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POR FRANCISCO RODRÍGUEZ/@pacorodriguez
La prensa amarilla ha llegado a sus propios confines. No es posible analizarla en la actualidad si no se complementa con sus nuevos aderezos: la sumisión, el engaño, el encubrimiento, la complicidad absoluta con el poder en turno, para conseguir sus aviesos fines: las prebendas, la publicidad oficial, los contratos, los negocios, el enriquecimiento de sus clanes propietarios a costa nuestra.
Y todo ello, aparentemente, a cambio de nada, pero por su función misma de supuestamente difundir la objetividad, la prensa ha traicionado ese origen y, de ser el llamado cuarto poder, se ha convertido en un apéndice menor de la vocería del Ejecutivo, un arete impuesto a la opinión pública, muchas veces contra sus preferencias informativas, abusando siempre de su tolerancia.
Por ello, las redes digitales, la información objetiva en línea que se transmite al momento del suceso por los mismos ciudadanos y usuarios, ha desplazado por mucho a la prensa impresa. Si a eso se añaden los loros radioeléctricos, hígados que todavía padecemos en canales abiertos y exclusivos –con honrosas y aisladas excepciones– que florecen como hongos, la partida ha sido perdida.
Publicidad engañosa en diarios nos cuesta a los pagaimpuestos
La inmensa mayoría de los pasquines informativos que se hacen llamar prensa nacional, pretendiendo abarcar con su circulación todo el territorio, son de una exigua y francamente ridícula distribución, condenada a perecer desde que sus engendros salen de las rotativas o de los medios impresos electrónicos.
Podría decirse, sin temor a equivocarse, que la opinión pública puede prescindir de todos ellos en un santiamén. De hecho así ha sido, pues los lectores más informados consiguen información, noticias y editoriales a través de las páginas de internet que reproducen on line a los periódicos más prestigiados del mundo.
Es un escándalo saber cuánto nos cuesta como ciudadanos fiscalmente cautivos mantener a una caterva de vividores que medran al amparo de la letra impresa y de la desastrada libertad de expresión. México se ahorraría cantidades inimaginables de amor propio si algún día se despertara con la sorpresa de que se acabaron los periódicos y los papasales escritos. Se haría un gran bien a la Nación.
Escasas, pero muy honrosas excepciones de periodistas libres
De todo lo que diariamente se imprime en las prensas de los “diarios de circulación nacional”, sólo podrán salvarse algunas noticias previamente conocidas en noticieros televisados y opiniones respetables de compañeros muy bien informados y de buena fe que honran a la profesión, porque sus carreras periodísticas han sido hechas desde la brava formación y la independencia de criterio.
Todo lo demás es auténtica basura, a cargo de los bolsillos de los contribuyentes, del dinero cautivo repartido con una generosidad digna de mejor causa por los coyotes encargados de las áreas de prensa del Palacio Nacional y subseres paniaguados. Sujetos menores que jamás han sabido de la ética y del profesionalismo periodístico.
Negociantes de los valores y de los supremos intereses de la Nación que exige cada día más una prensa crítica, objetiva y comprometida con la verdad, como sucede en todos los países que se respeten y que son conscientes de los años y de la sangre que costaron las luchas por consolidar la libertad de expresión auténtica.
Los diarios de circulación nacional (sic) con un tiraje menguado
Pero aquí en el rancho grande, no. Los periódicos de circulación nacional (sic) exhiben tirajes de dos o tres mil ejemplares diarios, sólo para justificar la chuleta. Los directivos de relaciones públicas de los mismos se dedican a chantajear incautos y mentecatos que con la maleta de Palacio Nacional son capaces de comprar el contenido de las primeras planas con varios millones de pesos…
… aunque el medio no pueda presumir de editar más de dos o tres mil ejemplares ¡para todo el territorio nacional! Los jefes de prensa del gobiernito son manirrotos con el dinero ajeno, el nuestro. Pero estos embutes también se consideran “aportaciones”‘ en lugar de llamarlos por su nombre: sobornos y chantajes altamente punibles, entregados y recibidos por gentuza de la peor ralea.
