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Especial de Expediente Ultra
Por La Redacción
Mientras el gobernador Eruviel Ávila Villegas hace denodados esfuerzos por combatir la violencia a las mujeres en el Estado de México, velando porque no se cometan excesos y delitos en su contra, no únicamente en el ámbito familiar sino laboral, dirigentes sindicales insisten en cometer inconfesables acosos sexuales a sus compañeras no únicamente en los centros de trabajo sino incluso en los comités sindicales.
Tal es el caso de lo que ha venido aconteciendo en la sección Tlalnepantla del Sindicato Único de Trabajadores del Estado y Municipios (SUTEYM), donde desde hace siete años el actual dirigente, Diego Durán, se ha convertido en el terror de las trabajadoras y funcionarias de su comité, algunas de las cuales como Mónica García Navarrete, han sido destituidas por haberse negado a acceder a sus peticiones sexuales, siendo además expulsada de la organización gremial.
Según consta en la denuncia presentada el pasado 2 de septiembre ante la agente del Ministerio Público adscrita a la Mesa Cuarta del Sistema Penal Acusatorio de Tlalnepantla, Guadalupe del Rosario Zúñiga, Mónica García enumeró la serie de atropellos que han atentado no únicamente contra sus derechos labores sino humanos, cometidos por Diego Durán y sus incondicionales como Ricardo Heredia Estrada, Francisco Javier Durán Hernández (su hijo); así como Raúl Colmenero Cárdenas, Juan Luis Pérez Andrade y Manuel Alcocer Aguilar.
De acuerdo a la denunciante, este grupo se ha dedicado a seguirla y hostigarla al grado de haberle dañado una camioneta de su propiedad en la ciudad de Toluca y golpear su hijo, por el hecho de haber grabado un evento donde ella se manifestaba de manera pacífica.
En su recuento de hechos, García Navarrete señaló que fue a partir de que en noviembre del 2009 y encontrándose en las oficinas sindicales de Tlalnepantla, José Diego Durán Flores, entonces Secretario General Interino, intentó abusar de ella, cuando las cosas empezaron a complicársele pues tras haber sido salvada de la agresión por un compañero de trabajo, el dirigente la amenazó de que se encargaría de hacerla perder su trabajo.
Un mes después de la agresión, Mónica fue cambiada de adscripción e iniciaron una serie de intimidaciones laborales en su contra, al grado de que en noviembre del 2012, durante una asamblea seccional, Durán instruyó a incondicionales como Manuel Alcocer Aguilar, presidente de la Mesa de Debates para que se pusiera a votación la expulsión sindical de cuatro trabajadores, entre ella Mónica García. Como suele suceder en los sindi catos charros donde se hace lo que el líder dice, se consumó la infamia en contra de una mujer trabajadora que nunca faltó a sus obligaciones laborales y cuyo único pecado fue no aceptar las proposiciones indecorosas del corrupto y bajo líder.
La denuncia de la agredida mujer viene a encender la mecha en los momentos justos en que se está dando el proceso electoral donde Durán busca colocar a uno de sus incondicionales para perpetuarse en el cargo y seguir manejando los millonarios ingresos por cuotas, ubicando en altos cargos con jugosos salarios y comisiones a su séquito de no más de 40 holgazanes y golpeadores que cobran mensualmente salarios promedio de 30 mil pesos mensuales, sin despeinarse.
Sabedor de que el rechazo en su contra es más que justificado y de que la base trabajadora difícilmente podría apoyarlo en las urnas, Diego Durán parece que impulsará la candidatura de su asistente personal e incondicional, Mary Sotelo. Empero, el corrupto y lascivo líder, podría ir a parar con sus huesos a la cárcel en los próximos días si se toma en cuenta que ya desestimó una orden para presentarse a declarar ante las autoridades de la Procuraduría de Justicia del Estado de México, el pasado 9 de octubre, por la acusación presentada por Mónica García, y que es reflejo de una de las tantas calamidades y abusos cometidos en contra de las mujeres trabajadoras del municipio de Tlalnepantla. Las autoridades podrían detenerlo en los próximos días por marcada burla mostrada a los ordenamientos judiciales.
Reprobable y vergonzoso que mientras el gobernador Eruviél Ávila luche por garantizar los derechos y el respeto a las mujeres mexiquenses, líderes de baja estofa como Durán vayan en sentido contrario, desafiando abiertamente de la justicia. ¿Sabrá el mandatario estatal de las tropelías cometidas por la mafia sindical del SUTEYM en Tlalnepantla? En este portal, daremos puntual seguimiento a lo que ocurra.