Inicio Análisis EDUCACIÓN EN LA ERA DIGITAL: LA CRISIS Y LAS OPORTUNIDADES

EDUCACIÓN EN LA ERA DIGITAL: LA CRISIS Y LAS OPORTUNIDADES

951
0

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 22 segundos

*¿Cómo, en la era digital, puede un país ser competitivo y elevar su competitividad y productividad, con la mitad de la población carente de computadoras y conexión a internet, amén del uso que se le da actualmente de manera mayoritaria en los hogares en que sí se dispone de ambas cosas?

Por Saúl Arellano/ @saularellano/ @MexicoSocial_

México es un país con muy baja cobertura de internet, tanto por cable como inalámbrico. En ese sentido, la conectividad apenas alcanza a la mitad de la población, con lo que la brecha digital no sólo es imposible de ser superada, sino que ésta, ensancha además otras brechas relativas a la posibilidad de acceso a bienes, servicios y oportunidades educativas y de empleo.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) son contundentes: en el año 2019, sólo el 44.3% de los hogares en México tienen computadora; mientras que únicamente el 56.4% tiene conexión a internet; y únicamente el 43% de los hogares donde hay niñas y niños de 6 años y más, tienen a usuarios activos de computadoras.

ELEVAR COMPETENCIAS EN LÍNEA

¿Cómo elevar las competencias educativas, habilidades de búsqueda de información de calidad, acceso a recursos educativos y formativos de calidad, así como aprendizaje de nuevas capacidades como la programación y el manejo del big data, herramientas que, por ejemplo, están permitiendo a países como China y Corea, o varios países europeos como Alemania y los países nórdicos, enfrentar con mayor eficacia al brote epidémico del COVID-19?

Uno de los recursos que se está utilizando durante la crisis, es la educación en línea y el uso de recursos informáticos para dar continuidad al ciclo escolar. Pero aún en comunidades universitarias como la de la UNAM, alrededor del 35% de la matrícula no cuenta con computadora e internet en sus hogares.

De esta forma, las brechas de la pobreza se ven reflejadas en las brechas digitales; y con ello se forma un círculo vicioso de pérdida de oportunidades y posibilidades educativas con cobertura universal.

DESIGUALDAD Y CONTRASTES

Es cierto que se han tenido algunos esfuerzos relevantes en algunas entidades, como la Ciudad de México, en la que existen redes de wifi gratuito en plazas y espacios públicos. Sin embargo, en entidades como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz, e incluso Puebla, Michoacán e Hidalgo, las coberturas de internet son aún mucho más bajas.

Para dimensionar de lo que se habla basta con señalar que, según el propio INEGI, a través de los datos presentados en la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, mientras que en los ámbitos urbanos la cobertura de conexión a internet es de 65.5% (indicador bajo, si se compara con los países de la OCDE).

En los ámbitos rurales la cobertura es de únicamente 23.4%. Asimismo, el contraste de disponibilidad y uso de computadora es abrumador: 50.9% en los ámbitos urbanos, frente a 20.6% en los ámbitos rurales.

ATRAPADOS EN EL REZAGO TECNOLÓGICO

Vivimos atrapados, en México, en un rezago tecnológico y de uso intensivo de tecnologías; y ya no se diga en el aprendizaje de capacidades como la programación y el desarrollo informático, las cuales no deberían verse como “capacidades adicionales” o “especialidades”, sino como parte integral de la formación y desarrollo de pensamiento lógico-matemático para la población en general, y particularmente para las niñas, niños y población adolescente y joven.

Estamos justo en lo que podría considerarse como “la última llamada” para desarrollar estas capacidades en nuestro país. Pero para subsanar las brechas, deberíamos tener políticas de formación inclusiva; que no sólo garanticen cobertura universal en términos de disponibilidad, sino que ésta sea auténticamente accesible, para lo que se requiere, por ejemplo, es el desarrollo de programas de innovación -quizá hasta de revolución- científico y tecnológica disponible para la enseñanza y el aprendizaje en lenguas indígenas.

La crisis del COVID-19 nos ubica en un enorme reto, pero también frente a nuevas oportunidades que pueden y deben articularse desde el Estado y sus instituciones, pero también desde el ámbito privado y social, los cuales tienen mucho qué aportar y proponer en ésta y en otras materias.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here