Se realizan actos de corrupción de la peor factura. Los delitos, extorsiones, chantajes y encubrimientos que a diario acomete la prensa, impresa y radioeléctrica, vendida y complicitada con la nueva mafia del poder está fuera y por encima de la evaluación, de la denuncia y de la investigación en materia de transparencia y conductas ilícitas …
… de la Secretaría de la Función Pública, de la Fiscalía General de la República, de todo el Poder Judicial, del fuero común y federal, de cualquier instancia de gobierno del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en todos los niveles, federal, local o municipal.
Hasta Hearst se avergonzaría del amarillismo de la prensa local
Es la impunidad más la inmunidad total, la protección de los encubiertos en favor de sus encubridores, para lograr el famoso juego de suma cero. Total, aquí no pasa nada. Una vergüenza mundial en el seno de cualquier organización internacional a la que se pertenezca o deje de pertenecer. Un baldón para todas las generaciones.
Hasta el xenófobo, pronazi y promotor de la cacería de brujas del macartismo, Randolph Hearst, ícono de la prensa amarilla y vendida al poder, se avergonzaría si pudiera enterarse de todo lo que se hace hoy, de todas las oportunidades y merecimientos que nunca pudo obtener, a pesar de ser, junto a Joseph Pulitzer, dueños de los monopolios de prensa más grandes de los Estados Unidos.
Es una lástima que todos los talentos de excepción y las grandes plumas de los últimos siglos hayan desfilado por las páginas de los periódicos. Lo que existe en México no merece ni llamarse prensa. Afortunadamente, en pocos años tendrán que desparecer los periódicos y ciertos noticieros televisivos. La audiencia está cambiando al internet.
Prensa amarillista más encuestadoras igual a fraude monumental
Dentro de poco sabremos que este debate fue sobre casos de la prehistoria. Pero mientras tenemos que fumarnos estas irracionalidades y engaños que los del poder utilizan para engancharnos en una sarta inacabable de corruptelas, incapacidades, ignorancias y barrabasadas propias de los improvisados de Tepetitán.
En las nuevas formas de encubrimiento, tiene que inscribirse otra: el arreglo entre los editorialistas comprados y los dueños de las costosas casas encuestadoras donde el “caudillo” filtra sus cuentos chinos y echa sus fantasmales cuetes. Donde se siente con popularidades de 60 o más puntos. Brincos diera.
La nueva línea entre la prensa amarilla y vendida y los encuestadores es que el resultado cuchareado de la encuesta que se trate no va a responder a la pregunta de si la gente está inconforme e indignada por la crisis económica, el desempleo, la inseguridad y el hambre.
La línea es echarle toda la culpa de las desgracias en el seno del hogar a la corrupción del neoliberalismo. ¿Por qué? Simple y sencillamente porque es el causante de todo. No el gobierno, que no sabe hacer nada y se embolsa lo que encuentra. ¡La corrupción! El fantasma tan temido. Superior a cualquier fuerza.
Ni la prensa ni los encuestadores se ocupan de nuestros problemas
Ahí estará el nuevo target del binomio criminal prensa – encuestadoras. Si usted quiere saber por qué no funcionarán el Tren Maya, Santa Lucía y Dos Bocas, no pregunte. Es culpa de la corrupción anterior a este régimen honesto y puro. Si pregunta por Pío, ya para qué le respondo. La corrupción es una hidra de mil cabezas. Es lo que nos fumaremos de aquí a las elecciones, aunque Emilio Lozoya el ahijado nunca haya estado en México, y sus denuncias y firmas en el reclusorio sean por internet.
Las encuestadoras y la prensa jamás volverán a ocuparse de los desempleados, de los masacrados por el cómplice crimen organizado del narcotráfico, de la inseguridad, del desastre económico provocado por la 4T, de la inflación, del encarecimiento y de los niveles de miseria. El único tema será la corrupción, ya lo pidió el “caudillo”. Los otros temas no son capitalizables en votos.
La fiera prometida de la 4T sin garras ni colmillos para actuar
Serán olvidados poco a poco los Romero Deschamps, los Osorio Chong, los Ruiz Esparza, los Píos, los Lozoyas, los Videgaray, Peña Nieto, Meade, y los que hasta hace poco sirvieron como pasto de la fiera.
Aunque la fiera no logre jamás engullir algo.
Está hecha sólo para el show, el desconcierto, la polarización, el triunfo por la puerta fácil.
