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«EL INDEPENDIENTE», LA EMPRESA FACHADA DE LA SOSA NOSTRA QUE INVESTIGA LA UIF

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*  El congelamiento a las cuentas del periódico El Independiente y del ex Rector de la UAEH, Humberto Veras Godoy, anuncia el inevitable derrumbe del cacique universitario, Gerardo Sosa; será imposible que el eterno aspirante a la gubernatura de Hidalgo, compruebe el desvío de recursos para sostener al medio y la imposición a los siete mil empleados de la Máxima Casa de Estudios para pagar 90 pesos al mes por una impuesta suscripción a este diario

Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010

Especial de Expediente Ultra

El congelamiento a las cuentas del periódico El Independiente que se edita en Pachuca, y del ex rector de la UAEH y actual diputado local con licencia, Humberto Veras Godoy, por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, representan el principio del fin para el cacique universitario, Gerardo Sosa Castelán.

Como parte de los negocios del Grupo Universidad, el diario es manejado por la empresa Uni Comercializadora, que entre otras facultades se dedica a la venta, administración, arrendamiento y comercialización de inmuebles. Y desde el 2005, siendo el rector, Veras Godoy, El Independiente recibió una importante inyección de recursos provenientes de las arcas universitarias.

Tantos los alfiles de la Sosa Nostra como su capo mayor, tienen mucho que explicar a las autoridades federales pero también a los hidalguenses por el desaseo en el manejo de los recursos públicos entregados por décadas a la Máxima Casa de Estudios del estado.

SUSCRIPTORES A LA FUERZA

Sorprende enterarse que los empleados de la universidad, tanto académicos como administrativos no únicamente han sido obligados a entregar el 8 por ciento de sus salarios para engordar los fideicomisos de donde –al decir de Gerardo Sosa—salieron los 155 millones de dólares congelados por la UIF–; además, han debido aceptar otro descuento mensual de 90 pesos por una impuesta compra de suscripción al diario del Grupo Universidad.

De acuerdo a recibos obtenidos por este columnista, el descuento de 45 pesos aparece religiosamente cada quincena a cada uno de los 7 mil empleados. Si sacamos lápiz, papel y calculadora, nos enteramos que al mes este concepto reporta ingresos por 630 mil pesos; es decir, siete millones 600 pesos al año. Dinero esquilmado a los bolsillos de los trabajadores para financiar a un medio empleado a favor de los fines políticos del eterno suspirante a la gubernatura.

Pero además, y como consta en los estados financieros de la propia UAEH, desde el 2015, el aumento al presupuesto de Comunicación Social fue considerable pues mientras ése año fue de ocho millones 522 mil 319 pesos, en 2016, se quintuplicó para alcanzar los 41 millones 692 mil 964 pesos. Para 2017 se destinaron al mismo rubro 23 millones 35 mil 879 pesos. Esto es, que tan solo en dos años, el patronato de la UAEH, secuestrado y controlado por Sosa Castelán, autorizó 65 millones 44 mil 843 pesos a este renglón.

Llama poderosamente la atención que ni la UNAM tiene un gasto tan exorbitante para su área de Comunicación Social, que en su partida 2018 gastó apenas 22 millones de pesos.

Pero en el caso de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y su inaudito subsidio a El Independiente, las especulaciones ceden espacio a un verdadero abuso de poder y desvío de recursos; pues sucede que además de los siete millones y medio de pesos que se recolectan del salario de los empleados universitarios para mantener este medio, la institución pública ha otorgado –al menos de lo que se tiene constancia–, en los últimos cinco años contratos publicitarios a su propio periódico y sin mediar licitación alguna que promedian los 12 millones de pesos anuales.

Si sumamos estos 12 millones con los siete millones y medio de lo birlado de manera impositiva a los bolsillos de los trabajadores de la UAEH, tenemos que El Independiente obtiene recursos por casi 20 millones de pesos al año para su funcionamiento.

Si como se jacta de decir el jefe de la mafia universitaria, que sus empresas universitarias son modelo de éxito, ¿porque entonces inyectarle tal cantidad de dinero a un medio impreso que debería valerse por sí mismo para demostrar que goza de las preferencias de la opinión pública hidalguense? Y por añadidura, ser atractivo para anunciantes públicos y privados.

