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PAÍS SIN ALAS
* Los resultados de la dirigencia de Mariana Moguel para el priísmo capitalino, en los comicios del pasado 5 de junio, son desastrosos; la hija de Rosario Robles relegó a las auténticas bases de su partido para dar paso a la operación de estructuras paralelas cuyo financiamiento no está en claro y constituye un delito electoral. Al final, de nada sirvió tal estrategia pues se perdió hasta en las delegaciones gobernadas por el PRI
PAÍS SIN ALAS
Por El Vocero de Chinameca
Especial para Expediente Ultra
Fotos PRI-CDMX, Especiales y EU
En el periodo de reflexión y cambios que realiza el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, el vapuleado Manlio Fabio Beltrones deberá incluir en la agenda de los desastres del pasado 5 de junio al verificado en la capital del país donde la dirigente, Mariana Moguel Robles, entregó pésimas cuentas no sólo en el terreno electoral sino financiero.
Tras conocerse los reacomodos políticos en la Ciudad de México, el PRI fue a parar al nada honroso cuarto lugar perdiendo ante Morena en las delegaciones donde ganó en 2015, como son: Cuajimalpa, Milpa Alta y Magdalena Contreras, en esta última demarcación no pasó de los diez mil sufragios.
El balance para la hija de la titular de la SEDATU, Rosario Robles, y la más firme aspirante a la candidatura priísta del 2018 al gobierno capitalino, es de una absoluta bancarrota si se considera que en otras delegaciones donde buscó ganar espacios, terminó desfondándose como fue el caso de Cuauhtémoc donde Morena sumó a su causa 12 mil 500 votos; el PRD, 5 mil 100; el PAN, 4 mil y el PRI únicamente 3 mil 200.
La despistada, pero sincera Mariana, ha aceptado que recibió un maternal jalón de orejas que le ha servicio para entender que deben rectificarse algunas cosas mediante un relevo generacional; es decir, mandar por un tubo a las escasas bases del tricolor que le han sido fieles en las buenas y en las malas a su amado partido.
Aunque luego de la hecatombe electoral nada extraña ya a los viejos militantes y estructuras del PRI en la Ciudad de México, que desde la llegada de Mariana fueron desplazados de la toma de decisiones y la operación partidista.
Un hecho registrado en la Casa del Agrarista, en la sede de la Confederación Nacional Campesina de la Colonia San Rafael, el pasado sábado 4 de junio, el día anterior a las elecciones, vino a confirmar la falta de oficio de quien lleva las riendas del priísmo en la capital del país; unas tres mil personas contratadas por la empresa “Consultores y Candidatos”, ubicada en Paseo de la Reforma 254, a un costado de la famosa “Palma”, acudieron a cobrar los dos mil 500 pesos que se les adeudaba como último pago de los dos meses en que laboraron para, supuestamente, elevar la votación del PRI en las 16 delegaciones.
Esta estructura “espejo” fue presuntamente operada por Enrique Davis, propietario de la referida firma y que apareció en el lugar doce de la lista de candidatos del PRI al Constituyente, sitio que, nos dicen, le cedió amablemente Tonatiuh González. De acuerdo a información recabada el pago total a cada uno de los tres mil coordinadores fue de diez mil pesos, pero no todos alcanzaron a cobrar su finiquito pues al parecer alguna “voz amiga” denunció a la FEPADE sobre la aplicación de los recursos extraoficiales, donde se incluía la entrega de un celular de bajo costo a cada uno de los asistentes con el fin de que el día de la elección reportaran paso a paso los registrado en la jornada.
Al darse la voz de alerta, inició la fuga en tropel perdiéndose en el revuelo un millón de pesos por lo que una buena parte de los asistentes ya no alcanzaron a cobrar. Y aunque Mariana negó el hecho, ha trascendido que comunicó a los afectados que esta semana podría quedar saldado el adeudo, aunque hay quienes aconsejan a Mariana ya no pagar el resto del dinero pues su partido apenas tuvo representantes en el 35 por ciento de las casillas y, como se aprecia, la estructura “espejo” manejada por la empresa de Davis resultó altamente costosa y no sirvió de mucho.
