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* El Tribunal Electoral de Hidalgo, dio un serio revés a un mal armado golpe bajo con el que Acción Nacional buscaba minar al candidato de Morena, Julio Menchaca, quien de acuerdo a diversos sondeos de empresas como Parametría y el periódico El Universal, lleva una amplia ventaja con miras a la elección de junio próximo; todo apunta a que el nerviosismo empieza a apoderarse de los panistas, cometiendo grave pifias al pensar que judicializando el proceso ganarán las simpatías del electorado
Por I. León Montesinos
Especial de Expediente Ultra
El nerviosismo está llevando a que Acción Nacional equivoque la estrategia para tratar de dinamitar la ventaja que el candidato de Morena, PT y Nueva Alianza, mantiene en las encuestas, rumbo a la elección de junio próximo.
El fallo del Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo (TEEH), que resolvió en definitiva contra el recurso del blanquiazul por un supuesto conflicto de intereses de uno de sus miembros con el senador con licencia, Julio Menchaca Salazar, puso en evidencia que la trillada estratagema de judicializar asuntos electorales no le funcionó en lo absoluto, sobre todo porque además de carecer de fundamentos, mostró la falta de conocimientos legales de los acusadores, al errar el planteamiento de su denuncia.
La resolución del Tribunal incluyó un coscorrón al mismísimo Instituto Electoral del Estado de Hidalgo (IEEH), que se fue en banda sobre el análisis de este asunto.
La síntesis del dislate fue más o menos así:
Sucedió que el PAN promovió una acusación contra el magistrado Leodegario Hernández Cortez, alegando una presunta relación laboral previa con el candidato de Morena al gobierno estatal Julio Menchaca, para lo cual echó mano del llamado recurso de «Procedimiento Especial Sancionador» (PES).
El IEEH desechó la impugnación panista, pero lo hizo por vía no conducente al juicio, en el que el PAN impugnó a Menchaca como candidato morenista por los principios de imparcialidad, neutralidad, equidad, objetividad, independencia y profesionalismo.
La magistrada presidenta del TEEH, Rosa Martínez Lechuga, junto con otros dos magistrados, resolvieron en torno al «procedimiento sancionador PES-32», en donde el PAN acusó al candidato Julio Menchaca y al magistrado Hernández Cortez, «por la presunta vulneración de los principios» antes anotados, que estos carecían de fundamentos sólidos.
En «análisis integral» del escrito de queja, señalaron, «no se desprende que el PAN le haya imputado al entonces precandidato y a Morena, de manera directa e inequívoca, probables infracciones a la normatividad», por lo cual el recurso se rechazó en definitiva.
En cuanto a la resolución inicial -impugnada- del IEEH, el Tribunal hizo el señalamiento de que «el IEEH partió de una apreciación incorrecta, cuando al emitir el acto impugnado se pronunció a partir de una comisión de actos anticipados de precampaña y campaña, por parte del entonces precandidato y su partido, ello en atención a que no se advierte en el escrito de queja por parte del PAN, que se denuncien dichas conductas a través de los hechos».
En cuanto a la acusación contra el magistrado Hernández Cortez, el Tribunal precisó que el IEEH debió establecer que el PES no es la vía idónea para investigar las presuntas infracciones atribuidas al magistrado denunciado, ya que forma parte del órgano que interviene como árbitro en el desarrollo de un proceso electoral local.
En suma: el IEEH tuvo dos pifias, quizá provocadas por los leguleyos de Acción Nacional, expertos en generar tropezones en ese tipo de asuntos, pero claro que aquí no tuvo la culpa el indio sino el que lo hizo compadre.
Indudable que todo esto embrollo jurídico mal armado es la prueba fehaciente del nerviosismo, más que justificado de Acción Nacional porque en dos de las últimas encuestas de medición, los momios no le favorecen a la alianza de la cual forman parte los panistas: En la de Parametría, Morena y sus aliados suman un 50 por ciento de la preferencias mientras que la fórmula a la que se sumó el PAN, ronda un 22 por ciento; en la de El Universal, la coalición de Morena, PT y Nueva Alianza llega al 45;9 por ciento mientras que la alianza de los panistas, suma 20,9 por ciento de las simpatías electorales.
Si Claudia Lilia Luna, dirigente panista en Hidalgo y sus asesores porfían en mantener esta ruta de mal armados golpes bajos, en vez de aliados se convertirán en el Caballo de Troya de su propia causa.
