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Buscando una definición de la Radio Ciudadana

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*  En el libro coordinado por Vicente Castellanos y Adriana Solórzano se establece que “pese a su proceso de profesionalización técnica y de contenido, su vocación democrática, así como su proyecto de comunicación plural y horizontal, aún no logra alcanzar una audiencia que le permita mayor influencia en la opinión pública.”

 

Por Elvira Hernández Carballido

Especial para Expediente Ultra

El doctor Vicente Castellanos es claro y puntual en su reflexión sobre la importancia de la radio ciudadana en México. Si bien celebra sus características y sus bondades también reconoce sus retos y áreas de oportunidad. Sí, la radio ciudadana es ya una realidad pero urge que se replique su modelo de comunicación.

Pero, ¿a qué es la radio ciudadana?

Tanto el autor e investigador mexicano como la maestra Adriana Solórzano –coordinadores de este libro titulado “Radio Ciudadana”- se dieron a la tarea de buscar y de encontrar una pluralidad de respuestas, enfoques y definiciones que la pueden dibujar como un paradigma de la radio pública, un espacio para la libertad de opinión y de expresión, escenario sonoro de ideas sin limitaciones, necia por alcanzar el pleno ejercicio comunicativo, corta para el tamaño de las necesidades de expresión nacional, apuesta por un sonido totalmente democrática. El medio donde voces de hombres y mujeres reconocen que en la escaleta y el micrófono late la posibilidad de hacer eco a los derechos humanos, a la pluriculturalidad, a la sustentabilidad, a la equidad de género, a nuestra voz en su voz. Un modelo ciudadano de comunicación radiofónica.

Junto con estos dos estudiosos de la comunicación, once autores más escuchan, hacen sonar, transmiten, encienden y buscan la mejor frecuencia para analizar, celebrar, cuestionar, proponer, advertir e imaginar la posibilidad de una radio que ya existe, que ya se ha arriesgado, pero hace falta reflexionar sobre ella, ubicarla en su justa frecuencia y apostar. Pero desde el primer párrafo nos precisan que no están haciendo referencia a una utopía, a un acto de buena fe radiofónica, a una ilusión sonora, la radio ciudadana existe ya. De esta manera nos hacen recordar que el 1 de abril de 2003 debe ser ya una memorable fecha, pues fue cuando…

Radio Ciudadana, cuya frecuencia se ubica en el 660 de Amplitud modulada del cuadrante metropolitano de la Ciudad de México, abrió un espacio en el que participaron grupos ciudadanos con intereses muy diferentes, produciendo comunicación sobre temas que afectan al México de hoy. Con la colaboración de organizaciones civiles, académicas y ciudadanos, se ha promovido en esta emisora la difusión de agendas plurales en lo político, así como diversas en lo cultural.

 En el primer texto que conforman a este libro, Vicente Castellanos da los antecedentes. En una entrevista con quien fuera directora de IMER, Dolores Beístegui, la generosidad de Radio Ciudadana queda latente, a flor de piel, ya que la funcionara confiesa que si bien su nombramiento fue cuestionada, ella recuerda que se le defendió con un argumento muy puntual, el Instituto de la radio necesitaba de una persona surgida de la ciudadanía, de una ciudadana comprometida, que no tuviera nada que ver con los medios, pero que sí tuviera una convicción: “transformar un medio de Gobierno en un medio de Estado con vocación pública”… y por lo tanto plural, diversa y participativa, con ráfagas de voluntad política.

En este mismo texto, el autor recurre a una de las académicas mexicanas con más prestigio sobre este tipo de temas. Es así como Beatriz Solís resalta los aspectos que deben fortalecer al proyecto:

  1. Garantizar una amplia cobertura tanto en los canales tradicionales como en los emergentes.
  2. Expandir su modelo de comunicación a todos los medios públicos, incluyendo la televisión.
  3. Documentar la experiencia para conservar la memoria histórica de la radio y difundir su utilidad social a otros ámbitos democráticos.
  4. Evaluar su permanencia y fortalecimiento frente a los distintos avatares jurídicos en el marco de las reformas de Peña Nieto.
  5. Lograr una gran complicidad e identidad con amplios públicos de radioescuchas.

Por su parte, Adriana Solórzano va más allá de los micrófonos para reflexionar sobre la importancia de la radio ciudadana y su objetivo es recoger las acciones del consejo de programación de esta simbólico espacio radiofónico nacional. Esta posibilidad es calificada por ella como un “empoderamiento de la ciudadanía como generadora de contenidos. Menciona quiénes integraron este consejo, la forma en que pasaron de la consultoría a la acción y a una decisión determinante cuando se crea la figura del defensor de la audiencia del IMER, esa figura que permitiría ese acercamiento entre el medio y la audiencia, “el puente entre las demandas de de los radioescuchas y la institución. Un ejemplo de la fuerza ciudadana.

