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Por Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton
Marcelo Ebrard está en su derecho de denunciar lo que a su juicio convenga, pero como estrategia que le convenga a 15 días de que se dé a conocer al ganador en MORENA, es discutible.
Solo sería claramente a su favor si ya hubiera tomado la decisión de torpedear el proceso de selección del candidato, romper con el partido guinda, y -eventualmente- irse a la oposición.
Pero para triunfar en las encuestas, alegar fraude (prácticamente) difícilmente le beneficia.
No ya a estas alturas.
Ni aunque fuera cierta la “cargada” gubernamental por Claudia Sheinbaum, y MORENA -como lo pidió el ex canciller- acepte que se detenga, daría tiempo a frenar para un resultado diferente.
El vencedor -hombre o mujer- lo es hoy y lo será en la revelación del 6.
Sí serviría, sin embargo, para que Ebrard “se serene” y no fracture al movimiento, si acaso se convence -no es probable- de que no hubo chanchullo.
En cambio, haciendo público los vicios que observa, el también ex jefe de Gobierno de la CDMX dio a muchos la impresión de que está desesperado, y entonces, se anticipa perdido.
De acuerdo a la forma de pensar de los mexicanos, denota derrotismo, y el pueblo acostumbra a reaccionar trepándose a la ola del exitoso.
Y la gente todavia va a votar en los sondeos.
¿Denunciando una cargada oficial por Sheinbaum, Ebrard propicia otra en su contra -quizás decisoria- entre los electores?
Y DE MAÑANA…
PREMIOS DE consolación, a decir del presidente Obrador, para las “corcholatas” que queden en segundo, tercero y cuarto lugar: 2º. Senador y coordinador de bancada (pago de 6 años de vacaciones a todo lujo); 3º. Diputado federal y coordinador de bancada (pago de 3 años de vacaciones a todo lujo); y 4º. Posición relevante (secretario o subsecretario) en el nuevo gabinete. Claro que tratándose de Monreal, a lo mejor se seca las lágrimas con la candidatura a jefe de Gobierno. Asi es que preocupados preocupados por su futuro, no han de estar mucho…