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Por Jorge Pérez Sánchez / Twitter: @JPS1150
El pasado 5 de agosto el ex gobernador de Hidalgo y actual Senador de la República, Miguel Ángel Osorio Chong cumplió 55 años, muy joven para una nutrida trayectoria política.
Mientras fungía como Gobernador del Estado de Hidalgo, Enrique Peña Nieto hacía lo propio en el Estado de México y Marcelo Ebrard en el Distrito Federal. Entre los tres siempre hubo una buena sinergia, pero la amistad entre los dos primeros perduró hasta la administración federal.
Quienes lo conocen en un entorno más light saben que tiene poco margen para tolerar un error; tiene muy buena memoria; es muy perfeccionista; gusta de la comida picosa (no pueden faltar los chiles toreados a donde vaya) y el agua mineral San Pellegrino.
Como Secretario de Gobernación, tuvo el temple para controlar protestas sociales de altísimo nivel, como la de los maestros en Oaxaca; las manifestaciones por el alza al precio de la gasolina en diversas partes del país y en un operativo que él mismo describió como impecable, logró coordinar el desalojo de los maestros en el zócalo capitalino aquel viernes 13 de septiembre de 2013, por mencionar algunos.
Tras la fuga del chapo, con los medios nacionales e internacionales reunidos en el palacio de Cobian, en Bucareli, Osorio Chong respondió cada una de las preguntas de la prensa, pero una quedó grabada: ¿va a renunciar? a lo que Osorio respondió: “los momentos de crisis no son para renunciar”.
Pocas veces he escuchado que se le quebrara la voz al hablar en un evento público como la mañana de aquel 8 de enero de 2016 cuando leyó el tweet que publicó Enrique Peña Nieto anunciando la captura de Joaquín Guzmán Loera.
Seguramente fue un cumpleaños distinto, el poder trae muchas amistades temporales que se quedan con quien lo sustituye en el cargo. Sin duda como Senador de la República mantiene presencia política, pero a la fecha, no la suficiente para hacer contrapeso real a las acciones de gobierno.
La silla de
oposición que dejó vacía López Obrador no la ha ocupado nadie y puede
catapultar en un futuro cercano y acrecentar su capital político a quien llegue
a ella, tal como lo hizo el tabasqueño hace unos años cuando creo a MORENA.
Dentro de poco vendrán elecciones y el PRI aún no se recupera en el ánimo de
los votantes.
Al ex Secretario de Gobernación le falta elevar
el nivel de crítica, con fundamentos, claro está, muy a su estilo; romper ese
modelo formal para denunciar lo que no se está haciendo bien y armar un equipo
que sume más voluntades.
En la política, parece muy funcional la receta
de Don López Obrador, mantenerse vigente con los errores del mandatario en
turno, hacer equipo, estar visible y conformar su propio partido político si es
necesario.
AMLO creó a MORENA apenas en 2014 pero supo ser
constante, aprovechó cada oportunidad que se le presentó, desde pequeños
mítines, hasta eventos masivos, en todos ellos con el mismo discurso basado en
la corrupción y los gobiernos neoliberales.
En mi consideración, Osorio Chong hubiera sido la
mejor opción para abanderar al PRI en la campaña presidencial, pero no le
hubiera alcanzado para vencer al tabasqueño y su carrera política hubiera
terminado entonces. Pero ahora, si su deseo es continuar vigente, debe
decidirse y ocupar el papel de oposición que está vacante tras el arribo de
AMLO al poder.
Nos leemos la próxima semana.
SIGNOS
Se acerca el informe de actividades de la Senadora Nuvia Mayorga Delgado, evento que mandará importantes señales, pues, en política, todo comunica.