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Elvira Hernández Carballido
¿Qué pruebas necesita un juez como Anuar González Hemadi para juzgar con la justicia de ojos abiertos y el alma solidaria?
¿Por qué un juez como ese hombre puede dar amparo a un alma sin alma?
¿Cómo escarbar en el alma de un juez sin alma?
Siglo XXI y sigue siendo un verdadero suplicia, una tragedia desgarradora, una impotencia fatal, una injusticia latente el momento en que una mujer se atreve a denunciar una violación. Ella queda siempre indefensa, quien cometió el delito aprovecha los ojos vendados de la justicia para ampararse en mentiras y desamor, para tener un cómplice que se dije juez y le otorga un amparo porque sus pruebas son que el inculpado no tenía la intención de asesinar lunas, matar cielos ni destrozar un alma.
El juez consideró que la narración de la niña violentada no basta como prueba, que su declaración no demuestra la mala fe del violador, que no hay estado de indefensión aunque esté rodeada de tipos crueles maldecidos por su propio machismo. Que ella debió gritar más, que tenía que bajarse del coche, que repetir mil veces no No NO, no fue suficiente para creer que se abusó sexualmente de ella. Es así como, sin solidaridad humana, sin respeto a una tragedia tan trágica para una mujer, sin compasión ni respeto, el juez resolvió:
“(…) por lo que se concluye no se acredita el primer y último de los elementos del ilícito de pederastia, esto es el ‘abuso sexual’ y la ‘indefensión de la víctima’, al no haberse demostrado lo lascivo en la conducta que se atribuye al indiciado, ni que la ofendida se hubiere encontrado sin defensa y vulnerable respecto del hoy quejoso, lo que ocasiona que no se tenga por acreditado el cuerpo del antisocial previsto en el artículo 182, párrafo segundo y 183, fracción I, ambos del Código Penal de la entidad… En consecuencia, dado que las pruebas de autos resultan insuficientes, no se considera acreditado el cuerpo del delito de pederastia”. Al no contarse con pruebas suficientes, “debe por la incertidumbre existente resolverse en favor del inculpado”.
Más preguntas
Siempre que alguien, casi siempre un hombre, me argumenta que este tipo de situaciones ocurren por culpa de la mujer, encuentro el argumento más sencillo para callarlos:
¿Y si tu madre, tu hermana, tu hija, la mujer que amas es la víctima de un delito así? ¿También dudarías?
¿Y si una mujer que quieres, un día, por confianza o por estupidez, por miedo o ingenuidad, se sube a un coche, entra a una casa e incluso a un hotel o se viste coqueta orgullosa de ser ella, camina al ritmo del mar, desea explorar el deseo o la pasión pero su alma le da fuerza, la fuerza de su instinto, la certeza del error, la compasión por sí misma, la seguridad que no está con alguien bueno, le da la razón para decir no, no quiero, no deseo, no, no y no? ¿Justificarías la violencia, la sordera inhumana, el abuso total, que se desgarre su alma, que se mutile su cuerpo?
¿Por qué se juzga severamente a una mujer que en estos casos no es calificada de débil sino de tonta, que en estas situaciones se cuestiona todo lo que no hizo y le exigen todas las pruebas de resistencia, se le pide haber desarrollado una sobre fuerza humana para haber impedido el ataque, se cree que lo provocó, que se lo merece por loca, que de seguro andaba de puta, que ella y solamente ella tiene la culpa de todo lo ocurrido?
¿Cómo esta sociedad patriarcal tan poco solidaria, tan misógina y cruel nos puede creer y defender, cómo explicarles esta sensación de inseguridad cuando un tipo te mira sin respeto, cómo describirles esa incomodidad cuando un patán hace referencia a tu cuerpo con toda la vulgaridad más dolorosa, cómo transmitirles este miedo y esta impotencia cuando una mano sin amor te arrebata la inocencia, mancha tu piel, asesina tus latidos?
