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* De manera insólita, la fundadora del Frente Auténtico del Trabajo (FAT), organización que desde los años 70s defendió a los obreros del charrismo de la CTM, al lado de su esposo, el abogado laborista, Arturo Alcalde, salió en defensa de la candidatura del líder del Congreso Local de Hidalgo, Francisco Xavier Berganza, excluido de la lista de los siete aspirantes a la encuesta de Morena; la actual presidenta del Consejo Nacional de Delegados de su partido, invoca una supuesta falta de democracia interna para tratar de meter con calzador a un ex panista que fuera acusado de violentar mujeres
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Lo que se suponía era la verdadera izquierda en México y el valladar ideológico de Morena, se está desmoronando; así lo demuestra la defensa asumida por Bertha Luján, en su calidad de Presidenta del Consejo Nacional de ese partido, en favor de la candidatura del líder del Congreso Local de Hidalgo, Francisco Xavier Berganza, excluido por la Comisión Nacional de Elecciones de la lista de los siete aspirantes a la encuesta que definirá al candidato a la gubernatura.
Los verdaderos militantes de izquierda se preguntan hasta dónde ha llegado la ambición del poder por el poder, para mezclar el agua con el aceite y la izquierda con la derecha.
Remitámonos a los antecedentes históricos de lucha de Bertha Luján quién junto con su esposo, el abogado laborista, Arturo Alcalde —ambos, padres de la actual Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde–, fundaron el Frente Auténtico del Trabajo (FAT), organización que defendió desde los años 70s las luchas de los obreros mexicanos contra el charrismo de centrales corporativas como la CTM.
La indiscutible autoridad moral de la actual presidenta del Consejo Nacional de Delegados de Morena, le valió empujar el apoyo de verdaderos líderes sociales en la construcción de la campaña presidencial del hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador.
De hecho, Luján es también una de las figuras de primer orden en el movimiento feminista de Morena. Y nadie le regatea a la contadora ni a su esposo, méritos ganados a pulso como gente de izquierda, por eso, el que salga en defensa, de manera particular, para que Francisco Xavier Berganza sea incrustado con calzador en la encuesta, abre muchas dudas sobre los motivos de fondo para apoyar con la fuerza del Consejo de delegados nacionales, a un hombre que ha cambiado de partido como de calcetines y en su momento juró fidelidad al antípoda PAN.
No puede concebirse que Bertha Luján, en su calidad de feminista, desconozca los abusos que el hoy líder del Congreso cometió contra indefensas mujeres. Y si de sororidad con su género se trata, preguntemos a la contadora, con el mayor de los respetos ¿por qué no salió mejor en defensa de la legitima aspiración a la candidatura de una mujer íntegra y de lucha como lo es la maestra rural indígena, Martha Hernández Hernández?
La líder indígena también quedó fuera de la lista de los siete aspirantes a la encuesta, pero lo más lamentable es que de su defensa a Berganza, se están colgando personajes como Damián Sosa, hermano del indiciado en el penal del Altiplano, Gerardo Sosa Castelán, el jefe de la Sosa Nostra que ha secuestrado por décadas a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), y que se encuentra tras las rejas nada menos que por delitos de lavado de dinero de decenas de millones de dólares.
Para la verdadera gente de izquierda y la comprometida militancia del partido guinda, la inédita posición asumida por Bertha Luján es un mal presagio de que los cimientos ideológicos de Morena se están derrumbando.
Y las preguntas obligadas son: ¿Qué sigue? ¿A cuántos personajes más que son la contraposición de la izquierda y la lucha de los movimientos sociales terminarán apoyando los que, se supone, son las figuras morales de la legítima izquierda en aras de una maquillada democracia interna?