Fuentes internas del cuestionado diario, afirman que su planta laboral no rebasa los 20 empleados, de los cuales, unos 10 forman parte del equipo de redacción, contemplados los 7 reporteros con que cuenta el medio. Los salarios no son cosa del otro mundo, pues un reportero gana en promedio ocho mil pesos al mes y los directivos no cobran salarios muy elevados, de tal forma que la nómina no supera los 150 mil pesos mensuales.

Se estima que los gastos generales del periódico rondan los 250 mil pesos mensuales, haciendo un total anual de tres millones de pesos; de hecho, tan solo con las impuestas “suscripciones” del personal universitario, el medio tendrá para subsistir y le sobrarían cuatro millones y medio al año.

Entonces, ¿cómo justificar los otros 17 millones de pesos que le asigna la UAEH anualmente al medio?

Acompáñeme a analizar algo de la génesis del diario y la forma tramposa cómo se presume, se han desviado cientos de millones de pesos de la Máxima Casa de Estudios del Estado:

El diario se publica hace unos diez años, y pareciera evidente que al presidente del Patronato Universitario, Sosa Castelán, no le preocupó que ya en ese tiempo las empresas periodísticas enfrentaran severos problemas financieros en todo el mundo, con la competencia de la Internet y en los últimos años, con los smartphones con acceso a redes sociales lo que ha generado bancarrotas –o bien, severos cortes de gastos, con despidos masivos incluidos- en muchos diarios, grandes, medianos y chicos, en todo el orbe.

No fue secreto de administración financiera milagrosa ni de innovación periodística no accesible al resto de medios informativos, sino algo mucho más simple: el diario nació con sobrevivencia asegurada al cobijo del presupuesto de la UAEH.

De esta forma, se puede ver que en dos años (2016-2017), la UAEH gastó 65 millones de pesos en comunicación social y relaciones públicas, y de ese monto, 24.3 millones fueron para El Independiente, sin licitación de por medio.

Según los reportes del presupuesto anual de la universidad hidalguense, en los años 2015, 2016 y 2017, destinó 73.5 millones de pesos para comunicación social y relaciones públicas.

En 2015 se presupuestaron ocho millones 522 mil 319 pesos para el mismo rubro (no se reportaron pagos a El Independiente en ese año, lo cual se ve muy raro).

El año siguiente, 2016, el gasto se quintuplicó a 41 millones 692 mil 964 pesos, pero en 2017 se redujo a 23 millones 35 mil 879 pesos, para un total de 65 millones 44 mil 843 pesos, de donde el periódico tuvo su tajada de 24.3 millones de pesos.

Un cotejo de cifras deja en claro que la UAEH, en 2016, gastó en publicidad sólo para El Independiente, 200 mil pesos más que el monto destinado para el sostenimiento de la Orquesta Sinfónica Universitaria, que tuvo un presupuesto de 11 millones 660 mil pesos.

En 2017, según el presupuesto, se gastó 12 millones 588 mil pesos en la “difusión de actividades” de la UAEH en ese diario, lo que triplica el monto de cada uno de los programas de Fortalecimiento de la Capacidad y Competitividad Académica de los Institutos (Icap, Icbi, Icea e IA), los que tuvieron cuatro millones 786 mil pesos.

FACTURACIÓN INFLADA AL DOBLE

De acuerdo con estos datos, los recursos financieros invertidos en El Independiente significan el décimo segundo gasto más importante ejercido en 2017 y el séptimo en 2016, sólo por debajo del Proyecto General, la Recontratación por Honorarios, el Servicio de Seguridad Privada, Mantenimiento e Infraestructura Física y Traslados al Personal Operativo.

En 2018, se asignaron a  El Independiente, 12 millones 558 mil pesos, los que divididos en l2 meses corresponden a un millón 49 mil pesos mensuales de publicidad para ese medio informativo.

En un ejercicio hecho por un analista privado, se dedicó a verificar publicación de publicidad de la UAEH durante 30 días (de octubre 6 a noviembre 3, de 2018) y se contabilizaron 42 planas en ese periodo, sumados todos los espacios publicados: planas, medias planas, cuarto de planas y robaplanas.

De esa forma, a razón de un millón 49 mil pesos de pagos detectados por mes en el presupuesto universitario, resulta que el pago efectuado por plana publicada es de 24 mil 976 pesos con 19 centavos.

Pero hay un problema: sucede que las tarifas oficiales del diario, entregadas a los clientes cada año, el precio de plana con IVA incluido, es de 10 mil 978 pesos con 77 centavos.

Multiplicada esta cantidad por las 42 planas, da un total de 461 mil 108 pesos con 34 centavos.

