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40 AÑOS DEL INFORME HITE

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Elvira Hernández Carballido

 

“Me ha gustado muchísimo este cuestionario. Es algo maravilloso, tanto porque nos obliga a meditar sobre nosotras mismas, como por la información que podremos sacar de él. Ocurre que nunca hablamos de estas cosas y tenemos mucha necesidad de discutirlas. Ignoro cuándo se publicará, pero espero que no dé a todas tiempo suficiente para contestar. Me interesan mucho las contestaciones y me gustaría leerlas todas. No obstante, supongo que a muchas mujeres les dará vergüenza el contestar. A veces, estamos en una disposición que nos impide expresar lo que realmente sentimos (bien sea por razones emocionales o económicas), por lo que preferimos no pensar en ello. Lo siento por todas las mujeres que no quieran contestar; lo siento por ellas y por las demás.”

 

Este testimonio fue escrito por una de las tres mil 500 mujeres que durante la década de los setenta respondieron a un extenso cuestionario que las invitaba a narrar, describir, confesar y detallar su vida sexual.

La propuesta fue hecha por Shere Hite, una mujer estadunidense que mientras realizaba sus estudios universitarios pagaba su carrera como modelo. En efecto, ella modelaba ya fuera para una revista como “Play Boy” o para anuncios publicitarios. Por cierto, uno de esos trabajos la empezó a sensibilizar sobre la condición femenina. Fue así como se unió a las protestas de las feministas que rechazaron rotundamente un comercial donde una bella rubia estaba sentada, muy sensualmente, frente a una máquina de escribir. El slogan decía: La máquina es inteligente, ella no necesita serlo. La modelo era Shere Hite. Desde entonces, se integró a la lucha feminista y poco a poco aplicó su perspectiva a sus estudios y se doctoró en filosofía por la Universidad de Columbia.

Sus estudios y su perspectiva fueron definitivos para que ella advirtiera que las obras existentes hasta ese momento relacionadas a la sexualidad femenina estaban llenas de mitos, prejuicios y hasta misoginia. Ella criticaba que esos especialistas, todos hombres, rara vez admitían que “la sexualidad femenina podía estar dotada de una naturaleza propia, lo cual implicaba mucho más que reducirla a mera contrapartida lógica de la sexualidad masculina”. La citada investigadora consideraba necesario definir desde una perspectiva femenina, propia, sensible y testimonios, la sexualidad de las mujeres. Advertía:

Es posible que estemos tan absorbidas por la imagen que de nosotras ha dado nuestra cultura, que hayamos perdido el contacto con lo que sentimos realmente, quedando incapacitadas para expresarlo. Por eso, nuestro primer paso, y el criterio que guió la confección de los cuestionarios, ha de ser el de restablecer la comunicación con nuestros sentimientos más instintivos. Así llegaremos, tal vez, a descubrir sentimientos que nunca habíamos articulado, o advertido conscientemente antes. Pues no sólo hemos perdido el contacto con nosotras mismas, sino también con las demás y los sentimientos de las demás acerca del sexo; no existen canales para el intercambio de comunicación sobre dicho tema.

De esta manera, empezó la tarea de diseñar un cuestionario que a través de sus preguntas, la puntualidad y el respeto en que fueran redactadas, así como las temáticas abordadas en cada interrogante, le permitieran hallar pautas para trazar una sexualidad femenina desde la propia experiencia de ser mujeres. Si bien experimentó diversos cuestionarios, estructuró las preguntas en diferente orden, presentación y redacción, siempre intentó introducir a sus encuestadas en un ambiente de confianza, confidencialidad y honestidad.

Una de las tantas críticas que recibió este trabajo estuvo centrada en la muestra, que para algunos no fue representativa ni bien delimitada. Bastaba ser mujeres, tener entre 14 y 70 años y responder el cuestionario. La extensión era larga, más de cincuenta preguntas que intentaban descubrir que tan importante era el sexo para las mujeres. Después de recibir las respuestas, Hite las ordenó por temáticas. El Informe se dividió en diez partes:

