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* El que esto escribe, lamenta tan sensible pérdida para Tulancingo y el Estado; se va un hombre congruente con sus ideas al que su partido de toda la vida, terminó dándole la espalda. Jorge Márquez mostró lo que es la honorabilidad en la política y la capacidad de dar buenos resultados a la gente. Descanse en paz…
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
En alguna charla radiofónica, me fue preguntado si un reportero (léase, periodista) podría ser amigo de un político. No recuerdo qué respondí, pero seguro estoy que Jorge Márquez Alvarado, siempre fue un gran amigo para su servidor.
Era el año del 2007 cuando comenzaba, sin duda, una relación profesional entre un político y un reportero; una entrevista sobre temas municipales, personales y de planes futuros de su administración, fue el preludio de una gran amistad.
Lo recuerdo en un remolque instalado en un terreno lodoso, ahí, al lado de ingenieros y arquitectos me mostraba lo que sería el nuevo Palacio Municipal, que paradójicamente lo usó en su segundo mandato, que hoy se queda sin su alcalde.
Priísta de hueso colorado, congruente con sus principios, atacado por sus adversarios e ignorado por su partido, pues siempre fue considerado como uno de los mejores alcaldes del país, lo cual lo convertía en un verdadero candidato natural.
No puedo dejar de comentar que logró cosas grandes en su municipio, su administración siempre estuvo basada en resultados tangibles como lo fue el desazolve y limpieza de drenes y canales que evitó alguna tragedia tras el paso del Huracán Grace.
Hoy seguramente ese grupo de políticos sin escrúpulos que secuestró al PRI a nivel nacional, que no lo tomaron en cuenta para una candidatura a algún cargo de elección, se presentarán a dar el pésame.
Lamento no haber tenido tiempo de responder con más reflexión la pregunta de Jorge Márquez, porque seguramente le respondería que, en efecto, un periodista sí puede ser amigo de un político, pero difícilmente un priísta puede ser amigo de otro priísta.
Los hechos así lo dicen.
Hoy dedico estas breves líneas al entrañable Jorge Márquez, un hombre al que siempre recordaré de trato amable pero rudo cuando era necesario, gentil y siempre amigo.
En paz descanse…
