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La indeleble huella de la corrupción panista en el Estado de México

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Juntos Podemos, fachada de negocios oscuros de Vázquez Mota

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Sus alcaldes han sido frívolos, asesinos y voraces

Aunque su dirigente nacional, Ricardo Anaya, ya fragua una alianza con el PRD buscando desbancar al PRI en las elecciones del año entrante, los antecedentes de la escandalosa corrupción de sus ediles pueden convertirse en un pesado lastre como el que carga su precandidata,Josefina Vázquez Mota, que para su asociación Juntos Podemos, aceptó recibir fondos públicos por más
de mil 300 millones de pesos, de los que no ha rendido cuentas

 

Por Joaquín Herrera
Fotos Especiales

Tras las encuestas difundidas por medios nacionales donde el PRI encabeza las preferencias electorales del Estado de México con una ventaja promedio de 6 puntos porcentuales al PAN, peleando el tercer sitio a MORENA un disminuido PRD, es innegable que únicamente con una alianza entre azules y amarillos se podría dar la pelea al tricolor en los comicios del año entrante donde estará en juego la “joya electoral” que definirá en buena parte la elección presidencial del 2018.

Sin embargo, entre los aspirantes de Acción Nacional que van a la punta, las cosas en cuanto a temas como corrupción, honestidad y transparencia no pintan del todo bien. La ex secretaria de Educación y ex candidata presidencial, Josefina Vázquez Mora que encabeza las preferencias con un 33 por ciento de las intenciones de de las bases mexiquenses de su partido, ha guardado un total hermetismo luego de que trascendiera que su asociación Juntos Podemos, no recibió 900 millones de pesos como lo mostraban los primeros documentos dados a conocer hace semanas por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

El cochupo es de mayor calado: La bolsa de recursos públicos que el gobierno mexicano ha destinado a Juntos Podemos asciende a mil 36 millones 189 mil pesos –casi 60 millones de dólares–, fondos que se le entregaron en tres años: de 2014 a 2016 a la más firme prospecto de los panistas a la elección mexiquense.

El escándalo que se dio a conocer hace ya varias semanas anula cualquier intención seria a Vázquez Mota quien no tendrá cara con qué hablar sobre asuntos de corrupción tanto al electorado del Estado de México como a sus propios correligionarios y menos a quien fuera dirigente nacional de su partido, dos veces candidato a la gubernatura y ahora encargado de la Comisión Especial Anticorrupción del CEN panista, Luis Felipe Bravo Mena.

Mientras su líder nacional, Ricadro Anaya y su “fiscal anticorrupción”, Bravo Mena, aseguran que la campaña panista contra la corrupción va viento en popa –siempre que no se tope con panistas asesinos, sinvergüenzas y “gandallas” que no pueden, no quieren o no se proponen tocar–, les han reventado asuntos como el de su ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, hoy sometido proceso por malversación de fondos públicos.

Luis Felipe Bravo Mena el adalid anticorrupción, en su momento fue exhibido como operador de un virtual cártel que protegió a autores de crímenes, latrocinios, abusos de poder y otros usos y costumbres en el Estado de México. El encargo de combatir la corrupción en Acción Nacional cree que su pasado reciente ya se olvidó. Pero se equivoca y , para ello, refresquémosle un poco la memoria.

El cártel de Atizapán

Es fama que en Atizapán operó en el sexenio de Fox y su aliado electoral, Luis Felipe Bravo Mena, entonces dirigente nacional del PAN, un cártel de narcotráfico, con aeropuerto propio. Aunque los aeródromos deben ser controlados por la autoridad federal, en Atizapán este aeródromo, estaba en manos de la alcaldía que incluía vuelos para los señores de las drogas, especialmente por los Arellano Félix, según el procurador estatal de entonces, Alfonso Navarrete Prida (hoy Secretario del Trabajo del gobierno federal).

Descubierto por la séptima regidora de Atizapán, María de los Angeles Tamez –de honda formación moral entre panistas de honestidad a toda prueba- ese manejo del alcalde de entonces, Juan Antonio Domínguez Zambrano, ella alertó a su familia y a la procuraduría estatal.