Javier Esteinou, uno de los más reconocidos estudiosos de la comunicación en México, considera que la radio ciudadana es el punto de partida para ir terminando con la marginación de la sociedad civil en los medios de comunicación para justificar con argumentos muy específicos la necesidad de formar un modelo de comunicación ciudadano. Con sencillez y precisión, detalla los objetivos de la radio ciudadana:

  • Contribuir al desarrollo de la cultura democrática y de la participación cívica.
  • Abrir espacios para la libre expresión y comunicación entre los ciudadanos, en un marco de respeto a la diversidad cultural y social del país.
  • Crear nuevas formas de diálogo entre sociedad y gobierno, sobre asuntos de interés público.
  • Estimular la innovación en formatos y contenidos de emisión radiofónica que permitan a las organizaciones ciudadanas potenciar su contribución al país.
  • Modelar una alternativa de uso de la radio que promueva el desarrollo humano, económico, político, social y cultural, basado en los derechos y obligaciones que se derivan de vivir en comunidad

En tanto, Alma Rosa Alva de la Selva, investigadora de la UNAM, detalla con esa pasión que le caracteriza la relación entre la radio ciudadana y la sociedad civil. Es así como, nos lleva de la mano, por un recorrido de experiencias significativas, donde destacan los programas de Francisco Huerta –“Inocente o culpable”- y, obviamente, la creación de Radio Ciudadana, que junto al cumplir 10 años motivó a reflexiones que reconocían sus desafíos:

A nivel de su tarea cotidiana, esta singular emisora habrá de seguir en su exploración de temas y modalidades de producción que la llamada radio comercial ha desatendido, pero que resultan de indudable repercusión social. Está también, por supuesto, el compromiso permanente de mantener y aun ampliar la diversidad de los emisores que se expresan a través de sus micrófonos, como también de los asuntos que abordan, todo lo cual ha dotado a la emisora de un sello distintivo

La joven y destacada investigadora Martha Rizo siempre teórica y dispuesta a crear conceptos en el campo de la comunicación, por ello se basa en tres categorías de terminantes: Medios, democracia y ciudadanía. En su argumentación ella apuesta por una ciudadanía comunicativa. Crítica y analítica, reconoce los problemas del surgimiento de una radio ciudadana, sin embargo, concluye con esperanza:

“Apuestas como la de Radio Ciudadana demuestran, en los hechos, que es posible construir una agenda de temas no sólo desde arriba, verticalmente, sino tomando en cuenta las ideas que los propios receptores del medio, y la ciudadanía en general, proponen. Los ciudadanos ven satisfechas sus necesidades de expresión –y son capacitados para ello– y los medios de comunicación –en este caso la radio– pueden ver satisfecha su necesidad de creación de contenidos. Y lo pueden lograr de una forma noble y democrática, tal y como hace Radio Ciudadana: dando la voz a ciudadanos que, aun sin ser profesionales del medio, tienen mucho que decir.”

Mientras en esta primera parte del libro, es la academia quien se expresa a través de sus análisis y planteamientos, en la segunda parte se da espacio a testimonios. Desde directores hasta productores, locutores y creadores que han pertenecido a radio ciudadana dan a conocer los restos, los gozos así como los retos y las pruebas diarias.

Es así como Alejandro Joseph Esteinou, marca lo probable y lo posible de la radio mexicana que ha dado voz a la ciudadanía, logro que es calificado como un hito en la historia de los medios de comunicación nacionales. Las experiencias de esta producción radiofónica son compartidas por Isaac Palacios Guerra. La locutora Sandra Vázquez Salazar nos invita a recorrer las ondas sonoras entre lo digital y convergente.

Destaco, seguramente por mi cariño y admiración, el texto de Carlos Padilla, el director necio y gozoso de la revista Zócalo, quien ahora ha pasado de lo impreso a lo sonoro, por tener ahora una revista radiofónica.

A su vez, Luisa Velázquez Herrera destaca los derechos de la juventud y la forma en que radio ciudadana se alía a esa propuesta. Manuel Loaíza y Fabíán Flores representan también a esos ciudadanos que creyeron en la convocatoria y se presentaron con sus proyectos radiofónicos y los hicieron realidad, así, aunque creyeran al principio que dos ciudadanos no iban a lograr a tener un espacio radiofónico con su voz, sus ideas, sus expresiones, su libertad.

Finalmente Luis Carrasco evoca esas convocatorias que parecían un sueño, se invitaba a cada ciudadano, a cada ciudadana a hacer radio, sin más elementos que sus ganas, su fe, su creatividad, sus ritmos y sus latidos sonoros. Destaca la maravillosa respuesta ciudadana, desde asociaciones hasta jóvenes ilusionados, mujeres seguras, hombres con ritmo. Se insiste en la libertad, que jamás hubo algún intento de censura, que la audiencia llama y quiere hacerse escuchar, no quedarse en lo superficial, siempre profundizar. La certeza de que radio ciudadana es la apuesta por democratizar los medios en México.

Gracias a Vicente Castellanos y a Adriana Solórzano por presentarnos este estudio y los testimonios de un modelo de comunicación radiofónica posible.

Castellanos Cerda, Vicente y Adriana Solórzaono Fuentes. (2017). Radio Ciudadana, Universidad Autónoma Metropolitana, México.

 

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