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* El secretario general de la organización, José Dolores López Barrios, señaló que el 90% de las unidades de pequeños productores están fuera de esos procesos advirtió que a 24 años de la firma del acuerdo comercial, la migración pasó de 200 mil personas al año a más de 500 mil
Por La Redacción
Especial de Expediente Ultra
A cuatro días de concluir, la séptima ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, sobre las reglas de origen y agricultura, la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos “José Dolores López Domínguez”, indicó que más de 4 millones de unidades de producción, sobre todo, de pequeños productores están excluidos de esos procesos comerciales del modelo Neoliberal, por lo que el TLCAN sólo ha dejado un campo desolado y deshecho.
José Dolores López Barrios, secretario general de la CIOAC-JDLD, señaló que el 90% de las unidades de pequeños productores están fuera de esos procesos del mercado externo. Advirtió que a 24 años de la firma del TLCAN, la migración pasó, en las últimas décadas, de 200 mil personas al año a más de 500 mil; la importación de maíz de 150 mil toneladas pasó a 10 millones anuales y la dependencia de éste creció a más de 6 mil 345%
De igual manera, añadió que una forma de medir los impactos del tratado es relacionarlo con el crecimiento de la economía agropecuaria, a través del Producto Interno Bruto (PIB).”Si medimos las tasas de crecimiento trimestrales desde el 2003 al 2017, vamos a observar un estancamiento en el sector, lo que se traduce que buena parte del periodo del TLCAN, no ha traído ningún beneficio”.
El líder campesino, recalcó que en este tiempo, las exportaciones agropecuarias han presentado un superávit, beneficiando sólo a un pequeño grupo de agro-exportadores, mientras que millones de familias rurales viven en pobreza; ya que no resulta un mercado atractivo para la política agroalimentaria.
Precisó que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, los resultados son desastrosos para el campo, pues la agricultura mexicana, sobre todo, en el centro-norte del país, se ha convertido en un campo al servicio de los estados fronterizos de California, Texas y Arizona, ya que esos estados acumulan más del 80% de las compras de productos agropecuarios que Estados Unidos le hace a México, en tanto que en México millones de mexicanos viven en pobreza y otros en pobreza extrema, es decir no tienen que comer.
Recordó que una de las prioridades del gobierno mexicano sería rediseñar la política agropecuaria, ya que ha dejado en la pobreza a millones de campesinos mexicanos, que se ven afectados por las reglas de operación de programas como PROagro; que beneficia a productores comerciales (o que están en la agro-exportación, en este caso en el TLCAN); es decir, son productores que poseen hasta 80 hectáreas, siendo estos los que requerirían en menor medida de esos apoyos, según ha observado también la Auditoria Superior de la Federación, en la cuenta Pública 2016.
“En ese sentido, el TLCAN no ha sido favorable para los ingresos de los trabajadores rurales en México, sino no emigrarían. Los gobiernos en México, desde 1993 y hasta la fecha, no han establecido políticas agrícolas que realmente beneficien al pequeño productor”.
Destacó que para las autoridades son más importantes las reglas de origen y negociar con el gobierno de EUA, para que tenga conmiseración de los intereses de unos cuantos, que beneficiar a las más de 4 millones de pequeñas unidades de producción.
Resaltó que los grandes productores en el marco de la política agropecuaria y agroalimentaria, apenas representan a 18 mil unidades de producción, y es ahí donde se concentra la agro-exportación.
“En el 2017 se generaron 35 mil millones de dólares, derivado de esta política agropecuaria, sin embargo, el gobierno, generó también importaciones de básico por más de 28 mil millones de dólares; comprando a precios de oro, lo que en México se puede producir satisfactoriamente invirtiendo en obras de irrigación, sobretodo, en el sur sureste”.
Por último, el dirigente campesino, adelantó que el Ejecutivo no podrá dar cuenta de sus compromisos con una política alimentaria para el mercado interno, ya que es imposible que a estas alturas del sexenio logre cubrir las metas de producción que se propuso, que sin duda beneficiarían a los consumidores urbanos y rurales: “Le faltan 6 millones de toneladas de maíz para cubrir las 28 millones que se fijaron como objetivo. Asunto que nosotros creemos le será difícil cumplir pues sólo faltan 10 meses de gobierno, ya que anualmente sólo producimos de 1 a 1.5 millones de toneladas”.