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AMLO: ¿CAPO, SOCIO O… REHÉN?

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* No tiene trato con ellos, únicamente los protege

La nación acabó por taparse los oídos cuando sonaba esta tediosa música compuesta por la cuadrilla de licenciados y granujas inevitables en todo remate y que desempeñaban el papel que el público designa con el despectivo nombre de paleros.

                       Francisco Bulnes.   

Sólo la verdad civiliza.

                        Heine.

GUSTAVO CORTÉS CAMPA

Según testimonio del destacado político jalisciense, Jesús (Chacho) González Gortázar, en los últimos años de su vida, con varios coñaques  encima, don Miguel de la Madrid decía con tono amargo: “Ya me tienen harto con esos chismes de que en mi gobierno hubo tratos con los narcos ¡Sépanlo de una vez: Yo salvé al país, porque con los dólares del narcotráfico pudimos salir de una terrible bancarrota!”

Esas, en su momento, muy difundidas versiones, eran descalificadas como “calumniosas”, pero era evidencia cruda la secuela de conflictos y crisis del gobierno delamadridista con Washington, con tremendos escándalos como el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA; la “desaparición” del candidato en campaña para diputado, José Antonio Zorrilla Pérez, ex director de la Federal de Seguridad (DFS); el rancho “El Búfalo”, con cinco mil hectáreas sembradas con mariguana, con sistemas de riego por aspersión, almacenes y cobertizos y varios miles de jornaleros, todo vigilado y protegido por el Ejército, solo por mencionar algunos pocos casos.

Esos años se recuerdan en el municipio de Jiménez, Chihuahua, cuando las amas de casa optaron por una solución práctica: localizaban en el vecindario una vecina con camioneta amplia y se ponían de acuerdo para, una vez por semana, viajar a Chihuahua capital y hacer todas las compras necesarias.

Eso porque, literalmente, las tiendas locales no podían vender un solo kilo de frijol o una lata de leche: Todo estaba comprometido con los administradores del rancho y las miles de bocas que tenían qué alimentar.

El arriesgado “Kiki” Camarena investigó todo y rindió parte. Pero la PGR, por medio del jurisconsulto Sergio García Ramírez, solo reportó la “detención” de casi cinco mil jornaleros, o casi, todos exonerados de culpa. Ningún narco.

Pero Camarena fue asesinado, junto con el piloto de su helicóptero, y México enfrentó una terrible crisis con el gobierno de Ronald Reagan.

Y… desde aquellas fechas comenzó a formularse la pregunta, al parecer nunca olvidada: ¿Desde cuándo Manuel Bartlett no puede viajar a Estados Unidos?

PACTAR O NO PACTAR CON EL NARCO

Cuando el ya ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, pretendía lanzar una candidatura independiente a la Presidencia de la República, en charla con un grupo de periodistas, dijo con crudeza: “Para llegar a la Presidencia es necesario pactar con el poder económico, el poder religioso y el poder del narco”.

El “Güero” Castañeda no pudo cuajar su proyecto, pero quedó en el aire ese testimonio, quizá único expresado claramente por alguien que había sido miembro de un gabinete presidencial.

Ya presidente de México, Carlos Salinas de Gortari tuvo una reunión en Houston con el presidente George Bush senior.

Para entonces, el país hervía en pequeñas y medianas bandas de narcotraficantes, todas enfrentadas entre sí, pero en buena medida “controladas” desde la cúpula gubernamental.

El famoso “Espíritu de Houston”  comenzó a tener consecuencias: Salinas ordenó al gordo Javier Coello Trejo “limpiar” al territorio de esas bandas que tan enojosos incidentes provocaban.

Así se hizo. Pero, por decisión “de arriba”, permanecieron los “cárteles” de Sinaloa, Juárez y del Golfo. Éste último, con estrechos lazos entre el capo Juan N. Guerra y Raúl Salinas Lozano (“Don Rauleone”).

Todo parece indicar que, en cierto momento, los políticos mexicanos fueron presa del pánico de llevar las cosas al nivel de Colombia, con procuradores y candidatos presidenciales asesinados en público.

Nunca, al menos hasta el momento, puede saberse con alguna certeza si el asesinato de Luis Donaldo Colosio fue obra de los narcos, con acuerdo o con la anuencia obligada del poder político.

Pero tampoco hay evidencia de que Colosio haya rechazado entrar en tratos con los narcos.

DEL CONTROL AL SOMETIMIENTO

Al paso de los años, los “cárteles” entraron en guerra interna. Un chofer de Caro Quintero, “El Chapo” Guzmán, demostró grandes talentos y llegó a terrenos internacionales.    

El país entero se contaminó en los últimos 20 años, por lo menos. Del tráfico de drogas y “respeto” a la “sociedad civil”, hemos llegado al imperio del terror, al que se agrega no solo la complacencia, sino la total, pública y cruda apología del narcotráfico,  y lo que parecía inenarrable: el increíble homenaje a una matrona.

Las elecciones de 2021, donde resultados finales contradijeron a todas las encuestas, mediciones por cierto ya muy prestigiadas, con triunfos con 25 puntos porcentuales por arriba de los pronósticos, nos proporcionaron, por si acaso había duda, un inaudito indicio de lo que pasó:

El lunes siguiente, en su “mañanera”, el presidente Andrés Manuel López Obrador, eufórico, dijo: “Los narcos se portaron muy bien, muy  bien”.

