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* El petista Carlos César Pérez Escamilla, acudió ante la PGJH a presentar su denuncia, buscando deslindarse de su antecesora que desde el mes de septiembre del 2024, estaba en la mira de la Contraloría como de la Procuraduría hidalguense, al detectarle irregularidades en obras que solo fueron ejecutadas en el papel, pero cobradas en tiempo y forma. La priísta Erika Saab, podría no estar sola a la hora de enfrentar la justicia, pues en indagatorias previas, las autoridades locales también ubicaron como cómplices del cuantioso quebranto a varios de sus funcionarios y a un empresario que se prestó al fraude
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
El alcalde de San Felipe Orizatlán, el petista Carlos César Pérez Escamilla, acaba de darle la puntilla a su antecesora, la priísta Erika Saab Lara, al acudir a la Procuraduría del Estado a entablarle una denuncia por peculado, uso ilícito de atribuciones y facultades, por el presunto desvío de 58 millones de pesos, delitos cometidos durante su administración, y que ya desde el 20 de septiembre del 2024, estaba en la mista de la PGJH y de la Contraloría del Estado, cuando trascendieron las indagatorias de ambas dependencias al detectar obras no ejecutadas pero sí pagadas en tiempo y forma.
En este mismo espacio, el 30 de septiembre del pasado año, este columnista destacó que en el oficio girado a la PGJEH, se ubicaba en el considerable desfalco no solo a la exalcaldesa Saab, sino también “a Juan Fernando Lara Balderas, exdirector de obras públicas municipales, así mismo a María Isabel Espinoza Rodríguez, quien fungía como tesorera, y al hoy tesorero del municipio de Zapotlán de Juárez y ex contralor de ese municipio, Gustavo Hernández Godoy”.
Como lo hemos señalado en reiteradas ocasiones, para desgracia de los ex alcaldes corruptos –muchos de ellos relacionados con la Estafa Siniestra–, la lucha contra la corrupción del actual gobierno, no admite simulaciones ni impunidades.
Seguramente que consciente de que las cosas van muy en serio, el presidente municipal de Orizatlán, decidió deslindarse del espinoso asunto heredado por Erika Saab, antes de que se le empezara a considerar cómplice o tapadera del cuantioso quebranto.
Durante su visita a la Procuraduría hidalguense, Pérez Escamilla trató de no entrarle de frente al toro y dijo que el tema que lo llevó a presentar su denuncia judicial “se derivó de una investigación que hizo Contraloría del Estado, una auditoría, y de ahí se observó que hubo desvío de recursos en esa cantidad y pues hoy venimos a introducirlo para que se aplique la ley a los responsables y que se haga conforme a derecho”.
Y ya bien pintada su raya, remachó al decir: “Yo le pido a la procuraduría, en este caso a la Fiscalía Anticorrupción, que actúe apegado a la ley y que por favor haga pagar a los responsables de esta situación tan severa, que siendo un municipio totalmente metido en la pobreza, con alta marginación, se hayan atrevido a desviar esa cantidad de recursos”.
Debemos señalar que, en efecto, robarse 58 millones de pesos de un municipio con altos índices de pobreza como San Felipe Orizatlán, es un doble crimen porque con esa cantidad cuántas cosas no pueden hacerse en bien de su población.
No debemos dejar de comentar que como lo expusimos hace un año, no solo acompañan a la ex alcaldesa como presuntos responsables, varios de sus funcionarios, sino además, parece que desde septiembre del 2024, las autoridades ya tenían en la mira al empresario que se prestó a birlar la millonaria suma a los ciudadanos de Orizatlán. El contratista parecer ser Norberto Rivera Cervantes con quien la ex Presidenta Municipal habría hecho acuerdos para simular obras no ejecutadas, pero sí solventadas.
Todo apunta a que la priísta Erika Saab, que se suponía iba a hacer historia por ser la primera mujer en llegar a la alcaldía del modesto ayuntamiento, ahora hará historia, sí, pero como la primera alcaldesa en tener que responder ante la ley por hacer un uso indebido del cargo y de los fondos municipales, demostrando que la corrupción no distingue entre sexos, ideologías ni partidos.