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* En lo que aparenta ser un accidente de carretera, falleció la nuera de la legisladora federal de Morena, quien tenía una denuncia en su contra de la hoy occisa, al igual que su hijo Ramsés, ante la Procuraduría del Estado, por agresiones físicas, al negarse a entregarles la custodia de su menor hijo; la averiguación en tal sentido debe retomarse como el hilo conductor de lo que podría nos ser un simple hecho fortuito
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
La Procuraduría de Justicia de Hidalgo difundió anoche un boletín donde da cuenta de la muerte de una mujer identificada como M.D.G.L., dentro de un auto Volswagen Golf, «quizá involucrada en un accidente»-que todo indica fue sacada del camino- sucedido la noche del sábado primero de julio.
Empero, la víctima fue identificada como la nuera de la senadora de Morena, María Merced González, y esa relación ha despertado de inmediato indignación y suspicacias en Hidalgo, ya que la legisladora tiene antecedentes de ejercer violencia física contra la ahora occisa, junto con su hijo, Luis Ramsés En la agresión también resultó con lesiones el padre de la fallecida, un hombre de la tercera edad.
La PGJH inició carpeta de investigación por la muerte de la nuera, en «salida del camino, en la carretera que conduce a la planta de CEMEX, comunidad de Maney, Huichapan… el cuerpo fue trasladado para autopsia y se concluyó que la muerte fue por anemia aguda o laceración de la arteria pulmonar izquierda consecutiva a traumatismo de tórax profundo por hecho de tránsito terrestre».
La carpeta señala además que «su acumulado originalmente por el delito de violencia familiar, carpeta que se judicializó y la audiencia inicial se desahogó el 11 de enero de 2023… la autoridad judicial resolvió reclasificar de violencia familiar a lesiones y vinculó a proceso a Luis Ramsés y con las medidas cautelares de no acercarse al domicilio de las víctimas (sic). Se apeló a la clasificación jurídica, por lo que se dictó vinculación a proceso y la sala penal confirmó la resolución del juez de control. El asunto se encuentra en fase intermedia».
La parquedad del reporte judicial no revela en toda su crudeza la terrible situación de violencia intrafamiliar y de género que vivió la finada, ya que más de un año estuvo luchando por sus derechos ante el poder que detenta la senadora María Merced, la que ha tenido, hasta el momento, éxito en sus trastupijes para conseguir impunidad total para su vástago, y el viacrucis toma ahora un cariz crítico, al aparecer el cadáver de la mujer perseguida.
En el trasfondo de la cobarde agresión está el hilo conductor para que las autoridades no descarten ningún probable móvil de lo que bien puede no ser precisamente un accidente casual: la disputa por la custodia del menor que procrearon la hoy finada con el hijo de la legisladora federal.
Sin presunciones más allá del sentido lógico, no sería la primera vez que manos criminales provocaran probablemente un accidente en carretera. Quienes son capaces de propinar una salvaje golpiza a una indefensa mujer y su anciano padre, pueden ser capaces de todo al carecer de límites y principios morales, porque el fuero no siempre se acompaña de estos.
La investigación sobre este deceso debe ser tratada con lupa pues no debe olvidarse que se trata de una historia de abusos, violencia e impunidad, de una mujer que debió luchar cuesta arriba contra las «influencias» de una senadora arropada por un partido que ofrece total cobertura a sus miembros, con tal de que éstos cumplan la consigna: «Obediencia ciega».
Por eso fue que la senadora María Merced González -como quedó consignado en «Expediente Ultra» el año pasado-, al no encontrar respuesta a su exigencia de que su nuera entregara al hijo procreado con Luis Ramsés, madre y vástago procedieron a propinarle una golpiza que la llevó al hospital con la nariz rota y golpes contusos en todo el cuerpo.
Pero ahora apareció muerta. La Procuraduría de Hidalgo, que no fue del todo diligente en cuanto a la primera denuncia por violencia, tiene ahora el compromiso ineludible de esclarecer minuciosamente la muerte de la nuera, toda vez que las suspicacias han surgido de forma totalmente natural al respecto.
Hay fuerte indignación en la sociedad hidalguense y el compromiso gubernamental es claro: Cero impunidad trátese de quien sea.