¿Y el sobrante de 538 mil 941 pesos?

Tal vez eso es lo que explica la fundación del periódico El Independiente en tiempos en que las empresas periodísticas comenzaban, el Primer Mundo incluido, a padecer una fuerte merma en los ingresos por publicidad, y se veían obligadas a recorte de empleados, de gastos de todo tipo o, en casos extremos, a la absorción por grandes corporativos, o la quiebra.

Pero con las ventajas de contar con los fondos de una universidad autónoma, que maneja recursos federales y estatales, pero no rinde cuentas de ninguna clase, pues la operación está más que asegurada.

A mayor abundamiento, hay una parte donde esta bonanza no se refleja: los salarios de reporteros, correctores y editores de planas son misérrimos. A ellos no les llega el presupuesto de la UAEH. Y como ya mencionamos, no son cosa del otro mundo.

Si el Congreso de Hidalgo supervisara los gastos de la UAEH, podría detectar estas y otras anomalías, pero no hay que olvidar que la mayoría del Congreso la tiene Morena. Y un buen número de ellos fueron patrocinados por Gerardo Sosa Castelán, presidente –ya vitalicio- del Patronato Universitario, quien pagó sus campañas con fondos universitarios.

Pero el largo brazo de la influencia de Sosa Castelán en medios y hasta directores de comunicación, le ha permitido irse hasta la cocina en el Congreso Local

En su momento, la bancada del PRI emitió un boletín por su cuenta y riesgo donde denunció en fuerte tono el estilo de emitir boletines de prensa por parte la Junta de Gobierno, presidida por Ricardo Baptista, y de acuerdo con el director de Comunicación Social del Congreso, Alfredo Dávalos.

El grupo parlamentario del PRI en el Congreso estatal manifestó extrañeza y rechazo a esa política comunicacional aplicada “con criterios sesgados, la información deviene en una impropia editorialización de contenidos que transgrede la pluralidad institucional que se debe observar”.

El comunicado enumeró siete fechas en que “se ha incurrido en parcialidad interesada, como el caso de la integración de las comisiones de estudio y dictamen; una reunión para analizar el presupuesto que no era tal; para ver el subejercicio del presupuesto estatal, que “fue solo con diputados de Morena” y otro en que “editorializa en torno a programas sociales con sesgo electoral”.

La banca del PRI denunció asimismo la interrupción de transmisiones del Canal del Congreso durante sesiones.

Cabe mencionar que todo eso puedo explicarse en función de la presencia de Alfredo Dávalos quien fuera director de Comunicación, ya que tiene fuertes vínculos con la UAEH: ha sido director de El Independiente y director de Comunicación Social de la Universidad.

EL DERRUMBE DE UNA “EMPRESA FACHADA”

El largo brazo de Sosa Castelán que ahora parece está siendo cercenado de manera quirúrgica por Santiago Nieto, titular de la UIF, que como miles de hidalguenses no se traga el cuento de que los 3 mil millones de pesos manejados al antojo de Gerardo Sosa, son una “bicoca”, como lo expresó en Radio Universidad, para variar, estación parte de la UAEH, empleada de manera tendenciosa como vocera del capo de tutti capi.

Mucho tiene pues que explicar el cacique universitario a la opinión pública pero sobre todo a las autoridades federales. Y tras lo aquí expuesto se entenderá el por qué se procedió al congelamiento de las cuentas de El Independiente y del ex rector y posible candidato (ya ni en sueños)  al ayuntamiento de Pachuca por Morena, Humberto Veras Godoy.

Estamos seguro que desde el cielo el maestro Miguel Ángel Granados Chapas mirará con gusto que por fin se lleve ante la justicia a un personaje que secuestró a la educación pública superior en la entidad. Y el colega Alfredo Rivera Flores, autor de “La Sosa Nostra”, comprobará que la venganza divina es un platillo que de manera invariable, se sirve frío, aunque no precisamente a la carta. Las pesquisas de la UIF a esta empresa fachada, así lo muestran.

Ahora que se ha enterado a detalle de este turbio asunto, amable lector, sabrá que cuando vea un ejemplar de este diario en el puesto de periódico, podrá decir sin temor a equivocarse que de “independiente” no tiene más que el nombre. Y si no lo que se lo pregunten a los siete mil empleados que quincenalmente le entran con sus 90 pesos para mantener esta “exitosa” empresa universitaria.

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