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* Hace unos días el gobierno de Omar Fayad implementó en hospitales públicos, el sistema de monitoreo por Telemetría, utilizado en nosocomios de punta como la Clínica Mayo, en los EE.UU.; esto permite una mejor atención a los pacientes y reduce el riesgo de contagio a médicos y enfermeras. Al paso de los meses es indudable que la estrategia del gobierno local resultó un acierto para evitar que la pandemia causará en la entidad, estragos como los que se registran en otros puntos del país, a pesar de ubicarse en el epicentro de la zona metropolitana
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra
Ubicado entre los estados con semáforo en naranja, Hidalgo debe ser motivo de un interesante análisis al convertirse en referente de la atención a la salud, por su oportuna y eficaz estrategia para enfrentar y atender la pandemia del Covid-19 en nuestro país.
A pesar de ubicarse en la volátil zona metropolitana y tener vecindad con la CDMX y el Estado de México, que encabezan a nivel nacional el número de contagios y muertes, las autoridades han conducido de manera responsable la situación, aún antes de decretarse la emergencia sanitaria, aminorando los altos costos sociales y económicos que están pasando la factura a gobiernos y sectores productivos, en otros puntos del territorio nacional.
RUTAS PARALELAS
Si vemos a detalle las rutas paralelas por donde han circulado las estrategias nacional y local, podemos establecer que mientras el 28 de febrero se dio la noticia del primer caso de coronavirus confirmado en México, por parte del sector salud federal, ése mismo día, en Hidalgo el gobernador Omar Fayad difundió el primero de otros tantos videos, donde bajo el lema: “¡Tu salud es lo más importante¡”, invitó a la población a seguir las medidas preventivas para evitar contagios.
De hecho, desde el 31 de enero, los hidalguenses comenzaron a recibir información sobre cómo prevenir, detectar, atenderse o buscar ayuda en los centros de salud y hospitales públicos.
Está dinámica de orientación y prevención, siguió en los subsecuentes días de marzo; el día tres, por ejemplo, ya invitaba a toda la población a usar cubrebocas cuando los lineamientos del Consejo General de Salud, a nivel federal, todavía no aterrizaban una definición en este sentido.
EL PRIMER DECESO EN EL PAÍS
El 18 de marzo pasado se registró el primer deceso por Covid en México, y cinco días después, el 23, el Subsecretario Hugo López-Gatell, anunció el establecimiento del programa de Santa Distancia, mejor conocido como cuarentena que debía concluir el 20 de abril y que hasta la fecha se ha prolongado en una cuestionada Nueva Normalidad con sus polémicos semáforos.
Al tenor de los hechos recientes, está claro que el gobierno de Hidalgo no titubeó ante el tsunami de salud que veía venir; el 10 de marzo, 13 días antes del anuncio de la Sana Distancia, dio a conocer el Plan de Contingencia ante el Coronavirus, en toda la entidad.
Desde un principio, se anunció que las entidades de salud contaban con una reserva estratégica de medicamentos y reactivos de laboratorio, en los diversos nosocomios; además, y muy importante, se señaló que mil 300 personas del área de la salud habían sido capacitadas para enfrentar la pandemia. Situación que, por desgracia, no ocurrió en muchos estados de la República, ocasionando la muerte de médicos, enfermeras y demás personal del sector salud, que fueron enviados a atender pacientes sin los protocolos pertinentes.
El gobernador anunció entonces la habilitación del llamado Hospital Inflable de mil 800 metros de superficie, con 40 camas de reconversión, 10 de terapia intensiva y con una capacidad de hasta 80 consultas diarias. A la fecha, este centro hospitalario ha sido de gran ayuda en el tratamiento de los pacientes infectados de coronavirus, pero también en la atención y orientación de casos no graves y sospechosos.
EL OPERATIVO ESCUDO
Desde el 13 de marzo, el gobernador ya contemplaba la suspensión de clase en todos los niveles escolares, y el 16 de marzo, presentó el Operativo Escudo que buscaba redoblar las medidas preventivas, aún antes de que apareciera la crisis del Covid, en coordinación con los organismos federales de salud.
El Operativo planteaba una semana antes del establecimiento de la cuarentena federal, medidas tales como: limpieza de las unidades del transporte público; instalación de cámaras térmicas en lugares estratégicos para poder ubicar a las personas con síntomas de fiebre; habilitación del número de emergencia 911 para ayudar y orientar a la población; colocación de gel antibacterial, así como incrementar medidas de higiene en lugares públicos y centros de trabajo.

Contemplaba además el otorgamiento de créditos a las minipymes, exención de impuestos a ramas de la economía que serían afectados por la suspensión de actividades, así como programas de apoyo a la población más vulnerable.
