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Por Juan Carbajal/@JA_CARBAJAL
Tres alcaldes de Hidalgo apenas están llegando a los ocho meses de gobierno y ya su preocupación mayor está fijada en la elección de gobernador, con la consigna de lograr los reflectores necesarios para ser tomados en cuenta por el partido MORENA, dentro de sus pretensiones electoreras, desairando incluso la tercera ola de COVID, para aferrarse a toda costa a los principios de la llamada Cuatro “T”.
Hablamos de José Ramón Amieva, en Mixquiahuala, Tatiana Ángeles Moreno de Actopan y de Susana Ángeles Quezada de Tizayuca y no es precisamente que sean opciones reales, fehacientes y de posibilidad para encabezar la candidatura del partido de MORENA en Hidalgo, – porque en las encuestas más serias se ubican muy por debajo de los porcentajes que pudieran representar competencia aun al interior del propio partido- , pero si de una intención que refleja un desdén por el desempeño de su gobierno, utilizando los propios recursos municipales para su difusión y promoción personal para ser tomados en cuenta entre sus huestes partidistas.
Lo triste en estas tres historias; no es precisamente la aspiración de los ya mencionados, sino que inmersos en la llamada tercera ola de COVID-19, el alcalde y las dos alcaldesas, se concentran en impulsar las acciones de la llamada “cuatro t”; bandera política de su líder Andrés Manuel López Obrador y no de cumplir una agenda propia para sus municipios, o por lo menos cumplir las promesas que en su campaña política ofrecieron para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Alejados de promover un desarrollo desde lo local, el mayor logro en los primeros seis meses del año y de gobierno, radica en el impulso, defensa y apoyo a su líder y con ello se puede constatar las medidas laxas, de cuidado y control de la salud pública, incluso fomentando eventos de concentración masiva como fueron la feria gastronómica de la barbacoa en Actopan el mes pasado y recientemente la feria patronal en Tizayuca.
Si bien la responsabilidad de los cuidados personales radican en cada ciudadano, lo que no han entendido las presidentas y el presidente municipal, es su responsabilidad para asegurar la salud de sus gobernados; de pronto se les olvida que “fueron electos” y eso conlleva la responsabilidad de cumplir con su sociedad las acciones prometidas.
La salud es una responsabilidad concurrente de los municipios con el estado, y queremos creer que es un conocimiento básico, desde el momento en que decidieron ser candidatos para la presidencia municipal, porque de manera explícita, clara y precisa, lo señala la Ley Orgánica Municipal para el Estado de Hidalgo, en su artículo 57, Fracción II. Y directamente en el artículo 120 de la misma ley, señala que “al Titular de Sanidad Municipal, le compete: Vigilar el cumplimiento de las disposiciones en la materia; Implementar acciones directas e indirectas de fomento a la salud, individual y colectiva, así como actividades de prevención y regulación; Vigilar que los locales comerciales e industriales dispongan de condiciones mínimas de seguridad sanitaria para el personal que ahí labora y para los asistentes a esos establecimientos, de acuerdo con la normatividad en la materia; Promocionar la participación ciudadana para lograr mejores niveles de salud integral entre la población; y Generar mejores condiciones de higiene y salud para los habitantes del Municipio” y propiamente recordemos que es responsabilidad del presidente municipal nombrar a los funcionarios públicos.
Sin embargo, estando inmersos en uno de los problemas de salud publica de mayor calado en el mundo en las últimas décadas, los tres personajes, José Ramón, Tatiana y Susana, se han ocupado en atender los designios políticos de la Cuarta transformación, dejando en segundo plano las tareas para las que fueron electos.
Como mero dato estadístico, en la tercera ola de COVID, Tizayuca se ha mantenido de manera constante como el tercer municipio con mas defunciones en el estado de Hidalgo, solo por debajo de la capital hidalguense y Mineral de la Reforma, las cifras oficiales al 10 de agosto del 2021, revelan un total de 186 casos activos, 3 mil 675 positivos acumulados y un total de 349 defunciones. Por su parte en Actopan, 50 Activos, 799 positivos acumulados y 162 defunciones y para Mixquiahuala de Juárez 24 activos, 590 positivos acumulados y 96 defunciones.
Ahora, el tema es el regreso a clases presenciales, en donde el reto es mayúsculo no solo para el sector educativo, llámese docentes y administrativos, sino para implementar a nivel local las estrategias de movilidad, tanto en trasporte particular como privado, comercio fijo, semifijo y ambulante, además de la prestación de servicios públicos que fueron relegados por el cierre de las instituciones educativas como son recolección de basura, agua potable y alcantarillado.
Esto solo por mencionar algunos de los puntos que sobre salen, con la reactivación de centros escolares, toda vez que la ocupación principal se ha centrado en las aulas, minimizando el impacto que genera en cada comunidad el desarrollo de las actividades escolares de manera regular.
Cierto es que existen puntos a favor y en contra, pero lo que queda claro, es que ante los problemas de tal envergadura, que atrae la tercera ola de covid-19, los gobiernos que promueven la “cuatro t”, se han desentendido, para enfocar los reflectores en un proceso electoral que se avecina, mostrando su verdadera razón de buscar el poder por el simple y llano plano del poder mismo, demostrando que su verdadera vocación esta en las campañas, pero muy distante de la gobernanza.
