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En el caso Venezuela, México debe acogerse a la no intervención: Dr. Miguel Arroyo

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Hacer valer la Doctrina Estrada

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* “Todavía hay millones de personas en el mundo que siguen creyendo que la crisis que padece actualmente ese país es por culpa de Nicolás Maduro y no del brutal bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos”, comenta el catedrático

 

 

Por BLAS A. BUENDÍA

Especial para Expediente Ultra

La Doctrina Estrada es el nombre del ideal central de la Política Exterior de México desde 1930. Su nombre se deriva de Genaro Estrada, secretario de Relaciones Exteriores durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio (1930-1932) quien la redactó y publicó mediante un comunicado de dicha institución republicana el 27 de septiembre de 1930.

El conflicto venezolano es tan complejo que lo mejor es acogerse a los cuatro principios básicos de la política exterior, contemplados en el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “No intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y respeto a los derechos humanos”.

La frase célebre del político mexicano Benito Juárez: “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, enunciado el 15 de julio de 1867, violenta internacionalmente el espíritu juarista y sitúa a todas las naciones del orbe en un posible conflicto que podría generalizarse en contra de la humanidad.

Ante la denuncia rusa en la ONU sobre la injerencia de EU para derrocar a Nicolás Maduro, la presión internacional inició sus operaciones estratégicas, toda vez que la Unión Europea consensuada por el G-28, fijó una semana a Maduro para convocar a elecciones y de no hacerlo respaldarán a Juan Guaidó, presidente del Parlamento de Venezuela, de mayoría opositora, como nuevo presidente de Venezuela.

Pero en ese cuadro, sobresale la prudencia de México por su política de pacificación en el marco de la Doctrina Estrada, paradigma que deben cumplir las naciones para garantizar la paz social del mundo, de lo contrario, el globo terráqueo sería el escenario de una posible III Guerra Mundial.

Las tesis emblemáticas del prócer Benito Juárez y la del diplomático, periodista, bibliófilo y escritor Genaro Estrada Félix, están vigentes ante los bruscos y cambiantes escenarios de la geopolítica.

Bajo esa tesitura, el Doctor en Derecho Miguel Arroyo Ramírez, precisó que la crisis de Venezuela es un tema muy complejo que tiene muchas aristas. «Por supuesto, me parece que el anuncio del presidente Nicolás Maduro, de retirar a todo el cuerpo diplomático de Venezuela que se encuentra en los Estados Unidos de América, es una reacción obvia al desconocimiento que realiza la Unión Americana y sus aliados del Grupo de Lima y otros países muy importantes, incluyendo a la Unión Europea, en contra del gobierno madurista”.

Estimó que Estados Unidos al momento de desconocer al gobierno nicolarista, evidentemente se provoca una reacción en contra del cuerpo diplomático norteamericano ubicado en Venezuela, y ese tipo de nerviosas situaciones es lo que espera precisamente Estados Unidos, que haya una reacción y que se provoque alguna acción en contra de su personal diplomático en ese país sudamericano, para entrar en acción invasora.

No me refiero, dijo, a una abierta agresión, evento que por obviedad no solo afectaría las relaciones diplomáticas EU-Venezuela y del mundo a su alrededor debido a sus alianzas, sino que la ruptura que ya se dio, ahora se espera, en consecuencia, algunas detenciones arbitrarias de los cuerpos diplomáticos de ambos países, cortar suministros o servicios a la representación estadounidense en territorio venezolano, como se ha venido anunciado.

El Doctor en Derecho Miguel Arroyo Ramírez, en su comentario político-jurídico que se transmite por el noticiario Antena Radio-107.9 de FM, en las ondas hertzianas del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), alertó que si el gobierno de Maduro sigue endureciéndose seguirá afectando los derechos humanos de millones de sus compatriotas.

Si bien la Casa Blanca, ubicada en los suburbios de Washington, D. C., aplaudió con beneplácito que el rebelde e insurgente parlamentarista Juan Guaidó se haya proclamado presidente de Venezuela y al unísono el ultraderechista Bolsonaro de Brasil  y otros neoliberales como Macri de Argentina, se aprestaron a alzarle la mano, México fue sensato y juicioso para evitar quimeras diplomáticas innecesarias con el Tío Sam.

“Es una prueba de fuego para Donald Trump, toda vez que al amedrentar al dictador venezolano traerá consigo una transformación social de tal magnitud que podría desembocar a una conflagración mundial, ya que la Unión Soviética y China han reconocido al presidente Maduro a pesar de que éste ha sido severamente criticado por países democráticamente conservadores”, recalcó Arroyo.

El también integrante del Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, comentó que la estrategia de Trump será evolutiva con base a la presión internacional, redundándose en alguna acción, que incluso podría ser en otros terrenos que todos tienen en la mente de Estados Unidos hacia Maduro, sobre todo en el propio territorio venezolano. Hay en este momento una presidencia bicéfala, por supuesto una representada por el parlamentarista Juan Guaidó y otra por Nicolás Maduro, lo que conlleva a una crisis internacional muy lamentable.

Pero además –puntualizó- en cuestiones de análisis político muy interesantes, China y Rusia siguen apoyando a Maduro y no es poca cosa, es decir, contra lo que se dice, es loable la posición de México en relación a la no intervención, es prudente y va acorde con la vieja política internacional mexicana, que le permitió a México -esto es muy importante resaltarlo- transitar de una manera muy venturosa en crisis políticas internacionales agudas.

Me parece que en este momento cobrará valor –subrayó el Doctor Miguel Arroyo-, que al paso de los días, la posición mexicana podría ser secundada por otras naciones que establecieran que es un conflicto tan complejo el de Venezuela, que lo mejor es acogerse a la libre determinación de los pueblos, para que cada pueblo establezca en sus condiciones el gobierno que considera que debe estar al frente de los destinos del país.

“Vamos a ver qué pasa y los acontecimientos se sucederán incluso en los próximos minutos, horas y días, semanas o tal vez meses,  seguramente con mucha velocidad, hay que seguirlos. Es muy sugestivo lo que está pasando en Venezuela y por supuesto asombroso  ya que ponen al mundo en riesgosa crisis internacional por el Caso Venezuela, concluyó el Doctor en Derecho Miguel Arroyo Ramírez.

 

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