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Sin convicciones y menos ideología, Espino busca ser diputado por “cualquier partido”

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El capo busca ahora engañar a la gente de MORENA

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*  Grabaciones que son del dominio público, exhiben los insultos y  mentadas de madre que el eternizado líder del sindicato del Metro lanza en contra del partido al que debe años de impunidad; en su procacidad, Fernando “Corleone” muestra su desesperación por tener fuero bajo las siglas que sean para seguir aterrorizando a los  ocho mil 500 trabajadores de su feudo

 

 Por BLAS A. BUENDÍA

Especial para Expediente Ultra

Fernando Espino Arévalo tendrá que corregir su mala conducta frente a los medios de comunicación ya que gracias a la prensa en general, se le ha garantizado gratuitamente los espacios periodísticos no muy elocuentes a favor de su persona, sino que al interior de su sindicato que lo ha lidereado por más de 30 años, sus afiliados lo tachan de ser un cacique y un líder sindical deshonesto.

Exponen que es la antítesis de la transparencia, un secretario general que se ha adueñado de prácticamente toda la estructura administrativa del Sistema de Transporte Colectivo, mejor conocido como el Metro de la Ciudad de México, que quita y pone a los directores generales conforme a sus negros intereses, como fue el caso de Joel Ortega Cuevas.

Llama especial atención la publicación del periódico LA RAZÓN -9 de mayo de 2017 (http://www.razon.com.mx/spip.php?article346892)-, al titular “Hay que agarrarnos de cualquier partido: líder sindical del Metro“, en franca referencia de poseer la parcela de impunidad que siempre le ha garantizado tener fuero constitucional para seguir ejerciendo el poder en el manejo de la política del transporte subterráneo de la capital de la República, en todos sus niveles.

Ingeniosamente, un paparazzi grabó un telefonema donde hablaba sandeces combinadas con sonoras mentadas de madre en contra del PRI. El paparazzi tuvo la osadía de vigilar al líder sindical del Metro para grabarle conversaciones supuestamente privadas.

En un audio –que está en poder del periódico LA RAZÓN- se le escucha decir a Fernando Espino, recién allegado a Morena, que “vale lo mismo ser representante popular de uno u otro partido, lo importante es entrar”.

La sincronía de este despacho informativo deja entre ver que Espino Arévalo está desesperado incluso se siente incómodo porque no lleva ese antídoto del poder que es el fuero como diputado local o federal, para supuestamente –advierten trabajadores sindicalizados que pidieron no fueran reveladas sus identidades para evitar cualquier amenaza-, seguir cometiendo tropelías al vaivén de los tiempos.

Con tal de obtener un cargo popular en el Congreso, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro (SNTSTCMETRO), Fernando Espino, le da lo mismo formar parte de cualquier partido político. “Lo importante es entrar y entrar por todos los partidos, vale lo mismo ser representante popular por uno o por otro partido, lo importante es estar dentro”, atesora.

En la grabación, se escucha que el recién allegado a la candidata de Morena en el Estado de México, Delfina Gómez, asegura que se deben “hacer amarres con todos los partidos…”, e insiste, “no nos queda más, lo importante es entrar”.

Aunque no se sabe con precisión la fecha en que fue grabada la plática, Espino Arévalo habla así con la priista Lidia Lara Barragán, luego de reprochar las acciones de la presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Ciudad de México, Mariana Moguel Robles.

El líder sindical se queja de Moguel Robles porque –dice con desdén misógino– “no es priista”; su “mérito” es “ser hija de la señora esa (…)”, al referirse a su madre, Rosario Robles Berlanga, actual titular de la Sedatu, una mujer que ha sabido colocarse bastante bien en la esfera del poder gracias a su cercanía al “padrino” político, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

“‘¡A Moguel! ¿Pues cuándo ha sido priista?”, se pregunta y subraya: “A ver, pregúntele a alguien del partido si ha sido priista, pues no, cómo pues…”

Y continúa: “¿Qué méritos tiene la Moguel, ser hija de la señora ésa (…), no, eso no es mérito, eso no es mérito, eso es una verdadera burla, una verdadera burla para todos los militantes, a ver, pregúntele a los militantes hacerles el juego a esos tipos, no, no, no”, le dice a la priista Barragán Vargas.

