Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 6 segundos
Por Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton
A propósito del poder, Enrique González Pedrero, ex gobernador de Tabasco y brillante politólogo, decía dos cosas: “El poder marea a los inteligentes y vuelve locos a los pendejos…”, y la segunda: para el éxito no hace falta prepararse.
Para la derrota, en cambio, dejaba entrever, sí.
Algo así pasa en México con los perdedores del 2 de junio: no superan la frustración.
De alli la avalancha de reproches y enfrentamientos entre militantes de todos los partidos.
En el PRI, Alejandro Moreno -modificó estatutos para reelegirse ¡8 años más!- se defiende de quienes lo acusan de hundir electoralmente al partido tildándolos de dinosaurios (Sauri, Chong, etc.).
Convenientemente, el relato lo deja a él como exponente de una nueva generación tricolor.
Francisco Labastida -perdió la presidencia ante Fox- expresó de “Alito”: desde que lo conocí en 1995 ya sabía que era un corrupto…”
Moreno, a su vez, acusó a Manlio Fabio Beltrones de complicidad en el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
En el lavadero de la vecindad de la política, las comadres se dan hasta con la cubeta.
Otro pleito se da en el PAN entre el ex presidente Felipe Calderón y el líder Marko Cortés, a raíz también del fracaso en las urnas.
El llamado Comandante Borolas calificó a Marko de “peor” dirigente en la historia del blanquiazul; en respuesta, el otro le echó en cara que el escándalo García Luna cimbró al celeste.
Mientras tanto, en Tabasco, José Antonio de la Vega y el pastor de los diputados guindas, Emilio Contreras Martínez de Escobar, se enfrascaron en un duelo de declaraciones porque el Congreso no ha aprobado -desde abril- la donación de unos predios al IMSS-Bienestar.
Contreras dijo que el secretario de Gobierno abordó el tema en radio como en Ventaneando, el programa de Paty Chapoy.
Pepetoño reviró afirmando que Emilio Antonio “se pasó” de grillo.
Con razón, Napoleón Bonaparte sostuvo que “la victoria tiene cien padres, pero la derrota es huérfana…”