La historia
Dafne se atrevió a denunciar, su familia la apoyó, pero nunca imaginaron que pasarían por este viacrucis patriarcal, de jueces sin alma, de victimarios con influencias, de padres cegados que defienden a los canallas que tienen de hijos, de madres mudas y carentes de sororidad, de abogados corruptos, de jueces sin alma.
Dafne y su miedo, tener que declarar una y otra vez, tener que sentirse culpable cuando los culpables son los otros, soportar escarnios públicos, piedras que avientan los que no están libres de culpa.
Dafne repitiendo un eterno hubiera, si no hubiera existido ese día, si me hubiera bajado del coche aunque estuviera en marcha, si hubiera gritado más fuerte, si me hubiera defendido más, suplicado más… si hubiera justicia en este país. Dafne llorando la imposibilidad, hasta el momento, de que la justicia sea justa con ella.
Mientras que Enrique Capitaine, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta se amparan y a veces lloran. Se amparan cuando muy dentro de sí mismos su propia alma los juzga y los condena porque los sabe culpables. Se amparan y confirman que en México la justicia no existe.
Y el padre de Dafne sigue en la lucha, un padre que ama y cree en su hija, un hombre que por amor a una mujer que vio nacer no deja de defenderla, de pedir justicia, como todo padre que ama a su hija.
Dafne, una menor de edad que fue violada por esos cuatro muchachos sin alma. Su padre relató en una carta que su hija fue subida a un automóvil en contra de su voluntad y en ese lugar fue incomunicada, fue vejada, fue sometida, fue abusada sexualmente, fue violada”.
Las reacciones
El Instituto Nacional de las Mujeres, luego de conocer el veredicto de ese juez sin alma, de inmediato, circuló este mensaje:
“La resolución dictada por el juez Tercero de Distrito del Estado de Veracruz en la que se otorga amparo a Diego Gabriel Cruz Alonso y deja insubsistente el auto de formal prisión y, como consecuencia, dejaría en libertad a quien ya en una ocasión se sustrajo de la justicia, constituye una franca violación a las garantías de seguridad jurídica para la víctima.”
La Fiscalía de Veracruz, estado donde ocurrió el caso, también se mostró contrariada por la decisión del juez y de inmediato mostró su postura:
“Desestimando con tal determinación los agravios que le eran atribuidos al indiciado y dejando vulnerables los derechos de la víctima atacada sexualmente, que en el momento de los hechos, era menor de edad la Fiscalía General del Estado, difiere de manera contundente del criterio aplicado por tal autoridad”
La Red de Feministas del estado de Veracruz de inmediato dio a conocer su indignación así como su preocupación:
Con la puesta en libertad del joven Diego “N” agrava la vulneración de las mujeres en Veracruz, aseguran feministas, luego de condenar esta acción de un Juez Federal.
“Nos indigna que, a estas alturas, un Juez se atreva a emitir una resolución de una manera parcializada, dado que no se están apoyando en lo que mandata en este momento los tratados internacionales respecto a la violencia en contra de las mujeres. Pedimos que sea nuevamente analizada la presunta violación contra de Dafne y el resolutivo dado a conocer hoy no se da garantía a las mujeres de su seguridad.
Se está abriendo la puerta para que se siga cometiendo este tipo de abusos en contra de jóvenes, que en la actualidad están en un estado de indefensión dada la actuación de jueces como el que emite esta resolución.
Lamentamos que esta acción ponga en tabla de juicio el trabajo de los encargados de velar por las garantías de seguridad en el país y asegura que se establece un panorama más desolador en el tema de denuncias por violencia… un fallo de este tipo, desalienta a que las mujeres busquen justicia, busquen llegar ante un Juez, justamente para que este tipo de conductas sean sancionadas.”
Si bien el juez Anuar González ya fue suspendido, la justicia aguarda ser justa con Dafne y con las mujeres que sufrimos algún tipo de violencia y nuestra alma queda deshojada, violentada, asustada, agonizante.