En los momentos en que se hizo ese pronunciamiento, los 50 o 60 operadores de campaña del PRI que habían sido secuestrados en Sinaloa, no eran aún liberados.

No fue sino “una raya más al tigre”. No sorprendió, ciertamente, el dicho, sino… el cinismo, la cachaza, la burla. En suma, la hijoeputez soltada desde Palacio Nacional.

PORFIRIO: “HA SURGIDO UN NUEVO REY DE LA SELVA”

En el contexto descrito, de pronto, Porfirio Muñoz Ledo saltó a la palestra en momentos en que, quien fuera prominente político y brillante diplomático, con trascendente trayectoria como embajador en la ONU, parecía marginado y virtualmente jubilado.

Fue en la organización de partidos políticos de América Latina donde Porfirio, de pronto, soltó la bomba: Al aludir al gobierno de AMLO y la anticipación provocada de la  carrera por la sucesión, señaló la “colusión” de López Obrador con el narcotráfico.

Es del todo evidente que Porfirio se atrevió a ese pronunciamiento convencido de que basta y sobra citar los dichos y hechos del mismísimo presidente para sustentarlo, independientemente de que pueda disponer de otro tipo de información.

Dijo: “El presidente va a terminar su periodo de gobierno, la pista se le está acabando. Él piensa que puede heredar al gobierno siguiente su asociación con los delincuentes y eso le otorga mayor poder…”

Previo a ese pronunciamiento, Porfirio anticipó: “Ha explotado una bomba en el jardín. Ha aparecido un nuevo actor, que no existía en los procesos políticos, que viene a revolucionar todo: ha aparecido un nuevo Rey de la Selva que es el narco. Nunca había ocurrido…”

Empero, añadió una aparente contradicción: “Debe entender AMLO que su contubernio o alianza no es heredable porque (los narcos) se entienden con el que va a llegar (porque) ya no va a necesitar el narco al presidente…”

Por si fuera poco, los poderosos senadores de Estados Unidos, Ted Cruz y Marco Rubio se sumaron a los pronunciamientos de Porfirio.

La jauría de “Morena” se le fue encima en redes sociales, pero con su falta de imaginación, solo repitieron lo dicho por el mismo presidente en su “mañanera”: “Que presente pruebas”. (Parece que nunca se ha enterado que en medios judiciales, eso de “que presente pruebas” no solo es una ridícula obviedad, sino que es la frase favorita del delincuente cínico que se supone a salvo de pruebas).

En todo caso, bastarían las grabaciones de diez o quince mañaneras y tendría las pruebas.

SE DOBLÓ ANTE TRUMP… Y ANTE EL NARCO                     

El articulista Sergio Negrete Cárdenas abordó el asunto en “El Financiero” en la siguiente forma: “El asunto de AMLO con los narcos no se trata de una relación en lo oscurito, por medio de emisarios discretos y lejos de la luz pública sino (vemos) al titular del Ejecutivo haciendo alarde de ello.

“La jactancia que ha llevado a que se hable abiertamente del tema, un flanco que el presidente muestra a México y al mundo y que ya no puede pretenderse que no existe”.

Y así, el articulista plantea la pregunta que se repite de norte a sur y de costa a costa: “¿Qué motiva la conducta presidencial? Quizá el tabasqueño es el primer rehén de la nación, inmovilizado por fuerzas a las que no se atreve a enfrentar. Llegó a la conclusión de que la batalla estaba perdida o hundiría al país en un mar todavía más brutal de sangre, y no se cansa de proclamar su rendición, a la espera de esa pax mafiosa que no llega.

“El mensaje reiterado es ‘vamos a darnos un abrazo en lugar de matarnos’, que lo dejen gobernar en paz, mientras que él los deja realizar sus actividades de la misma forma y todos contentos”.

Agrega Negrete que AMLO, “soberbio y prepotente con los que puede amenazar y aplastar, el de Macuspana es en cambio obsequioso hasta la ignominia con aquellos que son más fuertes”.

Subraya Negrete que el presidente “se dobló ante Trump”, dicho crudamente por el ex presidente de EU y no fue desmentido.

Añadió que “algo parecido hizo con el crimen… quizá trató de enfrentarse con las mafias y rápidamente comprobó que lo mejor era, igualmente, doblarse y en el desastroso intento de frenar el huachicoleo, también se dobló”.

La tesis final de Negrete es que no es socio, ni rehén, sino el Capo Mayor, con un proyecto más allá del 2024”.

Pero sea el capo, el socio o el rehén… ¿qué nos queda a nosotros, los ciudadanos de a pie?

AMLO sacó a votar a mexicanos que nunca, o en muy pocas ocasiones, por un tamal o un saco de cemento, lo hacían.

También hizo girar 180 grados en su preferencia electoral a no pocos “fifís”* clasemedieros con pretensiones de “sensibilidad social”. Nada de los dislates y garrafales errores de AMLO les inducen a cambiar de opinión, a menos que para el 2024 suceda algo.

* “Mademoiselle Fifi” es uno de los cuentos de Guy de Maupassant que, igual que “Bola de Sebo”, escribió en el contexto de la Guerra Franco-Prusiana, en donde trata el tema de la prostituta en su aspecto de bajeza moral o víctima de las terribles circunstancias de la guerra. El personaje masculino presenta las peores cualidades del libertino, cínico, pero con sensibilidad, o algo así.

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