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Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial Expediente Ultra
Perder las elecciones para gobernador no afectó el poder interno en el PRI del ahora ex gobernador Omar Fayad y la mejor prueba es que en el proceso interno para consejeros nacionales, el diputado local, Alejandro Enciso, obtuvo una posición en el órgano nacional, pese al «operativo» diseñado por el grupo de la senadora y ex candidata Carolina Viggiano y su marido, Rubén Moreira.
El caso de Fayad es curioso: desde mucho antes de la renovación de la gubernatura fue señalado dentro del mismo PRI de estar «en tratos» con el Zócalo capitalino «para entregar la gubernatura» a cambio de una embajada, como continuación de la deplorable conducta de varios mandatarios priistas que «enseñaron el cobre» o tal vez, mucho peor, «el cartón desechable» de su catadura política y personal.
Fayad negó tajantemente las acusaciones y hace pocos días dejó en claro que sus planes políticos futuros no están en un puesto diplomático, siempre respetable, sino que tiene la mira en el Consejo Político primero y después, en la pelea por la nominación a la presidencia de la República.
Pero, por lo pronto, Fayad y su grupo quizá demostraron fehacientemente que en Hidalgo no tienen rival que ofrezca pelea seria.
