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* “El primer impacto de un régimen populista es en el detrimento de la Libertad de Expresión.”
Por Píndaro de Anonso
La definición de la palabra “Populismo”, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, es la “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”; y tiene por sí misma la inclinación a utilizarse de forma despectiva. Quizás por los diversos usos que a lo largo de la historia ha tenido para unas y otras ideologías y corrientes políticas, tanto para aquellas con propuestas de “igualdad social” y “anti-elitismo”, así como para aquellas “pluralistas” que evitan generalmente caer en extremos.
Es, sin embargo, un arma con muchos filos. Al tener definiciones estructuralistas, económicas, políticas, estratégicas y discursivas; es un recurso peligroso de usar y más aún de abusar.
El ejemplo más claro lo pudimos contemplar en el deplorable “espectáculo” protagonizado por el presidente Trump, esta semana pasada. Un presidente caracterizado, desde mucho antes de su mandato, por la polémica, y los extremos; abanderándose de plural, con ideales de grandeza y “supuesta libertad”; manejando sus decisiones en “absolutos”; es en todo caso, un presidente con liderazgo de estilo coercitivo.
Esta semana, el presidente Trump alentó a sus seguidores a una “insurrección” en su propio mandato, con el propósito de boicotear el proceso democrático de nuestro vecino país. Este hecho culminó en 4 personas muertas, 96 detenidos y un costo político altísimo, al igual que el democrático. No sólo puso a los Estados Unidos en centro de la lupa de la opinión mundial; sino también puso en vergüenza al país que se ha caracterizado por criticar, e inclusive en sancionar comercialmente, o tomar acciones bélicas en contra de los países que en su historia han tenido problemas democráticos graves, como son los golpes de estado y guerras civiles.
El presidente Trump abusó del poder, de su influencia, y sobre todo del populismo que le ha caracterizado durante todo su mandato, y que, aunado a los tristes resultados en términos económicos, sociales y del manejo de la pandemia, su credibilidad se deterioró superlativamente.
Cabe recordar que el populismo en otros países, como Venezuela, Bolivia, Brasil, han dejado saldos devastadores.
Los síntomas son y han sido, en la mayoría de los casos casi siempre los mismos. El primer impacto de un régimen populista es en el detrimento de la Libertad de Expresión, por medio del acallamiento de la crítica, coartando medios, y por medio de la manipulación y desinformación.
El caso de nuestro México es, para no variar, muy similar. Tal vez podríamos decir que ha sido todavía más grave. El presidente López Obrador ha demostrado ser un excelente candidato durante más de 2 sexenios, aunque como presidente está demostrando un pésimo desempeño, calificándolo de manera objetiva contra su mismo plan y objetivos al inicio de su mandato.
La maniobra mediática comenzó desde sus campañas, acaparando los medios masivos, redes sociales, gremios, grupos de choque, la compra y uso de influencias, entre otros recursos. No olvidemos que los enemigos de otros sexenios, se convirtieron en los aliados del actual.
“Para muestra, el primer botón”: Actualmente el presidente mexicano tiene una “supuestamente alta” aceptación, sin embargo en un análisis del periódico Animal Político, en su nota del 10 de septiembre de 2020, titulada “Followers Falsos, el secreto peor guardado de Twitter” expuso que de los seguidores del presidente, tan sólo el 39% son reales, el 42% inactivos y el 19% son falsos.
Continuando la muestra “Un segundo botón”: en su publicación del 02 de Diciembre, titulada “Los bots de AMLO ‘inflan’ su popularidad en las redes”, la revista Expansión explica en el artículo de Gabriela Chávez, acerca de una recopilación de datos del laboratorio de investigación Signa_Lab, parte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente “ITESO” de la Universidad Jesuita de Guadalajara, la existencia de redes automatizadas, es decir “bots” en Twitter que operan con la misión de posicionar “#hasgtags” que eleven la imagen del presidente, y que además ataque en las mismas redes sociales a aquellos usuarios que externan su libre opinión por estos medios, particularmente si no son favorables al presidente.
Si esto no es coartar la Libertad de expresión entonces ¿Qué lo es?
Por otra parte, la información proporcionada en el mismo “foro diario mañanero” referente a noticias, situaciones, estadísticas, entre “otros datos” manejados a conveniencia del gobierno, o mencionados de forma parcial, o peor aún, dichos y mentiras mencionados abierta y cínicamente, son parte de las falsas voces que caracterizan un gobierno populista.
Los brasileños también están siendo actualmente víctimas del desafortunado manejo de la pandemia, economía, corrupción, entre otros; por la misma falsa esperanza que tiene el pueblo brasileño en su actual presidente Bolsonaro.
Trump, López Obrador y Bolsonaro han sido abiertamente adversos a la Ciencia y a la Tecnología. Los tres gobiernos han sido catalogados como autoritarios y con intereses populistas.
Los fracasos de grandes regímenes comunistas, socialistas, marxistas han tenido como resultante la transformación del discurso populista en una opresión injusta y corrupta que no es congruente con lo que predican. De ahí que el discurso se va haciendo cada vez más vacío, conforme los resultados de los indicadores sensibles, como son la inseguridad y pobreza, arrojan invariablemente: injusticia, falta de equidad, corrupción, paternalismo y otros vicios; todo en aras de perpetuarse en el poder.
Mientras haya democracia, cada pueblo tendrá oportunidad de “vacunar” a su país de esta inefable “enfermedad”.