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* Lo mismo ex regidores como Nelly Vera que el ex tesorero, Raúl Puga y hasta el ex alcalde, Alberto Franco, aprovecharon el cargo para obtener contratos sin licitación, apoderarse de las banquetas y paraderos públicos para montar empresas de publicidad y hacer alarde de ostentaciones en las redes sociales; la política de cero corrupción y tolerancia del gobernador, Omar Fayad lo pondrá en su sitio
Por La Corresponsalía
Especial de Expediente Ultra
TEPEAPULCO, Hgo.- Este municipio será uno de los puntos neurálgicos donde la política de combate a la corrupción y cero tolerancia anunciada por el gobernador Omar Fayad Meneses, tendrá mucha tela de dónde cortar; en el trienio pasado funcionarios del ayuntamiento aprovecharon sus cargos para birlar los reglamentos y otorgar contratos sin licitación a empresas de amigos y familiares, lo mismo que utilizaron espacios públicos como las banquetas para instalar espacios promocionales que les han dejado pingües ganancias como es el caso de la ex regidora, Nelly Vera González, que sembró en los paraderos del transporte público estructuras para colocar anuncios, sin realizar los trámites y permisos correspondientes.
Vera González pertenece a una de las familias más pudientes de la región; su padre es dueño de la Plaza de Toros San Marcos y al llegar al cargo supo aprovechar su situación de privilegio en la administración pública para instalar además anuncios espectaculares, a ras de suelo, en la orilla del canal municipal que por su naturaleza es considerada área federal, pero a la empresaria y ex funcionario no le importó en su momento ignorar a una dependencia como la Conagua, a la que ni siquiera notificó la instalación de las estructuras. Por cierto que hasta la fecha la población se pregunta cómo es que Nelly Vera se ha atrevido a tomar la luz del alumbrado público, incurriendo en otro delito federal ante la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Lo defraudado a la empresa pública asciende ya varias decenas de miles de pesos.
Pero no fue sólo es la ex regidora la que sacó provecho del tráfico de influencias; existe la presunción de que el ex tesorero, Fernando Raúl Puga autorizó contratos de obra pública a su hermano Ricardo, sin mediar licitación pública alguna; también amigos del ex funcionario obtuvieron parte de las millonarias ganancias como es el caso de la empresa Herco, propiedad de Felipe Hernández, amigo cercano de los hermanos Puga.
Ha trascendido además que entre los negocios de los Puga figura la empresa Arte Diseño e Imagen, ubicada en Pachuca y que fue la encargada de realizar todos los trabajos relacionados al diseño y manejo de la imagen del ex alcalde Franco.
Para la vox populi en Tepeapulco no pasaron por alto los ostentosos desplantes del propio ex edil, Alberto Franco, quien fuera exhibido en las redes sociales por ser propietario nada menos que de una aeronave Ala Delta, un fino caballo percherón, lo mismo que su costosa afición a los jeeps y las cuatrimotos. Su tendencia sibarita es por todos conocida.
Por supuesto que para muchos de estos funcionarios, aún no les cae el veinte de que su cargo concluyó y que nuevos tiempos de renovación y transparencia soplan por todo el estado por lo que tendrán sólo dos opciones: cerrar sus irregulares negocios o someterse a lo que establecen las leyes federales y municipales.
Voces en el Congreso no descartan que no sólo en este ayuntamiento sino en muchos otros del estado, se realicen auditorías que permitan conocer a fondo el manejo que tuvieron los recursos públicos, como también la forma en que operaron muchos negocios como la empresa publicitaria montada sobre las rodillas y violando cuanto reglamento se le puso enfrente, de la ex regidora Nelly Vera, indudable botón de muestra del grado de corrupción, tráfico de influencias y conflicto de intereses que, todo apunta, llegará a su fin en Tepeapulco y en todo el estado bajo la nueva mística y compromiso social de Omar Fayad Meneses.
