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“La mexicanidad es una manera de no ser nosotros mismos, una reiterada manera de ser y vivir otra cosa.” Octavio Paz
POR SAÚL ARELLANO/@Saularellano
Cada persona es un matiz y cada quién vive la mexicanidad como la entiende y la siente, incluso la percibe como algo que se aprende en casa. Cada individuo hace su propio México y no es egolatría, es apropiación. El reconocimiento patrio tiene su origen en la historia, en los símbolos en los héroes y es de conocimiento general, pero el sentimiento por el concepto es único. Individualmente sentimos lo qué significa ser mexicano, no es un valor colectivo como se ha enseñado.
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En mi opinión ser mexicana significa hacer bien el trabajo que he tenido la fortuna de elegir, porque de esta manera engrandezco mi entorno y ahí también está mi país. Mi labor como profesora me hace cavilar acerca de lo que tendríamos que hacer mis colegas y los estudiantes para encontrar motivos suficientes para que todos los días experimentemos la metamorfosis que nos anime a superarnos en lo personal y en lo profesional así es que logramos mover ese potente engranaje llamado educación y si esto funciona, sin duda también logramos transformar a nuestra nación.
A propósito del ámbito educativo, este 21 de septiembre de 2020 regresan a clase miles de estudiantes de nivel medio superior y superior, en esta nueva normalidad el encuentro será en un aula virtual. Sin embargo, existe la posibilidad que muchos estudiantes no se den cita a la experiencia digital, la deserción ronda en la UNAM aún con una matrícula del 2019 de 356, 530 alumnos de bachillerato, licenciatura y posgrado[i].
La causa del abandono escolar es multifactorial, problemas económicos, sociales, familiares, conflictos emocionales y la pandemia por Covid 19. Es lamentable que un joven desdeñe la escuela, en este escenario todos perdemos. Cada vez que un estudiante deja el aula, una esperanza desvanece y una alerta se enciende.
Sin embargo, es deseable que los jóvenes que aceptan estudiar en la nueva normalidad asuman el compromiso con el aprendizaje en primera instancia de manera personal y en segunda también, es decir el único que puede cambiar el destino es uno mismo, no hay más protagonistas. En este sentido muchas veces ser mexicano no ayuda, lo que sirve es usar la mexicanidad para lograr algo.
Como sucedió en el 2017 cuando dos temblores hicieron que México se estremeciera, el primero el 7 de septiembre de magnitud 8.2, el segundo el 19 de septiembre de 7.1 ambos dejaron centenares de muertos y graves daños estructurales principalmente en la CDMX y en Oaxaca. El recuerdo del devastador terremoto de 1985 sumado a la experiencia del 2017 ocasionó para muchos una parálisis psicológica. Pero para otros fue momento de actuar.
Los jóvenes se propusieron para ayudar en diversas tareas como entrega de víveres, remoción de escombros, traslado de artículos perecederos, etc. A estas acciones los medios y la sociedad las calificaron como de amor a México, hubo quien en anuncios publicitarios afirmara que los mexicanos somos solidarios, colaboradores, bondadosos. Sin embargo, esos mismos al ser parte de una colectividad dejan de ser ellos mismos, se convierten en nadie o en ninguno. Y la sombra de ninguno se extiende sobre México.
Octavio Paz, premio nobel de literatura 1990 plantea en su Dialéctica de lo cerrado y lo abierto que el mexicano discreto y cortes a ratos hosco y reservado de pronto se abre el mundo y muestra un rostro desconocido. Es el mismo de siempre y es otro, expresión desconocida expresión de júbilo o alarido de pena. Esto significa el choque de la forma cerrada sobre sí misma y la energía interior que la hace estallar (Paz, 1990).
Pero ¿qué es ser mexicano? Actitudes, pensamientos, acciones, no es fácil definirlo como nos hace creer la mercadotecnia. No es únicamente la solidaridad en un sismo, o acudir al llamado de ayuda a través de un donativo para una fundación. Es más profundo y significativo que comer antojitos mexicanos, tomar tequila y escuchar mariachis.
Sin duda es un lugar común afirmar que cada quien tiene su definición de mexicanidad y es respetable sin embargo compartimos un territorio, un idioma y existen actos fallidos que si definen lo mexicano, el ritual es uno de ellos.
Porque se nace mexicano, pero la mexicanidad se hace en el camino y una manera que tiene el mexicano de legitimar su identidad, de honrar su origen es sin duda conociendo su historia y encontrar la fuerza para decidir si se quiere repetir o cambiar por lo opuesto, el compatriota no se raja ante lo prometido, no se abre a lo exterior, no se expone al mundo, y así sigue inmerso en la Dialéctica de lo abierto y cerrado (Paz, 1990).