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Por Enrique Sevilla Castillo / @kikesevilla12
La semana pasada fuimos testigos de lo frágil que es la ¨oposición¨ y lo débiles que son las convicciones de los partidos políticos, en realidad esto no es nuevo, las ideologías partidistas cambian acorde a los intereses de los que ocupan la Dirigencia, y lo triste es que las convicciones y la militancia puede ser negociado a cambio de impunidad.
Es totalmente patético ver al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, decir: “¡No a la reforma electoral planteada por el gobierno!”. Cuando lo mismo dijo de la reforma de las fuerzas armadas, que no solo se encargó de apoyar, si no que fue su propia bancada quien la propuso en la cámara.
Ahora el objetivo presidencial el INE, el discurso es el mismo desde hace 4 años. un organismo innecesariamente ¨obeso¨ en carga presupuestal, ineficiente, corrupto; Todos los adjetivos necesarios para poder poner en la mesa una Reforma Constitucional en materia de elecciones.
La reforma en mención plantearía darle un giro completo al sistema democrático en México, primero desapareciendo el INE, transformándolo en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, por otra parte pone la asignación de Consejeros Electorales por la vía de la elección popular, esto ultimo seria lo equivalente a ir al Estadio de Fútbol y se le pregunte al aficionado que arbitro quiere que le pite el partido, un total sin sentido, los árbitros están para defender el reglamento y su aplicación , no para darle gusto a la población con los resultados.
Pero esta reforma se va a estancar y seguramente no va a ser aprobada por dos puntos en específico, primero se plantea eliminar todas las diputaciones Plurinominales, ahora todos los escaños tendrían que ser asignados mediante el voto directo y segundo el impacto a las reducciones presupuestales de los partidos.
Incluso los partidos satélites de MORENA, que le dan la mayoría simple, pudiesen no estar a favor y es lógico el PT, Verde, Nueva Alianza no tienen una plataforma realmente electoral, y no solo eso en la gran mayoría de los estados, elección tras elección se están jugando el registro, no tienen ni el 3% de la participación en solitario, sería difícil que consiguieran uno o dos escaños por la vía directa.
La reforma esta en camino y solo nos queda esperar que giros tendrá en el congreso y sobre todo ser testigos de los reveses partidistas.