Caro pagó su noviciado y tozudez la líder priísta que la llevó a tratar con la punta del pie a las auténticas bases partidistas, pensado que con ello restaba poder e influencia al grupo de los “rojos” del ex líder Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre; tal es el desconocimiento de saber con quiénes trata Mariana que conservó a su lado precisamente a una de las operadoras del viejo esquema como es el caso de Gloria Sotelo Subsecretaria de Evaluación y Estrategia, a quien dejó recomendada Mauricio López.
Sotelo fue la responsable de manejar buena parte de los recursos que de manera directa ejerció el PRI-CDMX, pero al igual que la estructura “espejo”, los ejerció de manera inadecuada junto con su “escudero” Luis Ángel López. Mariana quizá desconoce, por ejemplo, las verdaderas razones por las cuales el evento de cierre de campaña no se llevó a cabo en la Plaza de las Tres Cultural, tal y como estaba anunciado a las organizaciones adherentes al PRI capitalino, para cambiarlo de última hora al monumento a la Revolución.
La confusión no únicamente impidió que muchos asistieran sino que produjo tal molestia que al enterarse, al cuarto para las doce, del inusual cambio, otros tantos optaron por dejar colgada a su presidenta. Al paso de las semanas ha trascendido que el motivo por el que se optó por cambiar el lugar del evento no fue precisamente por los argumentos políticos que se intentaron esgrimir en el sentido de que el delegado Ricardo Monreal impediría al PRI, partido responsable de la matanza del movimiento estudiantil de 1968, ocurrida precisamente en la Plaza de las Tres Cultural, realizar su cierre en este sitio.
Aunque parezca increíble el trasfondo real fue un problema sentimental que arrastra en su pasado la Subsecretaría de Evaluación y Estrategia del PRI capitalino; sucede que la actual JUD de la Territorial Santa María Tlatelolco, Mónica Elizabeth Sandoval Hernández, está casada con Fernando Gómez, persona con quien Gloria Sotelo mantuvo una relación, de la que nació una hija.
Al interior del edificio de Puente de Alvarado, corre la versión de que Mónica Sandoval le quiso marcar sus “terrenos” emocionales a Sotelo, haciendo correr en las redes sociales la versión de que los “anarcos” boicotearían el cierre de los priístas, por lo que Sotelo avaló que se diera un cambio para realizar el acto. Lo que se guardó de comentar a Mariana fue su rivalidad personal que mantiene, por motivos privados, con la referida JUD de la Cuauhtémoc. De ése tamaño los problemas personales que guían la extraviada brújula de los colaboradores de la hija de Rosario Robles.
Además de revisar con detenimiento en qué se emplearon los recursos inyectados al anémico PRI capitalino, Manlio deberá analizar el papel que jugó en todo este entuerto partidista la que fuera designada como nueva delegada del CEN en la CDMX, la mexiquense Beatriz Cervantes, quien con el mayor de los desparpajos y en una reunión sostenida con las bases del tricolor, el pasado miércoles 25 de mayo, les dijo de manera terminante que debían allegarle al partido “votos de saliva” (¿?) porque no había recursos. “Todos ustedes conocen vecinos, amigos, parientes, invítenlos a que voten por el partido, díganles que lo hagan”, les conminó en tono impositivo.
Por supuesto, a estas alturas los verdaderos priístas de hueso colorado ya saben que sí existieron fondos para aplicarse, el problema es que Mariana permitió ejercerlos a sus amigos y consentidos de la peor manera. Y las consecuencias saltan a la vista.
En la hora de la debacle y las reflexiones, tanto Manlio como la propia Rosario Robles, deberán preguntarse si no ha llegado el momento de cantarle las golondrinas a la imberbe y desubicada Mariana, antes de que el PRI termine por extinguirse en la capital del país, llevándose consigo las aspiraciones de la titular de la SEDATU, por ser Jefa de Gobierno, y los sueños del priísmo de retornar al Palacio del Ayuntamiento.
Muchos piensan en la sede de Puente de Alvarado que vale la pena recordarle a la líder partidista la letra de una de las canciones del argentino Alberto Cortés, que dice: “Qué cosas tiene la vida, Mariana, qué cosas tiene la vida; cuando más alto volamos, Mariana, nos duele más la caída…”