Así, la reacción del alcalde, fue emprenderla contra ella. Un grupo de sicarios la esperó camino a su casa y a unos metros le disparó con AK-47 y la joven cayó abatida y murió en segundos, según fuentes forenses.

Bravo Mena, padrino “traidor”

Las investigaciones más pulcras que se recuerden en esa primer década de este siglo, condujeron a la captura, el arresto y juicio al alcalde y sus cómplices, ejecutores del crimen.

Bravo Mena y su ficticio combate a la corrupción en el PAN
Bravo Mena y su ficticio combate a la corrupción en el PAN

“Marigely”, como le llamaban cariñosamente a la regidora, fue asesinada por un grupo que operaba como cártel. Pero resulta que el alcalde que, conforme a autos, ordenó el asesinato, recibió la mejor defensa imaginable: la del líder del PAN. El ahora fiscal contra la corrupción, optó por ayudar al homicida de Marigely. Se convirtió en feroz abogado de Domínguez Zambrano.

Lo grave no es que el líder de un partido defienda a uno de sus militantes y al que ayudó para llegar a ese puesto así. Lo grave es que la víctima del crimen, Marigely Tamez, era su ahijada de primera comunión. Luis Felipe fue así un mal dirigente, pero un peor padrino. Así, quien juró cuidar de la joven Tamez, prefirió servir de tapadera a un asesino que hacer justicia a su ahijada.

El acusado se fue a juicio y pasó buenos años en prisión, hasta que su abogado, Bravo Mena logró que saliera; no así sus cómplices que siguen presos.

Grupo Tlalne y crimen contra Talavera

El Corredor Azul mexiquense, ha tenido su historia. Años antes al crimen de Atizapán, sucedió el de un diplomático que hacía cabeza en lo que se llamaría el Grupo Tlalnepantla. El entonces dirigente, Abraham Talavera, cooptaba nuevos valores políticos para su partido el PRI, a finales de los años 80.

Talavera, formaba cuadros con Rubén Mendoza Ayala y una docena de amigos. Solían tener “encerronas” que nunca incluían mujeres.

Ulises Ramírez, sus orígenes priístas
Ulises Ramírez, sus orígenes priístas

En una “encerrona” del departamento de soltero de Talavera, este fue agredido en una aparente riña de celos y terminó con un botellazo en el cráneo que le cortó la vida. Sin su “padrino” político, Rubén Mendoza, así como su “segundo de a bordo”, Ulises Ramírez y demás jóvenes priistas, de todos modos buscaron una posición. Sabían que habría diputaciones locales y federales, así como alcaldías para los consentidos. Pero, sin padrino, este Grupo Tlalnepantla quedó al garete. No lograron “hueso”. No en el PRI.

Resulta que los panistas, entonces dirigidos a nivel nacional por Carlos Castillo Peraza y su alumno más aventajado, Felipe Calderón (con fama de encerronas similares a las de Talavera) idearon apoderarse del Grupo Tlalnepantla. No les costó trabajo y convencieron al grupo huérfano de Tlalne. Les prometieron las diputaciones y la alcaldía si abjuraban del PRI.

En 1994 inició así el Grupo Tlalnepantla, aunque la alcaldía recayó en una figura (otrora leal a la CTM del priista Fidel Velázquez) Ruth Olvera Nieto

En tanto, Rubén Mendoza Ayala sería diputado y luego el segundo edil (2000-2003), pero ya cabeza del Grupo Tlalnepantla. Le seguirían, Marco Antonio Rodríguez Hurtado (2003 por ministerio de ley) y fue electo al siguiente período Ulises Ramírez Núñez (2003 – 2006), este último ahora busca ser el candidato a gobernador. Como se aprecia, los panistas de hoy fueron los abyectos priístas de ayer.

De amigo de Fox a amo del cartel Coacalco

Alejandro Gamiño Palacios, señalado por la PGR como narco y sospechoso de homicidio, tuvo que abandonar sus correrías en Tamaulipas (mediados de la década de los 90) y se topó con los grupos de Vicente Fox, usando la gubernatura de Guanajuato como trampolín para Los Pinos.

En esos años, Rubén Mendoza Ayala, priista recién converso al panismo de Carlos Castillo Peraza-Felipe Calderón lo cooptó. Con un “entre” millonario, como era la condición para algún día formar el club “Amigos de Fox”, compró su futuro. Y este fue el que le sugirió Rubén Mendoza Ayala, fundador del Grupo Tlalnepantla.

