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COVID-19: LA GANANCIA ELECTORAL DE MORENA

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*  Con la suspensión del proceso Electoral de Hidalgo, el Grupo Universidad, tiene la opción de apropiarse de Morena por medio de Ricardo Baptista y otros alfiles, aunque en la actual crisis sanitaria el electorado puede darle la espalda por los desaciertos del Gobierno Federal

Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010

Con la suspensión “oficial” del proceso electoral, selección de candidatos y los proselitismos de los candidatos de los partidos políticos con registro en el estado de Hidalgo a las 84 presidencias municipales, se vive en un contexto estrictamente de crisis de salud pública y política partidista.

El tejido electoral se encuentra enredado en varios dilemas: la macro y microeconomía popular comienza a morir ante esta pandemia del COVID-19; la política se encuentra crispada y golpeada ante la incertidumbre electoral; la social vive aterrorizada por una histeria colectiva. Todas ellas se identifican por su naturaleza y, de forma preocupante, por sus efectos corrosivos propiciados por la ineptitud del gobierno Federal.

Esas crisis conforman un coctel muy volátil, cuyo ingrediente más reciente es la sanitaria, que es el resultado de un sistema de salud que ha dado muestras de estar derrotado ante la epidemia-pandemia del virus de coronavirus conocido ya como COVID-19,

Mientras tanto, los iluminados morenistas, petistas, izquierdosos y verdes del sistema político del Estado de Hidalgo y el voraz Grupo Universidad encabezado por Gerardo Sosa Castelán, al lado de sus rémoras lideradas por el diputado Ricardo Baptista, Rafael Garnica, ex presidente de la Fundación Hidalguense y Corina Martínez García, la diputada folclórica que rechazó  estar en la mesa directiva del mes de abril, dando muestra fiel de su poca capacidad, sus pocos conocimientos y el nulo compromiso representativo con la sociedad hidalguense. Esta tercia se enreda en contradicciones y banalidades con el propio partido que los llevó al poder.

Afanosos en la búsqueda de cómo y dónde serán colocados sus alfiles, ya se les atribuye dudosa capacidad legislativa y política. En esa hoguera de vanidades –distracción de distracciones pueriles e intrascendentes—  se pierde lo esencial y trascendente: los factores que conjuntan una megacrisis que es un indicador siniestro, por su obvia peligrosidad que han demostrado desde sus curules, ser unos personajes efímeros y llenos de revanchismo político.

 ¿Y qué nos indica la conjunción de tantas crisis? Nos muestra que la descomposición del poder político de Morena en Hidalgo, continúa, de forma irremediable, su espectacular caída libre a una degradación de representatividad social.

Por conjunción dialéctica podemos entender que el método del conocimiento de los fenómenos de la realidad en su desarrollo, sobre la base de sus contradicciones internas, apetitos políticos y económicos, nos demuestra que son tres personajes que irradian una arrogancia, soberbia y debilidad que se remonta a la Grecia antigua, con Heráclito, fulanos oscuros y llorones.

Hasta el día de hoy el manejo político de la aparición del COVID-19 por parte del poder político del Estado es, así mismo, muestra fiel de esa arrogancia y soberbia que ha infectado a Morena en Hidalgo.

Pero ese manejo aparentemente inepto, es de oportunismo político, de estilo y contorsión electoral y de ocasión de realizar un negocio de ganancias electorales, con los programas sociales, becas, ayudas a personas de la tercera edad.

La suspicacia pública de que hoy tenemos un presidente fallido, que crece y se expande a lo largo del país, levanta como una cruda verdad, que el poder político del Estado aplica móviles de beneficios político-electorales y de corrupción. ¿Es esa suspicacia la de la frase “nos cae como anillo al dedo”?

Es obvio que sí. Esos personajes políticos (el Presidente Fallido, sus secretarios y alta burocracia civil, militar, y ciertos gobernadores morenistas) del poder político del Estado parecen subestimar la inteligencia de los mexicanos.

Más allá de este juicio de valor, la ciudadanía discierne que so pretexto de combatir la pandemia se han sentado las bases legales para incidir en el proceso electoral y así evitar las congregaciones de personas en cualquier lugar de reunión y evitar campañas que se hubiesen realizado en solitario, sin mítines ni discursos. Pero el mayor logro y ganancia fue que con esta “suspensión” del proceso electoral, los candidatos no tendrán que hacer propuestas para salirle al paso a la pandemia, de la crisis política, económica y social en la que está sumergida la sociedad mexicana.

Y, otro, las campañas de proselitismo se realizarán, por consecuencia, en los medios difusores y la alternativa telefónica de ventas. Ello elimina la interlocución.

La psicosis y la histeria derivada de esta pandemia de terror desatada por la indiferencia de Don López, para salirle al paso a los brotes de una “epidemia” confirmada en rigor por OMS y demás organizaciones de salud como tal tendrá efectos, sí, pero negativos para Morena.

Hoy se abre la oportunidad para que el grupo Universidad vuelva a secuestrar, con la ayuda de sus alfiles Baptista, Garnica y Corina, al partido que se niegan a dejar, pues su existencia en el poder, está en juego.

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