El 28 de marzo, dos días antes de que el gobierno federal emitiera su decreto ordenando parar las actividades tanto en el sector público como en el privado, el gobernador Omar Fayad dio positivo a Covid-19 y de inmediato lo hizo público, anunciando que durante su periodo de recuperación, permanecería laborando a distancia para que la pandemia fuera atendida de acuerdo a la estrategia previamente establecida por su gobierno.
AUXILIO A LAS ZONAS APARTADAS
Otro hecho es que el operativo contra el Covid, incluyó acciones inmediatas y una red de comunicación y auxilió, que interconectó a las comunidades más apartadas con los hospitales regionales; esto permitió que los casos registrados en municipios apartados como Jacala fueran atendidos con premura para evitar la expansión de los contagios en una población migrante que va y viene por razones de trabajo a la frontera norte.
Un hecho que no pasa desapercibido es que de manera generalizada en todos los hospitales públicos de la República Mexicana, trabajadores del sector salud han realizado infinidad de protestas por la falta de insumos y equipos profesionales para su garantizar su protección personal en la atención a pacientes de Covid-19, culpando a las autoridades, sobre todo locales, de estas graves carencias.
En Hidalgo si bien se han presentado algunos hechos aislados en este sentido, ha sido evidente que las autoridades pusieron especial atención, desde el primer momento, en dotar de estos implementos a médicos y enfermeras, por lo que los reclamos al respecto han sido mínimos y se han subsanado con prontitud.
TELEMETRÍA EN PROTECCIÓN DE MÉDICOS Y ENFERMERAS
Se estima que al menos unos 800 médicos y enfermeras han muerto tras ser contagiados de Covid en los diversos nosocomios públicos en todo el país, por lo que resulta digno de comentarse que nuevamente Hidalgo sea puntero en la atención de pacientes de coronavirus en México, ahora con la implementación de tecnología de punta como lo es la Telemetría.
El pasado 12 de julio se dio a conocer que este avance de la medicina, solo utilizado en el Hospital de Shangai y la Clínica Mayo, en los Estados Unidos, ya forma parte del sistema de monitoreo permanente para los pacientes de Covid en Hidalgo, y que implica el uso de parches de temperatura y parches ECG, beneficiando tanto a los enfermos como a los médicos y enfermeras al evitar un contacto cercano y frecuente.

Esta tecnología implica significativos ahorros porque es reutilizable, resistente al agua y permite medir signos vitales, frecuencia respiratoria, frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno y temperatura corporal. Y vale preguntarse cuántos profesionales de la salud hubieran podido salvarse si este equipo, ahora utilizado en Hidalgo, se hubiera implementado en todo el país.
Las cifras sobre los efectos del Covid en la entidad, hablan por sí solas y muestran que los efectos negativos de la pandemia han sido mucho menores en comparación con otros estados vecinos; el semáforo naranja y la apertura de algunos centros turísticos con todas las medidas de seguridad sanitaria para la población y visitantes, hablan de que los 2 mil 669 pacientes recuperados y los 3 mil 910 casos negativos, han sido resultado de una estrategia pública donde, ante todo, ha sido prioridad la salud de la población en general, pero también la seguridad de médicos, enfermeras y todo el personal del sector salud.
Ante los resultados, resulta inevitable analizar las dos estrategias que en paralelo comenzaron a aplicarse para atender la pandemia; la local, sin duda, ganó tiempo y puso la prevención por delante; la federal, parece que esperó hasta convencerse que el problema era mayúsculo, cuando la prevención era imposible, como lamentablemente sucedió en otros puntos del país. La cifra hasta hoy de más de 36 mil muertes, es elocuente.
Indudable que en los momentos de crisis es la sociedad la que determina la aceptación o no de un gobernante en cuanto a sus resultados; y en Hidalgo, una encuesta realizada por Mitofsky, el pasado mes de junio, ubicaba al gobernador Omar Fayad casi a la par de las simpatías del presidente López Obrador: el primero consensaba 49,6 por ciento de aprobación, en tanto que el segundo alcanzaba el 50,0 por ciento. El mandatario estatal se ubicaba apenas 0.4 décimas abajo del Jefe del Ejecutivo.
Es pertinente aclarar que al final de este comparativo entre ambas rutas emprendidas para la atención del Covid, no se busca establecer los parámetros de una competencia en el terreno político, sino de aceptar cuáles son los errores y los aciertos desde el ejercicio de la función pública, pues sin duda, lo que ha estado en juego desde hace meses ante la pandemia, es lo más valioso que todos tenemos: nuestra propia vida, la de nuestros seres queridos y la de millones de mexicanos.