, Chapulhuacán es un gran productor de café, por lo que de manera reciente, el gobierno municipal se gestionó ante SEDAGROH más 60 mil plantas de café lo que permitirá impulsar este sector de una manera importante. Además, se ha logrado impulsar la producción y comercialización de pulque en beneficio de la economía de las familias del municipio.
OBRA PÚBLICA
En materia de obra pública, Chapulhuacán contó en el ejercicio fiscal 2021 con 42.5 millones de pesos para obra pública; se pavimentaron caminos como nunca en la historia reciente de este apartado municipio.
Gracias a la gestión del actual gobierno municipal, se logró una inversión mixta con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para la pavimentación del camino Chapulhuacán – Cahuazas Tetlalpan, un camino de terracería en el que el municipio aportó el 30% del recurso y el restante la federación. La inversión total fue de 2.8 millones de pesos.
Además, se inyectaron recursos propios para mejorar caminos afectados por el huracán Grace en este mismo año y con el apoyo de los gobiernos estatal y federal se desarrollaron otras actividades en este sentido.
Hasta aquí el comentario de este columnista para ilustrar todo lo que se puede hacer en un municipio modesto y remoto cuando asume el cargo un hombre del pueblo que sirve a su pueblo. Una fórmula sencilla pero difícil de igualar por muchos alcaldes que apenas toman protesta se olvidan de sus promesas de campaña.