En otra conversación Espino asegura que en el PRI-Ciudad de México, “son una bola de ca…”. Se muestra molesto aparentemente por el nombramiento de Mariana Moguel como presidenta del tricolor capitalino.

Esta determinación, le asegura a Lidia Lara Barragán, “es tanto como decirnos que estamos fuera…”, y por ello le insiste: “Hay que buscar opciones y que vayan a chingar a su madre… (sic)”.

“Yo pienso que el nombramiento de esa mujer y la ratificación de los pin… gordos es tanto como decirnos que nosotros no cabemos en el PRI, yo así lo veo imagínese nada más”, le dice, al referirse al nombramiento de Mariana Moguel.

En una parte de la conversación dice que la ratificación se hizo “pensando en que Robles puede ser candidata a Jefe de Gobierno”; y le pregunta: “¿Usted cree que va a ganar la pin… vieja esa perredista?”

Si bien es cierto que es una bufonada procacidad de Fernando Espino Arévalo, sus desafortunadas declaraciones dejan una lectura que para todos los partidos políticos deben de tener mucho cuidado de hacer tratos políticos con el Jefe de la Mafia Sindical del Metro, ya que si el “político” de origen michoacano hace referencias insulsas y humillantes en contra de sus dirigencias, qué podrían esperar esos institutos políticos que le den cobijo a un sujeto que siempre ha explotado a la clase trabajadores del STC-Metro, desde hace más de 30 años.

En el 2002, Fernando Espino Arévalo se hubiera convertido en un “preso político” cuando el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, obligó a su bancada en la Cámara de Diputados que se le iniciara un proceso de desafuero, pero no pudieron con él, porque en esa época del presidente Vicente Fox, también le “falló” la estrategia para entablarle otro proceso similar al político tabasqueño.

Hace precisamente 15 años si esas acciones hubieran sido ejecutoriadas conforme a la Ley de Procedimientos Penales, en esta nueva época figurarían como un antecedente anecdotario, pero como los dejaron “vivir” políticamente hablando, Fernando Espino añora en lo más profundo rescatar ese fuero constitucional para mantener su coto de poder sindical y seguir haciendo de las suyas en contra de millones de usuarios del Metro.

La sociedad en general atina que el dueño del sindicato del transporte naranja de la Ciudad de México, ya debería de jubilarse, él y todo su séquito y/o camarilla de delegados porque a eso que llaman Sindicato “Nacional” de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, un grupo de 30 personas disfrutan del permanente secuestro que tienen de ese gremio sindical.

Y si también es cierto que dicho sindicato es una organización donde se permite poner en práctica el DESCARADO NEPOTISMO, es porque Fernando Espino Arévalo tiene “ganada” a toda esa gente que gracias al amañado reglamento interno del sindicato, les permite que los trabajadores metan a laborar a sus parientes de hasta cuarta generación.

El amiguismo, el cuatismo y el conflicto de intereses es una acción piramidal donde las cuotas de poder son invisibles, y  que paradójicamente y sin guardar los principios básicos de honestidad, son gobernados por códigos antiéticos que privilegian a cuanto individuo que no cumple con los requisitos académicos que les exige tener cuando menos estudios de preparatoria, entran a trabajar sin experiencia alguna poniendo en alto riesgo la seguridad de millones de usuarios.

Lo anterior forma como parte de la ambiciosa eternización de Don Fernando Espino Arévalo al frente de este sindicato, incluso con su comité ejecutivo, conforman una compleja cofradía que al descubrir a trabajadores disidentes, éstos son material y moralmente aplastados por un régimen sindical persecutor.

Los despidos con esa clase de trabajadores es frecuente, las autoridades laborales en aparente contubernio, dilatan las sentencias de empleados que promueven sus querellas ante los Tribunales local y federal de Conciliación y Arbitraje, de manera bochornosa el sindicato espinista no los defiende sino los ataca hasta literalmente aplastarlos, a todos esos trabajadores que se niegan en apoyar a quien también llaman “Don Fernando Corleone”.

