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CIUDAD JUÁREZ VUELVE A ARDER; NARCOS SE DISPUTAN LA PLAZA

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La violencia retornó con más fuerza

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*  Armando Cabada, el alcalde quien daba luces esperanzadoras a la ciudad del divo Juan Gabriel,  poco o nada puede hacer; las calles del antigüo “Paso del Norte” se tiñen de rojo

 

Por JOSÉ LUIS AGUIRRE HUERTA *

Especial para Expediente Ultra

Ciudad Juárez, la ciudad Juan Gabriel, es garantista de la violencia y la muerte, con motivo de haberse asilado en aquella frontera, las bandas más conocidas del alijo de enervantes, para su distribución en todos los puntos más importantes de la Unión Americana, paraíso en donde surge el mayor número de asesinatos, las muertas de Juárez, el campo algodonero es digno testigo del andamiaje de impunidad que obra en esa bella ciudad fronteriza, emblemática del Noa Noa, de la fiesta perene y del drama del comercio sexual en su principal avenida, la 16 de septiembre.

La noche del sábado en los inicios de marzo, la alborada de la próxima primavera tres jóvenes son acribillados en un bar de la avenida Gómez Morín instituida en honor de un oscuro panista; días después dos hombres son asesinados a balazos en un puesto de comida sobre la carretera panamericana, a la altura de la modesta colonia el granjero, igual que un dentista es atacado y muerto a balazos en el estacionamiento de su consultorio y muere camino al hospital.

Armando Cabada, el alcalde quien daba luces esperanzadoras en la ciudad del divo poco o nada puede hacer.

El peligro acecha a los estudiantes de licenciatura de la Autónoma de Juárez, quienes fueron confinados a las aulas de edificios lontanos, a setenta kilómetros del centro de la Ciudad, avecindados con las colonias en donde la masacre y la anarquía permean, en pequeñas vecindades construidas por un Infonavit en quiebra; tal pareciera que las autoridades han condenado al destino negro del exterminio, la violación y el secuestro de las jovencitas estudiantes de licenciatura, que heroicamente pudieran acudir a esas edificaciones universitarias lejanas.

El despropósito del orden urbanístico comparece en Ciudad Juárez, con la edificación de fraccionamientos, centros educativos y de salud, aislados a los servicios públicos centrales, lo que trastoca en el evidente encarecimiento del abasto de agua, luz, drenaje, y gas, este último monopolizado a su antojo bajo asombrosos paraguas de protección por los hermanos Zaragoza, quienes con altos costos del suministro de gas se encargan de vaciar las bolsas de los juarenses, en épocas de extremo invernal.

Nuevamente la violencia ha atrapado a Juárez, la antigua ciudad Paso del Norte; en febrero fueron asesinadas 84 personas en esa urbe, en el año se han acumulado 138 homicidios en este primer bimestre.

La oleada de violencia se produce con la desorganización del Cártel de Sinaloa, el resurgimiento de “la línea” brazo militar del cártel Juárez unido a la pandilla transfronteriza “barrio azteca”, el arribo del Cártel Jalisco nueva generación, con alijo a gran escala de metanfetaminas tanto al vecino país del norte como en las calles juarenses.

La disputa política entre el gobierno estatal, presidida por el panista Javier Corral contra el gobierno municipal, encabezado por el supuestamente independiente Armando Cabada Alvidres, quien se dice es la mano oculta de su antecesor priista Enrique Serrano Escobar, imposibilita al establecimiento del orden y el desarrollo social.

Todo lo anterior, un enorme caldo de cultivo que avizora el huevo de la serpiente, como mal presagio anunciado por Ingmar Bergman en la Alemania decadente de la primera postguerra; ahora ese huevo de la serpiente vislumbra el violento futuro juarense.

La CIA, (Central de Inteligencia Americana), se talla las manos de felicidad infiltrando dentro de ese panorama fronterizo a sus sembradores del terror, y el desaliento de la inversión económica juarense, para proyectar las inversiones de los capitalistas del lugar en fuga hacia el condado vecino del Paso Texas, lugar en donde se les garantiza la paz y tranquilidad para sus personas y familias, tal pareciera que la soterrada guerra por el control de la plaza, también contiende en un trasfondo de la economía liberal americana para acelerar la economía Paseña en detrimento directo del estado de bienestar de la antigua Ciudad “Paso del Norte”, ahora Ciudad Juan Gabriel, francamente enajenada con el proceso ideológico cultural del divo y con la pobre oferta de oportunidades educativas, hacia el grueso de los jóvenes proletarios de la ciudad fronteriza, quienes poco acceso detentan a la movilidad social vía preparación académica, el habitante fronterizo es privado de la mínima información noticiosa nacional y de la proyección horizontal educativa que les permita imprimir un proceso de culturización racional o pensante, el establishment  de la influencia americana los arroja en una proyección de zombis de mínima información, bajo el consumo de los burritos, la coca cola y el control férreo informal al acceso de la cultura.

El centro cultural Paso del Norte, una edificación pegada a la avenida Abraham Lincoln, contiene la arquitectura deslumbrante de edificios modernos, sencillamente vacíos, en donde raramente se proyecta una producción fílmica y poco se habla de operaciones artísticas, simplemente es un bello lugar desperdiciado, de apariencia a nivel de un elefante blanco.

La ideología de los habitantes de la localidad fronteriza, fortalece a los valores chovinistas y de rechazo regionalista, contra sujetos que provengan de otros lugares, el ideal es el dominio del idioma inglés y la pertenencia a sectas religiosas ortodoxas de corriente cristiana, donde encontramos a pastores enriquecidos como producto del diezmo popular.

Estamos en presencia de un mundo de dominación y control informal, ejercido por los grupos de poder bien identificados, empresarios gaseros, los Zaragoza ejercen el cacicazgo moderno, los dirigentes de las bandas organizadas detentan el control de la apariencia de democracia electoral, los policías no deponen en su viejo método de investigación el mecanismo de la tortura, el famoso estratagema del Quick Learning, (hablas o hablas); los pastores cristianos reparten su incensario opiómano del conformismo cristiano, -este nuestro reino” admite la esclavitud, y te preparamos a un mundo de felicidad “celestial”-, la conciencia racional se encuentra sometida en ese paraje, su domesticación implica la nulificación de la protesta frente a la arbitrariedad. Igual sucede con las comisiones de derechos humanos regionales, francamente disciplinadas a los designios de las autoridades.

La amenaza de los migrantes salvadoreños consolidados en la Mara Salvatrucha, ronda a los barrios aledaños del mirador, personajes dispuestos al sicariato por módicas sumas numerarias.

En el escenario pre narrado la eficiente profesional juarense del segmento asegurador, Susana Carranza allá por la avenida Monte Bello en el fraccionamiento Sandra Lucia, propone que ningún habitante de Juárez deba estar desprotegido de un producto asegurador, su experiencia arroja el pago de cincuenta indemnizaciones, por muertes violentas en el pasado bimestre.

En nuestra ciudad fronteriza permea la agudización de las contradicciones de clase de una manera galopante, se observan los fraccionamientos lujosos de Campos Elíseos y el Club de Golf Campestre, en contraste a las condiciones miserables de los céntricos barrios de anapra frente a la augusta Ciudad del Paso Tejas.

 

* Abogado de Profesión

Presidente de la Barra Interamericana de Derechos Humanos

 

 

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