  1. Aspectos metodológicos. Describía la manera en que habían sido elaborados los cuestionarios, a cuántas mujeres se enviaron, la forma en que se recibieron las respuestas, la clasificación de los testimonios, el orden del texto y las reflexiones que surgieron después de analizar las contestaciones.
  2. Masturbación. Un tema siempre tabú y rechazado por la sociedad, castigado por algunas religiones, prohibido por las mejores familias. Las respuestas sorprenden por las detalladas y auténticas descripciones, peor más porque en la gran mayoría de los testimonios las mujeres declaran la manera tan sencilla que logran tener orgasmos.
  3. Orgasmo. El gran número de preguntas dedicadas al tema permitió definirlo, describirlo, clasificarlo, revalorarlo, comprenderlo y reconocerlo. Coito. Las preguntas insistían en si realmente representaba el momento sublime del sexo. Cayeron mitos y se rompieron prejuicios. Las mujeres no juzgaban ni rechazaban pero sí aceptaban que el coito forma parte de los juegos sexuales con su pareja, pero pocas veces lograban tener el placer absoluto.
  4. Estimulación del clítoris. Nuevamente las mujeres logran a través de su discurso demostrar que las sensaciones y sentimientos en esta manera de tener sexo las reconcilia con su cuerpo, con ellas mismas y con su sexualidad. El placer, la pasión, el gozo, el deleite, la satisfacción y la dicha quedan sintetizadas en una parte íntima, bella, querida y profunda del cuerpo femenino.
  5. Lesbianismo. El espacio de expresión a la diversidad sexual también permitió el reconocimiento del amor entre mujeres, el placer compartido y la manera original que dos mujeres pueden amarse, tener sexo y complacerse.
  6. Esclavitud sexual. Advierte la construcción de la sexualidad en una sociedad patriarcal que minimiza a las mujeres en todos los espacios de la vida, y el sexual no resulta ajeno a ese sometimiento, abnegación y debilidad asignados.
  7. Revolución sexual. Se reconoce el cambio de la sociedad en los años sesenta y setenta que sin duda transformaron la vida sexual, pero también se advierten abusos y malentendidos, donde si bien algunas mujeres experimentaron una vida sexual más libre, también se cayó en el libertinaje, en el uso y en confirmar el estereotipo de objeto sexual pero ahora entre flores y signos de amor y paz.
  8. Mujeres mayores. Otra manera de desmitificar la sexualidad femenina. Las mujeres que se sentían mayores o que tenían cuarenta años o más confían que el placer sigue latente, que disfrutan más del sexo y que sus cuerpos no deben ser jóvenes para compartirlos alegremente y buscar un rato de placer, amor y erotismo.
  9. Sexualidad femenina. Las propuestas de redescubrir la vida sexual de las mujeres.

Fue así como Hite presentó las respuestas tal como habían sido expresadas. La sinceridad de los testimonios, provocó polémica y revolucionó las ideas sobre la sexualidad femenina. Las propias mujeres estaban expresando lo que sentían, querían o no querían, deseaban o no entendían. Después de los relatos de cada mujer, Shere Hite reflexionaba y comentaba para sacar conclusiones sobre lo recuperado en cada respuesta. Publicado en 1976,  las principales advertencias que reveló el informe, fueron:

  • Las mujeres eran perfectamente capaces de tomar control de su vida sexual en lugar de ser pasivas y dependientes de los deseos del otro.
  • El centro del orgasmo femenino se encontraba en el clítoris
  • La estimulación manual u oral produce más orgasmos femeninos que el coito
  • El 70 por ciento de mujeres que no tienes orgasmos a través del coito son capaces de alcanzarlos fácilmente gracias a la masturbación
  • El sexo no debe centrarse en el coito como única posibilidad del clímax
  • El sexo puede transformarse para convertirse en un vocabulario individual de gestos eróticos combinando a los cuerpos para alcanzar altos estados de excitación y deseo, más allá de la búsqueda del orgasmo.
  • El sexo puede convertirse en algo aún no visto, algo nuevo que a partir de ahora crearemos entre todos.
  • El sexo es una institución creada y diseñada culturalmente y no una realidad biológica inevitable

A 40 años de su publicación,  el Informe Hite sigue transformando la vida de las mujeres que lo leen y que se identifican con los testimonios, que aprenden sobre su sexualidad, sobre lo que pueden sentir y experimentar, sin reglas ni condiciones patriarcales o sexistas.  Si bien el texto recuperó experiencias de mujeres de los  Estados Unidos, la nacionalidad pierde sus límites al reconocerse cada lectora como mujeres, como cuerpo femenino y como sexualidad propia, latente, semejante, parecida y llena de sororidad.

“La mayoría de mis compañeros no parecían muy bien informados acerca de mis deseos sexuales o de mi cuerpo, y hasta hace poco me daba reparo el impartirles instrucciones. Generalmente yo daba por supuesto que ellos debían estar mucho mejor informados que yo, y que si algo de lo que me hacían dolía o no daba placer, la anormalidad debía estar de mi parte. Por tanto, yo me esforzaba en fingir que todo lo que hacían estaba bien, y que nada de lo que dejaban de hacer existía en realidad. Para mí fue una gran revelación el poder hablar de esos temas con mi compañero y descubrir que tanto él como la mayor parte de las personas a quienes conocía andaban completamente a tientas en esas cuestiones, lo mismo como yo. El hablar con otras mujeres también me ha servido de ayuda, aunque no tanto como el beber directamente de la fuente, como si dijéramos. Todavía tengo mucho reparo en hablar, cuando he de decir algo desagradable o cuando deseo que él me haga algo diferente. Sin embargo, ahora me resulta más fácil que antes y la recompensa es tan grande que me anima sobremanera a continuar”.

 

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