En sí, el actual director general del Metro, el abogado y político Jorge Gaviño Ambriz –cargo que asumió el 16 de julio de 2015, a instancias del Jefe del Ejecutivo local-, pareciera que solo obedece a las directrices de “Don Fernando”, porque –afirma la disidencia del Metro- “es a quien se le deben rendir cuentas, a nadie más…”

Joel Ortega Cuevas, pese a los esfuerzos que hizo para destruir el clan espinista, fue despedido materialmente del Metro por órdenes de “Don Fernando”, porque tuvo la temeridad de ponerse al tú por tú con el acorazado y amo sindical, en respuesta a la cancelación de concesiones y privilegios, como los puestos de comida que había en la estación del Metro Hidalgo que interconectan las líneas 2 y 3 del Metro, cuyo sitio semejaba una romería o un mercado sobre ruedas.

Lo cierto es que, de igual manera, si los empleados desobedecen las órdenes dictatoriales de  “Don Fernando Corleone”, son satanizados a grado de perder el empleo, y que finalmente los más de 8,500 trabajadores sindicalizados, viven aterrorizados por los desplantes de su eterno líder y su oscuro acercamiento a candidatos del partido Morena que dirige Andrés Manuel López Obrador, con quien en el pasado fue antagonista y acendrado enemigo político.

En la columna de opinión “El Caballito” del periódico El Universal, se lanzó una alerta a los trabajadores quienes basan su preocupación por el “charolazo” luego de una reunión que sostuviera el dirigente sindical Fernando Espino Arévalo, y la abanderada de AMLO, Delfina Gómez, quien rasuró los salarios de los trabajadores cuando fue presidenta municipal de Texcoco.

De hecho, si a los trabajadores del Metro les ordeñan su nómina aun cuando Espino ha dicho que “no”, con justa razón tendrán todos los elementos necesarios para protestar e ir desconociendo al espurio comité ejecutivo del citado sindicato, ya que sus dirigentes ganan injustamente salarios superiores a los 150 mil pesos mensuales.

Aunado a lo anterior, Fernando Espino ha sido legislador por los partidos Nueva Alianza, PVEM y PRI. Se ha peleado con las gestiones capitalinas de Andrés Manuel López Obrador y de Miguel Ángel Mancera, y su desdichada declaración, “hay que agarrarnos de cualquier partido”, denota su desesperación hasta de traicionar por enésima ocasión a la propia base trabajadora del Metro a quien garantizó que sus salarios no serían rasurados para efectos políticos electoreros y ser destinados a la candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez, una política que a simple vista es la gran perdedora de las elecciones del  domingo 4 de junio.

IFAI

En una solicitud de información que este reportero promovió ante el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Distrito Federal (InfoDF), que encabeza Mucio Israel Hernández Guerrero, se pudo descubrir  que “Don Fernando” pareciera que es un sedicente ingeniero.

El IFAI, tras solicitar antecedentes académicos a la Secretaría de Educación Pública, emitió que el C. Fernando Espino Arévalo sí cuenta con un título profesional expedido por el Instituto Politécnico Nacional, y en consecuencia con Cédula Profesional, que lo acredita como ingeniero eléctrico, solo que la SEP hace una puntual certificación, que en sus anales no aparece el Historial Académico de este ciudadano nacido en el poblado Las Varas, Michoacán.

Acorde al dictamen en referencia, la sociedad -particularmente los trabajadores del Metro-, se preguntan cómo es posible que este ciudadano que lleva más de tres décadas explotando impunemente un liderazgo sindical, que cuenta con un título y una cédula profesionales, extrañamente en los archivos de la SEP no exista su Historial Académico, lo que hace suponer, poniéndose en duda, que “Don Fernando” pudiera ser un legítimo profesionista.

Según, se acusa que el Historial Académico de “Don Fernando” se “perdió” a raíz de los terremotos de 1985, cuando la infraestructura del IPN fue siniestrada, no obstante que este tipo de documentos tampoco aparecen en el Archivo General de la Nación, y mucho menos que haya un testigo y/o ficha micro-fílmica a efecto de revalidar lo que la SEP debería cumplir a la letra, más sin embargo lo hizo de forma parcial. En síntesis, no existe el Historial Académico del alumno Fernando Espino Arévalo en la SEP, pero posee la Licenciatura en Ingeniería Eléctrica, generación 1970-1974.

No te preocupes, a mis gatos les vamos a quitar sus wuiskas, ¡ya verás!, pareciera decirle Espino Arévalo a Delfina Gómez, candidato morenista a la gubernatura del Edomex, cuyos personajes aparecen en una fotografía secreteándose uno escuchando al otro.

 

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