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* Hay indicios de que antes de pasar a retirarse, el ex titular de la Secretaría de Educación del Estado, se despachó con la cuchara grande unas 160 plazas de las que se beneficiaron también sus allegados y presuntamente líderes de la Sección XV del SNTE; los nuevos funcionarios deberán tener cuidado en firmar los pendientes de la pasada administración
Por I. León Montesinos
Especial de Expediente Ultra
Bien harán los nuevos funcionarios de la Secretaría de Educación del Estado en extremar cuidados a la hora de firmar documentos y pendientes heredados por la pasada administración; y no estaría de más, el leer con lupa las letras chiquitas de las altas enlistadas, antes de meterse en camisa de once varas.
No ser cautos puede convertirlos en involuntarios cómplices de una corrupción prohijada de última hora donde están en entredicho por lo menos 160 plazas autorizadas al vapor en la agonía del recién concluido “Año de Hidalgo”.
Nos dicen fuentes que tienen la renuncia firmada en la dependencia, que el ex titular, Atilano Rodríguez Rodolfo Pérez había pactado con el ex dirigente de la Sección XV del SNTE, Luis Enrique Morales Acosta, repartirse los puestos de trabajo no respetando escalafones ni derechos estatutarios de muchos profesores que por años han esperado un ascenso o una base.
Todo hubiera quedado planchado en las pasadas elecciones seccionales realizadas el 15 de juliopero sucedió que el favorito de Morales Acosta, el candidato de la Planilla Naranja “Somos Unidad”, Julio Armando Mayorga, perdió ante Said Vargas Saenz, que compitió por la Planilla Blanca “Transformación Sindical”.
Este inesperado cambio de vías, hizo que tanto Atilano Rodríguez como su Secretario de Administración y Finanzas, Pablo Moreno Calva, reasignaran las plazas a la brevedad pues se aproximaba el final del sexenio; es decir, solo hubo cambio de changos pero no de maromas.
Se dice que las plazas fueron entregadas también a amigos, compadres y todos aquellos con los que el nuevo líder de la XV creó compromisos durante su campaña. El asunto, aseguran los que ya se van, tuvo el visto bueno al más alto nivel del gobierno que acaba de finalizar pues en su mensaje de toma de posesión, Vargas Saenz no escatimó en halagos al ex gobernador.
El asunto fue con tal premura que incluso algunos de los últimos nombramientos se dieron justo el pasado 31 de agosto, para que Recursos Humanos tuviera todavía la facultad de activar los inusuales movimientos.
Si se le rasca un poco a la piñata de fin de sexenio en Educación Pública, será fácil detectar que muchos familiares del ex Secretario Atilano salieron premiados con una plaza y otros allegados, cuates y amigos más tuvieron considerables aumentos en su nivel salarial.
Caso concreto, nos comentan, fue Saúl García Herrera, es secretario particular de Atilano; también el propio Pablo Moreno quien supuestamente ya estaba jubilado se volvió a adjudicar una plaza, así como Bernardo García López, ex Director General Técnico de la Secretaría Uno, y de los más allegados a Atilano.
Por eso, los nuevos funcionarios deben tener cuidado en ver qué es lo que firman. Y en el mejor de los casos iniciar una investigación sobre estas 160 plazas.
Por cierto, ahora en el nuevo sexenio, vale recordar lo dicho por el ahora líder de la XV, quien en campaña dijo que de ganar la elección auditaría a su antecesor pues el anterior comité tenía 42 miembros activos en la seccional. Esa, entre otras muchas irregularidades en el gremio magisterial.
