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* En multitudinario acto frente a la sede
sindical de Antonio Caso, el líder protestó
como aspirante de la planilla azul, exigiendo
de su Comité y de las autoridades, respeto
a la libre decisión de los 17 mil trabajadores
Por Ignacio León Montesinos
Especial de Expediente Ultra
En una alegórica “sinfonía” de incesantes campanada, tambores y sirenas, una ola celeste lo inundó todo en las calles de Antonio Caso, justo frente a la sede del Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad de México (SUTCDMX), como parte de la fuerza de unidad y el “músculo” que la dirigencia de la Sección Uno mostró a su Comité Ejecutivo General y a las autoridades, al exigirles respeto a la decisión que habrán de tomar los 17 mil trabajadores de Limpia en las elecciones a realizarse el próximo 19 de octubre.
El candidato de la planilla azul, Hugo Alonso Ortíz, protestó ante miles de sus seguidores que le acompañaron para seguir en la lucha por mejores prestaciones y equipamiento de trabajo, en medio de un ambiente festivo y un abrazante sol de septiembre que despide al verano. Llena hasta el tope, la transitada arteria rebosaba de hombres de rostros cobrizos, quemados al sol en las extenuantes jornadas por las calles de la ciudad en su acostumbrado ir y venir en la recolección de desechos.
Esos hombres y mujeres que en sus palabras llanas y sinceras, se levantan desde las cuatro de la mañana “para llevar el pan a nuestros hijos”.
En el micrófono, antecedieron al líder que va por un periodo más, diversos representantes de por lo menos 12 delegaciones que acudieron a la convocatoria de un acto que inundó además con camiones recolectores de basura de todas las demarcaciones capitalinas, las laterales de arterias contiguas al Monumento a la Revolución y la Avenida de los Insurgentes.
De manera intermitente los oradores arengaban por los altavoces la frase: “Otra vez, Hugo es; otra vez; Hugo es”. Mantas de Coyoacán, Iztacalco, Gustavo A. Madero, Xochimilco, Azcapotzalco, y otras delegaciones enmarcaban el evento donde miles de voces coreaban:
“¡Limpia unidad, jamás será vencida¡” “¡Escúchenlo allá arriba, cabrones¡” , haciendo eco a la advertencia de uno de los oradores que señalaba: “Queremos que la gente del sindicato sepa que venimos de forma pacífica a exigir que se respete las cosas, porque así nos lo pide nuestro líder, y se dé el registro a quién cumpla con los requisitos. Esta es una muestra de la fuerza y unidad de la Uno y no vamos a permitir ninguna intromisión, porque hoy la sección Uno va a escribir una nueva historia”.
Quienes hicieron uso de la palabra delinearon las razones que les asisten para continuar apoyando a un hombre que de humilde peón de camión pasó a chofer y empezó a escalar posiciones sindicales; alguien que como todos ellos, sabe de lo que habla cuando ha debido enfrentarse a las autoridades en la defensa de la materia de trabajo, que ha mostrado los zapatos rotos y de mala calidad, adquiridos en licitaciones irregulares, que ponen en riesgo la seguridad de sus compañeros.
Por eso, el evento de la Uno implicó una advertencia al gobierno y a aquellos que desde su Comité Ejecutivo General, han pretendido, o pretenden, sembrar la desunión a la incomodidad que les representa una organización combativa nada menos que concentrada en la fuerza numérica de la sección más grande del SUTCDMX con sus 17 mil agremiados; casi el 20 por ciento de su membresía, ni más ni menos.
En su momento, Hugo Alonso Ortíz, recalcó la importancia de congregar al mayor número de sus compañeros a los que indicó: “Unidos podemos hacer muchas cosas, divididos somos presa fácil”. Y tras protestar como candidato de la planilla azul, añadió: “Acepto la invitación y acepto el reto, siempre y cuando vayan conmigo a mi lado”.
Las porras, y las campanadas con que se anuncia el típico camión de la basura por las calles de la ciudad, atronaron frente a la sede del Único, aprobando la toma de protesta de su líder que bajó del templete para fundirse con sus simpatizantes y emprender la marcha a lo largo de la calle donde se perdió, casi flotando, entre aquella marea celeste que todo lo inundó en Antonio Caso.