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Por EMMANUEL ISLAS
Fotos especiales y Facebook
En el estado de Hidalgo, se tiene una forma muy peculiar de hacer política, y es, en la mayoría de los casos, formando cuadros fortalecidos y liderazgos prometedores.
Ejemplos hay muchos. Tal fue el caso de la dinastía Rojo, y digo fue, porque de no haberse distanciado del entonces gobernador, Miguel Ángel Osorio Chong, serían –en especial José Antonio- una de las figuras más fuertes para aspirar a la gobernatura en el año siguiente.
Otro ejemplo tangible fue Manuel Sánchez Vite, quien con su liderazgo y visión, no sólo proyecto a Hidalgo en la escena nacional, sino que su carrera política la llevó por horizontes importantes.
Nombres y nombres existen, de personajes hidalguenses que trascendieron su tiempo, para ubicarse en posiciones estratégicas de la vida pública nacional.
El último ejemplo es el mismo secretario de Gobernación, quien desde su lugar en el Ejecutivo hidalguense, comenzó a mover sus piezas para, no sólo alcanzar esta importante nominación, sino para abrir la esperanza para los hidalguenses de contar con un presidente oriundo de esta entidad.
El trabajo a ras de piso que realizó Osorio Chong, fue un paquete muy grande que heredó a Francisco Olvera, y que hasta hace muy poco, parecía difícil de igualar.
Esta no es una opinión personal, ya que únicamente bastaba viajar en transporte público o acudir a algún mercado de la capital hidalguense o de otra localidad, para que la misma sociedad comparara las dos administraciones estatales.
A casi un año y medio de que se renueve el Poder Ejecutivo del estado, Francisco Olvera ha logrado que la ciudadanía comience a reconocer sus esfuerzos, sus logros y también sus virtudes.
Ha sido claro que la gran obra de Olvera Ruiz, no son aquellas que se ven y disfrutan a simple vista; por el contrario, las grandes acciones que ha hecho el gobernador hidalguense, se cuentan en las comunidades, en donde se llevan a cabo obras de trascendencia como lo son, plantas tratadoras de agua, drenaje, servicios públicos, parques, auditorios, caminos, carreteras, etcétera.
El reto aún es grande y las necesidades crecen día con día, y lo que requiere el gobierno de Francisco Olvera, es que sus colaboradores se comprometan más con la sociedad y dejen de pensar en su crecimiento personal y patrimonial.
Y es que resulta paradójico que mientras que el mandatario estatal habla de austeridad presupuestal de la administración, secretarios de su gabinete estrenen camionetas lujosas y de precios que quedan fuera del alcance de un salario de funcionario de primer nivel.
Este es el ejemplo de Alberto Meléndez Apodaca, quien se transporta en vehículos del año y que evidentemente son de su propiedad.
También hay hijos de políticos de renombre que actualmente ostentan una responsabilidad importante dentro del gobierno de la entidad.
Como ocurre con David Hernández Martínez, hijo de David Hernández Madrid, quien fuera secretario de Agricultura en el tiempo de Miguel Osorio, y hoy ostenta el cargo de delegado de la SCT en Durango.
Resulta que el junior David Hernández, además de que fue premiado como subsecretario de Planeación, es pedante o poco sensible con la población. Es sabido de su gusto por las bebidas alcohólicas, situación que no le ha favorecido, ya que cuando se encuentra indispuesto, le sale lo prepotente y suntuoso.
Ejemplos hay muchos, quienes son sobrinos, hermanos, tíos o familiares de funcionarios de primer y segundo nivel dentro del gobierno del estado.
Esto sin duda alguna que no es responsabilidad del gobernador, quien de verdad se ve muy comprometido y ocupado de los asuntos del estado.
El sello característico de su administración, sin duda que es la concertación y el diálogo; y sino, que se lo pregunten al alcalde de Ixmiquilpan, Cipriano Charrez, quien primero quiso medir a Francisco Olvera, y cuando se dio cuenta de que el mandatario no juega, simplemente antepuso la política por su teatro mediático y de movilización “social”.
Si las cosas siguen así, el gobernador Olvera cerrará con una calificación de aprobación muy alta de parte de la población, que hoy sin duda, reconoce su labor al frente del Ejecutivo estatal.