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* Ni Trump, ni terrorismo, acallan gozo decembrino: el Zócalo y las principales plazas del país son mosaicos de luces multicolores
Por Joaquín Herrera
Especial de Expediente Ultra
CD de México, diciembre 23/2016 (agencia acento) Desde la que fuera ciudad sagrada de los aztecas, hoy llamada Zócalo, corazón de la capital mexicana hasta el confín del mundo.
Ni las guerras, ni los atentados del terror han opacado la Navidad 2016: Ni la “amenaza” de Trump o actos de terror, opacan fiestas decembrinas.
Nadie se sustrae a la fiesta de fiestas, típica del llamado mundo occidental. La Navidad invade a Japón y China; ha, y otras culturas y religiones.
En las ciudades zonas rurales, suburbios y el reino del hormigón, todos se sumergen en los colores, los sabores y olores de la Navidad, bálsamo para todos.
De Madrid a Kuala Lumpur, Tokio o Los Ángeles y Sao Paolo, pasando por Cuba o Roma o la capital mexicana el mundo se desbordaba esta tarde en compras, aunque la moneda y la tarjeta crujan.
El correo a reventar, y el envío y recepción de tarjetas, es la locura porque es tiempo de festejar…y nada más.
Nochebuena y Noche Vieja
La Noche Buena o la Noche Vieja, preceden a la Navidad y al Año Nuevo y nadie se puede sustraer al efecto de la más universal de las fiestas.
Aquí, la capital mexicana se aferra a la tradición que data desde tiempos de San Francisco. Este santo varón inició la costumbre de reproducir el escenario de un pesebre como en donde nació Jesús, hace casi un milenio.
Aquí Coyoacán (al sur de la capital azteca) como en el norte del Valle de México, Acolman, fueron donde nacieron los Nacimientos. Por eso el pesebre, los pastores y sus vestimentas hoy aparecen en figuras formadas por el artificio de luminosidades.
Estas figuras son emblemáticas del mundo con motivo de la inminente Noche Bueno y Año Nuevo, 2017.
En tanto, la costumbre nórdica -engalanar con el Árbol de Navidad – invade hasta a El Vaticano, pero se mezcla con motivos del nacimiento del Hijo de Dios.
Ese es el sentir de la fiesta más universal y esencialmente familiar. que envuelve al planeta.
Aquí hasta en las prisiones llegará el espíritu navideño en forma de pavo horneado y cena especial.
En albergues para gente “en condición de calle” será el “toque” con que la capital quiere desprenderse de las natural deshumanización que viven los conglomerados, rascacielos y tumulto más asfixiantes en el mundo.
Gastos y gula
Al llegar Navidad, ya todo chilango que se respete ha gastado buena parte del aguinaldo, la tanda, los ahorros y hasta el bono.
Claro, este jamás se comparará con el que se despachan los funcionarios de los tres poderes (¡faltaba más!) para afortunados que reciben (no comparable al de los diputados, senadores y funcionarios de los tres poderes) pero la epidemia atrapa a todos.
Sí, la de gastar hasta el tope.
En casi todo el país, los festejos se estaban pagando con ingresos que llegarán hasta dentro de tres y seis meses. Claro. Para eso son las tarjetas de crédito.
Desde finales de noviembre, las luces, los árboles, los mercadillos y los nacimientos o belenes que forman a base de foquillos o figurillas de barro, papel estaño y mil formas, invaden las calles, como a infinidad de hogares aferrados a tradiciones, principalmente en áreas rurales.
San Francisco inauguró la tradición
La imaginación y memoria colectiva, nos transporta cada fin de año a retomar la acción de San Francisco de Asís, en el siglo XIII.
El santo recorría la campiña y se le ocurrió recrear en la cueva de una provincia italiana, el escenario en que naciera Jesús, quien marcó en un antes y después la historia de la humanidad.
Fue en la ermita de Greccio donde San Francisco reconstruyó un portal y pesebre de paja. Trajo un buey y un asno que aportaron los vecinos a los que invitó a reproducir la escena de la adoración de los pastores al Niño Jesús, conforme a pasajes bíblicos.
La tradición indica que, de manera milagrosa, en la escena por San Francisco, se aparecieron ángeles cuando se escenificó el Nacimiento.
En un recorrido imaginario de la agencia acento, así espera el mundo la Navidad de 2016: