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* A pesar de que Damián Sosa ha tratado de fomentar una animadversión de las bases del PT y la sociedad hacia el gobierno de Julio Menchaca, acusándolo de persecución política, ni los militantes de ese partido ni la gente se han tragado el engaño y, por el contrario, otorgan de manera espontánea su reconocimiento y apoyo al mandatario hidalguense
Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Contra lo que pensaban la dirigencia estatal del Partido del Trabajo en Hidalgo y los arrendatarios de estas siglas partidistas, ni los ciudadanos y menos sus simpatizantes se tragaron el cuento de que Julio Menchaca y su gobierno, son sus enemigos. Los que se dicen perseguidos y acosados son otros, muy alejados de la ciudadanía.
Y mire usted sino debió caerles como patada a los bajos a los Sosa Castelán, al ganancioso arrendador del PT Local, Javier Vázquez Calixto y a otros tantos pillos cobijados en candidaturas del partido, aliado de Morena en muchas partes del país, pero deslindado de la 4T en Hidalgo, la noticia de que hace una semana, en Tula, simpatizantes del Partido del Trabajo, recibieron porras y gritos de apoyo como: “Menchaca, Menchaca”, al gobernador.
En algo que ni remotamente puede decirse armado, pues quien realizaba proselitismo en las cercanías de la Feria de la Salud era el candidato a diputado local por el PT, Ricardo Peña, la gente de pronto se percató que el mandatario se acercaba al recinto y corrió a expresarle su apoyo, vitorearlo y saludarlo. Tanto a su llegada como a su partida.
El respaldo popular al gobernador fue espontáneo y muestra de que la sociedad aprueba su gestión. Julio Menchaca fue recibido por el alcalde, Mario Francisco Guzmán, intercambiando un afectuoso saludo con el citado candidato, Ricardo Peña; ambos testigos del sorpresivo apoyo popular y las muestras de afecto y apoyo al Ejecutivo Local.
Si los capos de la “Sosa Nostra” piensan que la gente es tonta, los que se hacen como tíos lolos, son los Sosa Castelán y sus inefables aliados porque todos saben que el PT al que hoy le ha marcado sana distancia Morena, es ni remotamente un partido que busque empoderar a las mujeres y a los auténticos líderes y luchadores sociales.
Vázquez Calixto en su momento deberá responder por la embarcada que le ha puesto a algunos de los diputados federales de su partido, al mentirles deliberadamente haciéndoles creer que, por ejemplo, la renuncia a la candidatura del Distrito 18 de Tepeapulco, por parte de la alcaldesa Marisol Ortega López, se debió a presuntos actos de represión del Ejecutivo Estatal, cuando los motivos son de otra índole y están relacionados con manejos pocos claros en la cuenta pública, razón por la cual prefirió regresar a su cargo del que había pedido licencia, para poder desaparecer archivos comprometedores.
Así mismo, la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH), ha detectado como a otros tantos ediles, diversas irregularidades a la gestión de Ortega, pero los ingenuos legisladores petistas, le compraron completita la versión falsa a Calixto, quien se esmero en recursos retóricos para evadir el punto medular de su acuerdo con los Sosa Castelán; es decir, los 60 millones que presuntamente le entregaron la renta del PT, en las próximas elecciones del 2 de junio.
Así mismo, la ASEH tiene puesta su mira sobre la cuenta pública de la alcaldesa de Tizayuca, “Susy” Ángeles, quien posee piel morena pero corazón rojo/amarillo, sin olvidar que es una de la discípulas del clan Sosa Castelán, pues debemos recordar que ella junto con “La Sosa Nostra” le pelearon al tú por tú la gubernatura al actual mandatario estatal; hoy su ambición económica y de poder, la ha colocado en la antesala de la justicia junto con su equipo mas cercano de colaboradores y ex colaboradores.
Si Damián Sosa, el ex convicto Cipriano Charrez y otros tantos pensaban que teniendo un partido mercenario a su disposición, podrían predisponer a la gente contra el gobernador, las cosas no les salieron como esperaban, porque como señalamos, la gente no es tonta y sabe bien a qué políticos darles su espontáneo apoyo, como sucedió en Tula, hace una semana.