Le tocó asentarse en Coacalco y al calor de la victoria que se preveía para Fox y fue el primer alcalde no priista. Alejandro Gamiño sembró el municipio de lo que mejor conocía, “tienditas” o expendios de coca y antros.

El panismo,a cargo de Francisco Gárate, se encargó de desvirtuar cualquier acusación contra el edil. Un caciquismo –como una raya más al tigre- no se iba a notar en un estado plagado de alcaldes “gandallas”.

El clan de Gamiño logró tal fuerza que al terminar su encargo (1996-2000) fue diputado local por el PAN y fue el poder tras el trono. Impuso a su compadree como sucesor en la alcaldía (2000-2003), Alejandro Sánchez Domínguez, siempre con el apoyo del Grupo Tlalne y Los Pinos, mientras en el PAN, Gamiño se convirtió en el dedo de gran elector.

Al terminar Sánchez Domínguez, fue apoyada Julieta Villalpando (sobrina política de Gamiño) como la sucesora y se completaría así una decena de años en el mismo clan familiar y delictivo.

Julieta se dedicó a servir de tapadera al Grupo Coacalco o Grupo Gamiño que operó como un cártel. En un operativo, policías federales detuvieron a Gamiño en posesión de cocaína y armas de uso exclusivo del ejército. Los panistas buscaron tapar el asunto para no terminar inodados de pobredumbre.

Los alcaldes con sueldos ofensivos

En la ola del Efecto Fox del 2000, llegaron al poder de municipios como Ecatepec y Tultitlán, personajes como Agustín Hernández Pastrana y José Antonio Ríos Granados que, literalmente, enloquecieron en el cargo; el primero se asignó un sueldo de 420 mil pesos y el segundo de 415 mil.

En Ecatepec, municipio marcado por una profunda marginación social, proliferaron no sólo la venta de droga sino el descontrolado ambulantaje a través de la venta de espacios públicos, sus hijas y familiares de Pastrana montaron una red de robacoches con la protección de la policía municipal, dedicándose a invadir, con absoluta impunidad, un sinfín de predios.
En Tultitlán las cosas fueron casi por el mismo tenor: con dinero del ayuntamiento, Ríos Granados quiso ser galán de cine y saqueó las arcas públicas para financiar la cinta: Orquídea de Sangre, cin Lorena Herrera como protagonista.

Alcaldesa con ajuar de millón de pesos

Tanto Ricardo Anaya como el encargado de combatir la corrupción en su partido, Bravo Mena, han pasado por alto llamar a cuentas a la actual alcaldesa de Atizapán, Ana Balderas, quien posee un ajuar que sólo se compara con el de la mujer más rica del mundo, la Reina Isabel II.

Ana Balderas, la alcaldesa totalmente palacio
Ana Balderas, la alcaldesa totalmente palacio

Sus costosas prendas y joyas de casi un millón de pesos -que le gusta exhibir, según publicación de Reforma- resulta una desvergüenza en un municipio donde escasea el agua, el pavimento y escuelas.

Entre sus pequeños lujos se incluye un reloj Hublot con caja de oro rosado de 18 quilates e incrustaciones de diamantes de la colección Big Bang Tutti Frutti con valor de 862 mil 200 pesos, el cual tiene que ser adquirido sobre pedido a Suiza, así como uno de sus vestidos de Carolina Herrera con valor de 28 mil pesos, su cinturón Louis Vuitton de 8 mil 850 pesos, su bufanda Burberry de 7 mil 590 pesos y sus zapatos Coach de 5 mil 500 pesos, su vestimenta alcanzaría un monto de 912 mil 140 pesos.

Pero en nada se avergüenza la alcaldesa, sobre todo si se considera que su partido ha sido tapadera de peores insultos. Con estas cartas de presentación, los panistas buscarán vender al electorado mexiquense una falsa imagen de honestidad y transparencia que la corrupción acumulada por sus frívolos y voraces ediles se encargará de hacer añicos. El PRD puede ganar en la alianza con Acción Nacional una pesada losa sobre sus espaldas.

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