Esa fiera no tiene garras ni colmillos.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: A propósito de la extensa entrevista a AMLO que ayer comenzó a publicar del diario La Jornada –el mayor beneficiario de la publicidad de la 4T–, le pedí al ex jornalero Emilio Lomas una opinión al respecto. La transcribo tal cual: “La Jornada no escapa a los manejos turbios que los gobiernos ejercen sobre los medios de comunicación. El tabloide desde hace más de 16 años se ha manejado de acuerdo con las políticas de comunicación o pautas publicitarias marcadas por el Ejecutivo federal, sean estás priístas, panistas y ahora morenitas. Cómo diría un ex director del diario ya fallecido “se confeccionan trajes a la medida”. El exdirector general del diario, Carlos Payán, decía que el gobierno debería dar publicidad a los medios de acuerdo con su penetración, su nivel de influencia y a su tiraje real. Y así como defendía los ingresos para La Jornada, decía que era una aberración que los recursos públicos de los mexicanos llegaran condicionados a los medios de comunicación. El viejo Payán lucho por los ingresos publicitarios, hasta que Carlos Slim se hizo su amigo. En el diario se publicó la dudosa venta de Telmex al empresario, y éste no dudo en acercarse a Payán, junto con cuantiosas inversiones. Hasta un conmutador le dio al diario cuando esté se encontraba en Balderas. Payán cortó con Aguilar Camin, cuando esté entrevistó a Camacho Solís, entonces jefe de gobierno capitalino, quien durante la entrevista hizo el retrato hablado del candidato priísta a la presidencia de la República, Carlos Salinas de Gortari. La endeble directiva del diario integrada por José Carreño Carlón, Miguel Ángel Granados Chapa –finado– Humberto Musacchio, Héctor Aguilar Camin y Carmen Lira se empezó a desquebrajar por amplias discrepancias en la conducción de La Jornada. Payán decidió que fuera “la Lira” la candidata y después su sucesora en la dirección del periódico. A partir de asumir la dirección, Carmen desapareció las subdirecciones y las convirtió en jefaturas y emprendió una feroz política en contra de los articulista “incómodos” Su furia y desprecio la llevo a cortar con Carlos Monsiváis, entre otros. La lista era interminable, pero las separaciones las hacía Josexto Zaldúa, un vasco que llegó a México con las manos vacías, pero mediante su labor, se llenó de dinero, siempre respaldado por las señora Lira. Carmen a su vez, necesitaba de su propio Slim, así que se acercó a Don Roberto González, don Maseco. Así que todo escritor que tocara a Slim o a don Roberto, era severamente sancionado. Las inversiones de Gruma y de Banorte aumentaron considerablemente en La Jornada. La situación de la publicidad aun así, se tornó muy difícil, así que se tuvieron que aliar con el PRI y el PAN, aunque fue Peña Nieto quien mantuvo a salvo las finanzas del diario. Según dicen, los que sabían de ello, llegó mucho dinero del gobierno de Peña, para lograr una salida muy digna de la presidencia, al grado que la señora Lira les permitió colaborar a él, a Peña Nieto, y a Luis Videgaray, en las planas del periódico. Hubo más desacuerdos, y los colaboradores siguieron yéndose. La situación no mejoró, según los empresa, y terminaron por realizar recortes de personal. Los trabajadores han ganado dos laudos y una sentencia, que obliga a la empresa a restituir el Contrato Colectivo del Trabajo y a reinstalar a los trabajadores despedidos y nada. Se sienten y están respaldados por el presidente, aunque la STYPS no ha dado un paso atrás en las demandas de los trabajadores. La línea editorial en favor de la 4T es muy clara: cero tolerancia a cuestionar al presidente López Obrador, quién en agradecimiento le está dando la mayor parte (de los recursos destinados a los medios impresos) a La Jornada. Carmen Lira maneja el diario como si fuera de su propiedad, y es una trabajadora más que se ha reelegido en cuatro ocasiones al frente del tabloide. El vasco, nacionalizado mexicano, tiene algunas propiedades y es accionista del restaurante Puerto Guetaria. Y la pregunta que se haría un periodista digamos serio, a quien le interesa una entrevista con AMLO, sin ningún cuestionamiento, cuando además el señor todo poderoso habla diario, en todas partes, en todo momento, sin permitir o aceptar un solo cuestionamiento, cuando el país está de cabeza y la sociedad civil tiene muchas dudas sobre su destino.”
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